Tocabas en mi cuerpo
como si de una partitura se tratase.
Y así pasaste cada tarde
dibujando corcheas entre mis líneas.
Te dejaste llevar por el compás
bailamos en el mismo pentagrama.
Y nuestro ritmo al unísono
seguía sonando sin cesar.
En clave de sol,
de do, de fa
que más da...
Hicimos música
entre besos y versos,
ahogando nuestro canto silencioso...
Eras mi aventura a contrapunto,
la nota detonante
de cada melodía.
Y lo fuiste,
siendo mi banda sonora
dulce melodía hasta el final...
Por: Lady Writer
Twitter: @ireniusNomad
Blog: Nómadas en la Noche