viernes, 23 de enero de 2015

Su regreso


Y volvió como tantas otras veces
con su rostro cansado de amaneceres
en alcobas extrañas,
sus ojeras destilaban relámpagos
anocheceres con aromas a otras sábanas,
regresó silencioso
como un fantasma,
lo supo…
Desde ese momento comprendió,
que lo había perdido para siempre,
ya no era el mismo,
aquel que había partido
 de mirada peregrina
corazón errante,
su tiempo de vagabundear culminaba,
como el otoño con el verdor de las caducas,
sus sueños cautivos,
guardaban en secreto
y arrogancia su nombre,
su piel, que lo había acariciado
sujetando su alma
con ambas manos,
había corrompido su voz
sus sonidos fónicos se oían atrapantes
seducía a su paso,
con aroma,
a hombre enamorado…


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