Que placer
es encontrarte
nuevamente
en mis pensamientos,
donde sé, permanecerás,
junto
al rumor de las olas
en tu
blanca tierra,
sin distancias ni ausencias.
en un sueño perenne
habitándote con inmenso deleite,
amándote
desde la aurora
hasta
el devenir en ocaso,
delicia
el aroma de tus besos
cuando
me besas y me duermo,
sintiéndote
dentro, muy dentro,
donde
anida el silencio,
acaeces
en mi alma,
en mi
cuerpo entero,
como la
miel que derrama
en suspiros eternos.
¡Ay, si
supiese la noche!
¡Ay, si
supiese el camino!
¡Ay, si
supiese el destino!
Que es
tu amor,
mi impulso y delirio...
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