sábado, 3 de enero de 2015

Tu sonrisa



Tu sonrisa caravana de encuentros
una cita impostergable,
una lectura atrapante de feliz final,
la sombra pegada a mi cuerpo,
incendiando desde el núcleo
mi discernimiento
cada gesto tuyo arremete
arrolladamente mis pasiones,
 con inquebrantable fuerza,
cegando todo raciocinio,
despojando corazas,
invalidando imperceptiblemente
mi orientación,
tu boca cuando dices Te Amo,
presagio de confusión
en mi mente, y alboroto
erizando mi piel,
embanderando tu nombre
me encuentro hoy,
mañana y ayer,
tu sonrisa quien le brinda
melodías a mi corazón,
que danza al ritmo del amor…



Todo es posible cuando encuentras el aroma
del amor que se impregna con arrebato muy
dentro de ti…

viernes, 2 de enero de 2015

Sin título


Madrid para ArtSuite

El sonido de la lluvia
me recuerda la soledad
que respiré contigo
mientras decías que me amabas.

30/XII/14
                      

Poesía: Rita
Blog: Cosas que siento
Contacto: cosasquesiento@gmail.com
Facebook:Rita
Twitter:C.Grant 

Fotografía: Madrid, álbum personal.

martes, 30 de diciembre de 2014

Lucía (continuación)


-Lucía soñaba intensa y vívidamente, sus piernas cansadas corrían doloridas y sangrantes, una fuerza sobrehumana la detenía regresándola a ese momento del que tanto huía… 

-Recostada en la camilla podía ver el quirófano, su boca amordazada, el instrumental, y sus ojos, esos ojos que la observaban detrás de aquel barbijo colocándose los guantes, por detrás ella, con una jeringa dirigiéndose hasta donde se encontraba luchando con todas sus fuerzas para desatar sus manos y huir del lugar…

-Se decía nada podía ser real, solo era un sueño producto del estado en que se encontraba, oía sus voces, Esteban acariciándola pidiéndole, suplicándole despertara, su amiga y hermana Alicia leyéndole cada día, y voces extrañas que no reconocía le hablaban reconfortándola.

-¿Que era real, y que era fruto de su delirio?

-Su cuerpo comenzó a reaccionar, pestañó lentamente primero, luego abrió los ojos miro la habitación se encontraba sola, un silencio rotundo acompañaba, movió las manos, los dedos, cansada cerró los párpados relajándose, entraron las enfermeras y los médicos al ver sus reacciones revisándola, cambiaron su medicación y se retiraron.

-Descansaba en la espera mientras pensaba en sus sueños, dejaba volar su imaginación pensando la alegría que vería en sus rostros cuando la vieran despierta.

-Se encontraba adormecida, cuando el aroma de Esteban la intranquilizó deseaba darle la sorpresa, no venía solo, ambos llegaron dejando sus cosas sobre la silla, ella se apoyó sobre su hombro, él la tomó de la barbilla y besó, a lo que ella respondió apasionadamente, en un juego de seducción.

-Sus lágrimas  brotaron como ríos sin cauce golpeando contra la orilla sin encontrar un conducto donde derramarse, forzaba sus gritos silenciándose para no ser vista, ellos se retiraron sin siquiera mirar.

-Por la noche despertó recordando lo que había visto y su mente la llevó al ayer, a ese tiempo borrado, donde el olvido había sembrado sus raíces, y lo supo, ella estuvo ahí todo era cierto…

-Esteban al fin recobraba la señal de su teléfono, vio con atención las numerosas llamadas del hospital, del día anterior y luego por la madrugada, corrió sin antes hablar, llegando prontamente hasta la sala de guardia, donde le comunicaron del progre.so de su mujer, y de su ausencia.

-Una enfermera se acercó preguntándole si no se había percatado de su estado el día anterior al llegar, su mujer estaba despierta le dijo seriamente, su mente se lo dijo, ella lo sabía todo regresaba a un principio.

-Llamó con insistencia a la oficina de Alicia quien no se encontraba su vuelo ya había partido,  corrió por los pasillos en busca de respuestas, nadie la había visto salir del lugar.

-Se tomó la cabeza con ambas manos y recordó llamar a Roberto, él sería la única persona que podía ayudarlo.

-Roberto prontamente se presentó en su oficina y coordinaron el área de búsqueda, Esteban dirigió su mano hacia el cajón de la derecha y retiró un sobre, era la paga de cada mes por sus servicios y su silencio, el hombre lo tomó y marchó muy de prisa. 

