Art Suite es un Blog multidisciplinar para el Arte, espacio de autopublicación para escritores aficionados.
lunes, 19 de enero de 2015
Hope
Tropezaré /soñaré
con tu silueta, tu belleza
y la perfecta sonrisa que les acompaña.
Una y mil veces.
Hasta que seas porfin amanecer
(la luna me lo dijo)
Hasta entonces: Buenas noches amor,
allí donde quieras que estés.
Por Alex Madueño [am]
sábado, 17 de enero de 2015
En compañía de la soledad
-A veces era la brisa colándose por los pliegues de una ventana
delgada herrumbrada de pasado, la llegada de la mañana quieta asomando tempranamente por los muros
hiedras del jardín, las amapolas y las hierbas esparciendo sus colores en composé.
-El sol, manifestaba su temperamento cambiando las tonalidades, salvando
los retrocesos de ánimos envueltos en nostalgias, cuando yo te esperaba.
-Ardiendo en la espera sobre un lecho revuelto, devastada soledad,
ecos desiertos.
-Ella, anfitriona habitando cada cuarto, no resistiéndose ningún
rincón ni mínimo agujero, a su estadía permanente.
-De alguna insospechada manera yo, la había invitado a quedarse.
-Llegó tímida, silenciosa, luego, con gran sutileza y maestría fue
socavando, apoderándose de mi universo, cada centímetro le pertenecía, lo mismo
que mi alma sedienta de vida, que se negaba sin fuerzas, ni voluntad a su régimen
dictatorial.
-Por las noches soñaba con correr, huir de ese lugar y llegar al
refugio de tus brazos, deshojando pétalos en cada beso, amarrando mi amor
reservado, atesorado para ti, dentro muy dentro de mí.
-Caricias de seda y besos prolongados entregártelos con ademanes
lentos reconociendo los paréntesis de tu cuerpo, donde los susurros crean melodías
a través de los sentidos, en retornadas noches, siendo voluntaria solícita en
tu lecho.
-Contemplar la desnudes de tu piel invernal no indiferente, doliente
no…
-Descubrir el cansancio en tu agitado respirar nocturno después de
amar incesantemente hasta el agonizar de la madrugada, coronando mi palpitar,
elevándome al cielo sobre tus colinas, emigrando vívidamente en tus sueños, saciando
nuestra sed en cada verso, siendo virtud con mis falanges, invadiendo nuestras soledades, bebiendo cual
sediento marinero, irrumpiendo fatigosos en cada puerto.
-Soñaba con oler a ti, en mi reposo amanecer, ser naufragio entre tus
brazos, llenarme de tus primaveras, horizonte febril timón de mis deseos, vestir
en la mañana radiantes destellos de felicidad, conservando tu esencia en mi feminidad.
-Ella lo sabía o quizás lo intuía, porque no se apartaba ni un momento
arremetiendo en mis pensamientos abarcando mis espacios como un fantasma.
-Le temía, aun así comprendí que debía revelarme, descubriendo mis
fuerzas aprendí a convivir porque a pesar de todo, nos necesitábamos, ella era parte de mí y era parte de él,
nuestras soledades nos unían…
domingo, 11 de enero de 2015
Un momento
¿Qué es un momento exactamente?
Un momento puede ser el tiempo
que tardo en levantarme del sofá
cuando te veo entrar por la puerta
de casa para abrazarte.
Un momento puede ser el tiempo
que tardas en comprarme flores
cada viernes por la tarde.
Un momento puede ser el tiempo
que tardo una noche cualquiera
preparando una cena para sorprenderte.
Un momento puede ser el tiempo
que tarda en llegar tu mirada a la mía
para amarme en silencio.
Un momento puede ser el tiempo
que tardamos en cruzar nuestros meñiques...
Prometiéndonos todo, pero sin prometernos nada.
Eso. Justo eso. Es un momento.
Por: Lady Writer
Twitter: @IreneNomada
Blog: Nómadas en la Noche
sábado, 10 de enero de 2015
Lucía (continuación)
-Esteban
dio dos vueltas a la manzana, al llegar a la esquina hizo juego de luces y
estaciono en la terminal abandonada, donde siempre, esperando la llegada de Héctor,
que vivía en ese humilde barrio donde la marginalidad hacía estragos, el
muchacho corrió hasta el coche importado y sacó de entre sus prendas unos
documentos guardándose un sobre solo para él, Esteban los recibió colocándolos en
la guantera, pagó por su servicios y se retiró del lugar a gran velocidad.
-Héctor
colocó el dinero dentro de sus medias dirigiéndose al teléfono público e hizo
una llamada ofreciendo el sobre que se había guardado.
-Del
otro lado le confirmaron la operación.
-Se
apoyó sobre la barra del bar, pidió una cerveza mientras observaba el espectáculo
que daba la borracha entrada en años, cada noche era lo mismo, llegaba muy bien
arreglada y perfumada, luego la invitaban a beber perdiendo la compostura,
subía y descendía del cuarto tantas veces como fuera posible por una mínima
cantidad de monedas, otras veces por nada, solo por un trago más, que aplacara
los fantasmas de su cabeza.
-De
rostro una vez hermoso, lozano, ahora solo reflejaba dolor, e inmensa amargura,
las arrugas se agolpaban unas con otras haciéndose lugar donde cobijar, las
comisuras de sus labios agrietados de fingidas sonrisas remarcaban su expresión
de mirada sin sueños.
-La
noche estaba concurrida el lugar permanecía atiborrado de gentes risueñas, la
bebida se deslizaba por las gargantas donde nacían cantos e intérpretes de poca monta.
-Héctor
miró hacia la ventana, vio estacionarse un coche nuevo, haciéndose paso entre
los concurrentes caminó con dificultad por los obstáculos hacia la puerta de
entrada, cuando una mano se apoyó sobre su hombro derecho, al girar, vio el
rostro de Esteban quien con una mano quitó de entre sus prendas el sobre
faltante, y con la otra dio unos golpes sobre su espalda, y continuó su camino
saliendo por la puerta de emergencia.
-El
joven delincuente no tuvo tiempo de entender lo que sucedía, el calor corría por su cintura descendiendo
hacia sus piernas las cuales sintió cansadas, levanto la mirada vio acercarse
al dueño del coche nuevo que se dirigía hacia donde él se encontraba, su mirada
se nublaba cayendo al piso, la sangre brotaba serpenteante sobre sus pies, de
pronto recordó que ese día no saludó a su madre, vio sus ojos dibujarse en el
aire, sus caricias, cuando le pedía que estudiara que se alejara de las malas
compañías, todo era tan claro y confuso, cerró sus ojos para descansar,
trayendo a la memoria la imagen de esa tierna viejecita, cuando el terminara
con su vida, solo por unas pocas monedas, su nombre, su nombre llegó como un
flash a su mente, Ema…
-Cuándo
olvidamos el vivir,
el soñar,
las herramientas
para imaginar un
futuro mejor,
donde hacernos al
mañana
en una nueva
realidad…
Olvidamos,
nuestra
naturaleza humana.
Continuará
Lucía: XXXI
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Amelia Orellano
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Narración
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