viernes, 19 de diciembre de 2014

Lucía (continuación)




Despliega tus alas
asciende libre vuelo
nunca decaigas,
reconoce tus fuerzas,
lucha en la escarcha,
en el verde florecido,
celebra la vida,
escribe tu destino...




-Sarita saludo a su hermano quien acababa de llegar de un largo y cansador viaje de negocios, se dieron un abrazo y caminaron juntos a la cocina, ella se adelantó y colocó el café en granos mientras Rafael cambiaba el filtro, sus ojos se encontraban en una pregunta interminable sin respuestas donde cada uno buscaba consuelo, para salir de la desdicha, él deseaba hablar, ella no…


-Se paró en puntas de pie para alcanzar la bandeja que le había regalado su abuela y los pocillos, Rafael la observó por unos instantes, y sonrió…- ¡Siempre serás la misma terca!... -puedes pedirme lo que necesites, o buscar una superficie donde subir y tomarlo, ya verás hermana que hay veces en la vida, que uno debe saber solicitar ayuda.


- A la joven le temblaban las manos, él la ayudó llevándola de un brazo hacia su asiento y regreso a la mesada en busca del café, colocó en la azucarera los terrones y unos sobres con edulcorantes en un plato pequeño, después de servir el café, comenzó a removerlo como perdido en busca de un mundo nuevo, en ese ir y venir de la cuchara, el vapor empañaba su mirada y sus ojos derramaban lágrimas con inmenso dolor…


-Sara lo miró afligida, era la primera vez que veía a su hermano llorar, desde la muerte de su padre quien era un médico reconocido por su labor a la comunidad y por la nobleza de su alma.


-Sintió un fuerte impulso, lo abrazó para terminar en un llanto al unísono, las palabras estaban de más, aunque hubiera preguntas esparcidas por el aire, demás estaban las razones, en un momento de dolor nada cobraba mayor interés.


-Ella sabía que su hermano mayor había sido el consentido de su madre. Durante su niñez había sufrido las diferencias, pero no guardaba rencor mucho menos dolor por esa situación, solo pena al saber que ella no estaría para él, que era quien más la necesitaba. Su madre era su refugio, su cable a tierra, acariciaba su rostro con inmenso amor, besaba su frente, deslizaba sus dedos por sus cabellos peinándolo, siempre lo había visto como a un niño.


-Rafael con mirada de interrogación preguntaba… -¿Por qué?


-El desconsuelo era inmenso para sus corazones, el de ella frágil y dulcemente enamorado… El de él, duro como una roca, aun así sentía morirse por dentro… Su mínima motivación y capacidad de sentir la humanidad en sí, yacía muerta junta a ella, amor único en la vida. Su madre Abigail; quien lo había cuidado con esmero y dedicación, había otorgado todo cuanto el quisiera, conocía la historia de su nacimiento, admirando la determinación de su madre al abrirse paso en la vida, mucho antes de conocer a quién fuese su padre, por adopción quien le prodigo amor y contención.



-Su pasado terminaba brindándole paso a una nueva historia en su presente estaba solo, conocía las lágrimas de su hermana al regresar de la oficina, mordía los labios y se preparaba para escribir su propio destino donde ella era sería su fuerza, por quien el velaría…
Continuará






Lucía: XXIV

Lucía (continuación)






-Lucía se sintió mal en esa situación, se dirigió a la habitación, se recostó, Esteban se hizo cargo de los platos, saco la basura, preparó café, golpeó la puerta que estaba entreabierta y se sentó a su lado en la cama, ella aceptó de buen agrado sosteniendo el pocillo con ambas manos, y comenzó a llorar, no entendía que sucedía, él la abrazó sin pronunciar palabra, y se recostó acariciando los cabellos, pensando lo mucho que la amaba, sabía que ella necesitaba tiempo, ayuda.


- ¿Que sería lo que la atormentaba?


-¿Que desdicha la alejaba?


- La abrazó muy fuerte apoyando la cabeza en el pecho y la dejo dormir, mientras él velaba su sueño.


-Despertó bruscamente tomándola entre los brazos, tratando de calmarla, besaba su frente, los párpados húmedos que vertían lágrimas salando sus labios, nuevamente la pesadilla, la hacía presa del pánico.


-Él deseaba consolarla hacerla sentir segura, que supiese que nada malo le pasaría, a su lado…


-La mañana los descubrió dormidos tomados de las manos, ella, con el rostro apoyado sobre el torso de él. Él sosteniéndola de su cintura con una mano y con un brazo debajo del cuello de Lucía, con el mentón sobre la frente.


