lunes, 10 de noviembre de 2014

A fuego lento

Me recordarás cuando tu voz pronuncie mi nombre sin
pensarlo tú siquiera,
cuando tu piel reavive las cenizas no esparcidas al viento,
y sangres en lamentos por mi ausencia,
cuando las llamas ardan en tu cuerpo y tu boca sedienta
desfallezca de pasión por mis besos,
cuando por las noches la luna ilumine el vacío en nuestro
lecho sin encontrar, tú, consuelo,
cuando los nudos internos se hagan eternos, y los
silencios atormenten tus heridas,
cuando las cicatrices se agiganten y se nieguen a cerrase,
ahí sé, amor mío…

Me recordarás… ¡Lo sé, lo sé muy bien!

Porque así, mi alma te ha sentido, recorriendo cada noche en
la soledad de un cuarto oscuro sin olvidos, quemando  cada
centímetro de mi cuerpo, mis arterias reviviendo la inagotable
espera, lacerando con tu voz de arena mis oídos, enviándome
a las profundidades del infierno, con la sola idea de tus manos
acariciando mis dimensiones, en todas y cada una de las estaciones…


Me recordarás, porque marqué tu vida a fuego lento y seguro,
así como tu huella esclavizó la mía…


Presos

Vio el reflejo de lo que pudo haber sido. 

Vio su mano acariciando su cuello.
Bajar por su espalda.
Perderse en su cuerpo.

Vio como bailaban bajo el otoño.
Queriéndose como nadie.
Amándose como nunca.
Vio el reflejo, y ya nada importaba.

Ahora lo de arriba estaba abajo,
lo de abajo estaba arriba.
Vio al árbol desear fundirse con el agua.
Vio a las hojas desear volver arriba.

Y todo empezaba donde terminaba.
Y todo terminaba donde empezaba.
Pues el deseo se convertía en reflejo.
Y el reflejo, los hizo presos.






Por: Lady Writer
Twitter: @IreneNomada

domingo, 9 de noviembre de 2014

ALAS DE ÁNGEL

alas para Cosas que siento

Sonrisa de pez.

Corazón llagado.

Alma de ángel
y sueños robados.

5/XI/14

Poesía: Rita
Blog: Cosas que siento
Contacto: cosasquesiento@gmail.com
Facebook:Rita
Twitter:C.Grant 



Fotografía: wikipedia

Vives en mis recuerdos

Un café negro en su pocillo,
desfalleciendo medianamente tibio,
vapores fantasmales técnicos dibujantes
de nuestros ecos,
la ciudad descansa de un sábado agonizante,
inmersa en mis adentros contemplo
mis pensamientos, en la penumbra,
donde te pienso,
un vals danzante resuena
al compás del tiempo,
agujas rítmicas, tiranas, aprisionando
pesadamente los sueños.
Hoy te vi, en un recuerdo,
junto a la temprana llegada de la aurora,
cara amplia, lánguida mirada,
tu voz, tu voz huyendo
en compañía del viento.
Ya no suenan las campanas,
los pájaros emigran su vuelo,
te sentí partir en mis silencios,
la noche descalza sus miedos,
susurros ausentes en  eternos
oídos de seda, las palabras
sorprenden en manifestación
por vacías, no olvidadas
promesas,                        
un pocillo vacío, una cuchara
cae al piso, en mi mente…
Tu nombre y el mío.