-Rafael observaba silenciosamente desde las sombras podía ver el miedo reflejado en su rostro, sabía que algo ocurría el seguiría con sus negocios.

-Al llegar al departamento de Lucía vio con extrañeza un nuevo guardia, mucho más joven y amable, saludó muy respetuoso y continuó, allí no había rastros de su mujer, ni de que ella hubiese estado en el lugar, revisó si faltaba algo, todo estaba en orden, continuó con su búsqueda, sin saber bien donde buscar… Continuará



Lucía: XXVIII


Lucía (continuación)


-El médico miro con resignación a la joven al darle la triste noticia, quien compungida cayó desmayada al piso, golpeándose la cabeza contra un hierro que sobresalía del aparato de ventilación, ya no despertó…

-Las semanas pasaban, Lucía se encontraba en coma, nadie podía saber si despertaría y cuándo...

-Esteban había abandonado la oficina pasándole el mando a su socio Rafael, quien se hacía cargo de todo.

-El joven no tenía cabeza para pensar en nada más, su padre se hacía presente espaciadas veces, desde que había caído en quiebra no había vuelto a ser el mismo, su madre había muerto hacía ya tiempo, Lucía no tenía familia solo su esposo y su amiga Alicia, quien no se movía de su lado,  leyéndole fantásticas historias, con la idea de lograr su reacción.

-Esteban regresó bañado y afeitado, habían pasado tres meses al entrar a la habitación colocó una mano sobre el hombro de Alicia para despertarla suavemente, se acercó a su oído y le habló por su nombre, la joven despertó con su aroma impregnado, esa sensación le trajo recuerdos y sonrió, tomando la mano, asintiendo haber despertado, se miraron por unos instantes, ella  tomó la cartera y se retiró.

-Él quedo pensando en la situación mientras tomaba la mano de Lucía, frotándola para brindarle calor, se acercó la besó delicadamente en los labios, luego depositó un tímido beso sobre sus mejillas, esperaba con ansias que ella despertara cual bella durmiente.

-A los cinco meses, Alicia regresó cansada de su casa a tomar el lugar al lado de la cama de su amiga, Esteban la esperaba con las manos sobre la cabeza inclinado hacia delante, al verla llegar se incorporó velozmente y la besó en los labios… Necesitaba tanto ese beso…  Ese vacío que sentía, ella lo tomó del cuello, respondió con suavidad y pasión, ambos salieron de la habitación camino a la terraza, la enfermera de guardia al ver la escena se dirigió hacia la habitación, tomando asiento y retomando la lectura.

-Esteban la tomó por las caderas y la apoyó sobre la pared, Alicia levantó las polleras introduciendo con las manos su sexo,  nada los detenía, saciaron sus deseos una y otra vez, sobre la terraza del hospital junto al tanque de agua, él besaba el cuello, ella gozaba susurrando lo mucho que lo deseaba, recordando las tardes de verano junto a la orilla del mar, sobre la arena blanca, intensos suspiros esbozaban ansiosos, sin temor de ser vistos.

-Él se recostó sobre el pecho estabilizando la respiración, ella aun disfrutaba de los espasmos, dejando libres los últimos gemidos…

-La bajó acomodando sus ropas, la besó fugazmente en los labios y juntos descendieron por las escaleras, ella se dirigió a la puerta de salida trasera, el caminó hacia el baño de hombres, donde se tomó de la cabeza, golpeándose con los puños por haberlo hecho, cuando tantas veces se había prometido no volver a caer en su brazos.

-Alicia se había ido, aun su fragancia la sentía en el aire, mareándole los sentidos.

-Las siguientes semanas se turnaba con las enfermeras,  debido que Alicia había retomado sus funciones, él iba solo por momentos a la oficina, Rafael tenía todo controlado junto a su secretaria Sarita.

-Ella esperaba una mirada de él, algún gesto que no recibía, Rafael observaba sin comentar.

-Esteban se retiró de la oficina y decidió esperar sobre su coche a que saliera la muchacha, sentía que debía darle alguna explicación…

-Cuando ya todos se habían retirado, venía Sarita, con polleras ceñidas al cuerpo, escote y tacones altos, meneaba las caderas voluptuosas en un vaivén excitante, pensó que podría explicarle en otro momento, y descendió del coche dirigiéndose hacia ella, en ese momento Rafael se acercó llamándola por su nombre con voz autoritaria, la muchacha se dirigió hacia él, subiendo al coche.

-Esteban quedó viendo la escena, los vio marcharse juntos…   Continuará


Lucía: XXVII