-La joven despertó abrió sus enormes ojos y lo vio, lo sintió, tenía la nariz pegada sobre el velludo pecho, la fragancia la envolvía agitando la respiración, oía retumbar los latidos en su cabeza, segregaba fluidos sobre su sexo femenino, lo deseaba con insistencia, la voluptuosidad de él aproximada, tan cerca que podía sentirla erguida entre la cavidad que permitían las piernas de ella, al estar abrazados.


-Descendió suavemente rozándolo con la mano izquierda, quería tomarlo, agarrarlo con sus delgados y delicados dedos, guiarlo hasta las profundidades de su fuente sin contemplación, y volar hacia un viaje sin retorno, sabiéndose feliz cada vez que él la tomaba.


-Esteban había despertado percatándose, esperando ansioso el momento en que se decidiera actuar, sutilmente acerco su ingle hacia ella cerrando los ojos, fingiendo dormir la abrazó muy fuerte.


-Lucía con los deseos alborotados y el nudo en el pecho gimió de dolor por no tenerlo, lo besó, beso el cuello de Esteban mientras se introducía por la cremallera en busca de su erguido miembro.


-Él la desnudó lentamente mientras besaba sus pechos, jugaba con sus deseos, haciéndose dueño del momento, excitándola, lamiéndola, provocándole frenetismo y locura. La amaba ciegamente, sabía cómo llevarla hasta el precipicio y arrojarla a su sexo ardiente.


-La penetraba suave y delicadamente con un amor que lo llenaba de satisfacción, la quería, ella era su todo en el mundo, solo para él, saberse su dueño, la veía con júbilo desesperada gozándolo, llegando una y otra vez.


-Ella sentía que sus emociones se aglomeraban su amor por Esteban era inmenso, él la hacía sentir amada, complacía su sexo de una manera única, sus orgasmos la hacían levitar, solo Esteban conocía sus gustos más intensos lo que la encendía hasta sumergirla en el abismo de lujuria. Lo sentía penetrándola deseando eternizar esos instantes…
Continuará








Lucía:XXIII

jueves, 18 de diciembre de 2014

Me miraste

Me miraste
Paseando por las nubes.

Yo no te veía
Pero te encontré en mi bolsillo
Donde había guardado miles de recuerdos

Me miraste
Escondiendo secretos entre líneas.
Yo no te veía
Pero te encontré en lo que podría haber sido,
intentando olvidar lo que no fue.

Me miraste
Jugando con mi bola de nieve.
Yo no te veía
Pero te quería encontrar en cada copo que caía
y los hacía volver arriba para encontrarte otra vez.

Me miraste
Acechando mis miedos escondidos.
Yo no te veía
Pero te encontré al final del salto al vacío
clavando tus ojos en los míos. 

Me miraste
Mirando como te miraba
Y te vi.
Pero la ilusión y los sueños colgando de mis pestañas
me hicieron mirar hacia otro lado...

Me miraste
Y te vi
Y nuestras miradas se hundieron
en el bolsillo lleno de recuerdos...
Y nos fue imposible salir.

Me miraste
Y te vi... Y me viste.
Fuimos cómplices de un cielo
Que también nos miró, pero a escondidas.
Queriendo que la valentía de alejarnos
fuese más grande que la de continuar mirándonos...
Pero tiramos por la borda lo aprendido,
no hicimos caso de los cosidos descosidos.
Así que decidimos doblar la esquina
de nuestra página en blanco,
y continuamos amándonos...





Por: Lady Writer
Twitter: @IreneNomada

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Mi corazón

Revivo cada día cuando tu estas a mi lado
acompañando mis pasos junto al calor
del asfalto quemando mis pies,
en el verde semáforo, guiando,
alentando a seguir adelante,
completando contigo mi otra parte…



Nunca te he mencionado
que no hace falta pregonar palabras,
ni plasmarlas en el muro de nuestras retinas,
así sentirte a mi lado,
 librando tu presencia,
en un cálido abrazo,
ni la humedad de tus labios,
para saberte a miel,


porque…


en todo mágico instante de vida,
 en que nuestra esencia destila
su propia naturaleza,
tú estás…


incrementándolo todo,
contigo mi vida, tiene otro sentido,
y el amor, corrompe cada
latido,
palpitando velozmente
 impregnando con tu luz
mi presente,  inventando
tonalidades a la primavera,


porque…


tú me das certezas
vertiendo con insistencia
tu nobleza, ternura y comprensión,


no hay herida en la distancia
ni en las diferencias horarias
la llave tú la tienes,
 la has arrebatado,

 abriendo con tus alas las puertas al amor…