Y TÚ APENAS ME RECORDABAS Y aún no habían soliviantado a los pájaros celosos las risas casi rituales de los niños Y aún el velo negro del misterio incontrolable, irreverente estaba puesto sobre la cara gris de la pesadilla pero tu abrías los ojos como cada mañana mecánica y estética, animal y dolorosa una más en la ruidosa ciudad de los muertos vivientes. Y en el espacio aquel en que aún vivías - y ya apenas me recordabas- sobresaliendo del tic tac de los cien mil relojes que dirigían tu vida, a los que te habías entregado dejándote llevar( tal vez queriendo) aplicada en ser mártir en ser escudo, ser muro, ser olvido, barnizada en la disciplina en el sabio arte de ignorarme. Y ganando batallas ganando campos, ganando valles, como un peregrino logrando metas, descansando apenas luchando contra ti que es tu modo de ganar siempre. Y mientras ya apenas, apenas me recordabas , reaparecí en tu mente (de tu corazón nunca me fui pero tu mente mandaba) y desvelé una grieta olvidada en tus cuidadosas tareas de restauración del muro (de la vergüenza) Ahora lo sabes mientras el agua cae sobre ti en la tibia ducha . que nunca me echarás, que no me he ido, que el pasado es el único alimento que el presente digiere con dificultad. ¡Triste fugitiva! empeñada en alejarse de mi , cuando voy contigo con esa insistencia tenaz de copiloto que el recuerdo tiene con ese temblor inevitable que desata en las arterias aunque una implique su sangre toda en jurar que nada se ha sentido -nada- Y una vez más circulas bajo las luces del alba, corres por ese desierto de asfalto tan visceral y superpoblado encadenada al claxon, al plástico, al hierro y a la arrogancia tan enferma de orgullo y tan segura de tener la razón que en cada infinita recta , cuando aceleras es como si adelantaras al olvido, como si te afirmaras sobre él para despreciar aquel tiempo y poder decir que, una vez que pasó , apenas...apenas ya me recordabas Ritman,
Entrar en terrenos insumergibles. Dañar las caricias, que mueren con el alba. Soñar que somos eternos con pasajes del mañana. Querer tener alas. Volar sobre los pensamientos, enterrados en tu alma.