Y dicen

El aire sopla enamorado

cuando pienso en ti,

mi remolino.

Y dicen las nubes

que andan llorando por mi,

y que el cielo tiembla de celos

cuando me piensas.

Y yo, traviesa, me sonrío.

Y sale el sol

y todas las penas

se hacen

agüita de hierbabuena

y dejan de llorar.

Cantando en las nubes,

con mi sabanita de arena

deja que siga soñando.

No me despiertes ahora,

en esta noche de aguamarina

deja que siga

soñando,

seré figurita de algodón

y piel sureña.

Soy Alicia Valverde Romero:

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Quien me conoce

Ya no recuerdo, cuando fue la última vez que cogí una hoja y un bolígrafo. Hoy me decidí, miro la hoja en blanco... pienso... y ahora ¿qué?
Dime algo, le pregunto, no me responde...
Igual que cada mañana al mirarme al espejo, veo a mi gemelo. Ese que coge mi cepillo de dientes, mi maquinilla y afeita mi barba, y le pregunto, cómo irá el día. No me responde... no me conoce, no le conozco. 
Igual le ocurre a esta hoja de papel, no me conoce, no la conozco. Dime algo, le pregunto.
Quiero escribir, contarte mis sentimientos... no responde. Por qué, no puedo yo expresarme como Santi, que por corazón tiene un tintero de roja ternura, por qué, no puedo sentir esa fuerza en mi interior que Yoli nos transmite. Por favor, dime algo... 
Algo que me llene, como lo hace Blanca por sus senderos y con su dulce voz, como con sus sonrisas, Rita, poetisa Riojana.
Contestame, quiero escribir en tu blanco lomo. Explicame como Alicia nos envuelve con esos versos cada día, como Manuel, con su humor tan personal, nos traslada a su infancia. Vamos dime algo,  acaso no tengo alma, ni sentimientos o quizá se paró mi corazón.
Cuando Rosa nos desborda con su alegría, y Jose, el de Baruco, nos hermana en una gran armonía. No me contestas, no me dices nada. Nunca podré escribir como lo hacen Sandra, Matteo, Ángel, María... 
Tú como mí gemelo, no me respondes, no me dices nada, no me conoces. 
Con todo mi dolor, mi impotencia, mi ignorancia y mi cariño, para todos estos escritores y poetas. Dejo mi hoja en blanco, porque yo, no sé escribir, y ella, no me responde.

Muchas gracias a todos por lo que me regaláis cada día.


Fotografía: Fidel Pacheco.
Texto: Fidel Pacheco.

DESIDIA (divertimento 111)

DESIDIA—divertimento 111-

Entorno en mi trastero, en el trastero de mi mente

la oxidada, vieja y desvencijada puerta.

De ahí acabo de salir nuevamente, de ese lupanar de cucarachas.

Y salgo, como siempre, con excelentes propósitos :

    tengo que reordenar los recuerdos

    tengo que meter los podridos en bolsas de basura

    tengo que reciclar los que me hacen daño

Con todo y con eso

reconozco que antes de empezar ya tengo un problema:

¿en donde coño te meto a ti?

¿en el anaquel de los bonitos recuerdos agradables,

en los podridos de la podrida bolsa de podrida basura?

o , por el contrario, si eres un doloroso recuerdo reciclable,

¿en cual contenedor?, azul, verde o amarillo?

Un sol de justicia perfila mi injusta sombra perversa

como la de alguien que conspirase.  ¿por que  tú que eras?

                   ¿Vidrio duro, simple hoja de lata

                    papel cartón

                    resistente y correoso plástico?

 No hay manera, no, no hay manera

de ubicarte porque has sido tanto y tanto nada...

                    Tonta

                     (ay...tanto)

                     Nada

Desidia es el término acertado

y nunca me animo a entrar allí con un lanzallamas

para abrasar y mandarlo todo a tomar por ...fuego

¿será por el síndrome de Diógenes?

¿será porque aún te quiero?

RECUERDOS DE OTRA VIDA

Un perfume tenue y suave

Que  te transporta

A la velocidad de la luz al pasado

Una fotografía escondida entre la ropa delicada

Hace que dos lágrimas corran por tus mejillas

El vestido que te pusiste orgullosa la noche

En que unas manos expertas te desnudaron

Incendiándote de pies a cabeza

El sobre que nunca abres

Que pasó de blanco inmaculado

A amarillo desvaído

Como los pétalos de rosa

Que contiene

Atrapados entre las hojas de la carta

Que nunca lees porque conoces de memoria

Un pendiente sin pareja

Que reclama a su compañero

Perdido en una batalla de sábanas salvajes

En cama ajena

Guardado en un rincón del escritorio

Que Él nunca conocerá

Porque aunque le amas con toda tu alma

Nunca compartirás ese secreto

Esa locura prohibida que sucedió

Mucho antes de conocerle

El cielo lapislázuli del ocaso

Que hace que tus labios se humedezcan

Saboreando pasión y languidez

Recostada en un pecho masculino

Después de alcanzar el blanco

De la temperatura máxima

En un crisol de sexo y sudor.

Son tus recuerdos

Retales que conforman tu vida

Lecciones aprendidas

Pasiones saboreadas

Decepciones pagadas.

Y ahí llega Él

Escuchas sus pasos

Te estremeces

Porque el mejor recuerdo

Tu mejor recuerdo

Lo atesoraste anoche

Cierras el cajón, cierras la mente

Escondes tus recuerdos…

Le amas con toda tu alma

Te ama con toda su alma

Pero cuando miras, hueles, saboreas

Tus recuerdos

Te parece que es la historia de otra.