La ofensa, el agravio y la deshonra
Pronto se darán la mano y la muerte
Elegiremos, el día, las armas y la hora
En una espesa neblina, la fatal suerte.
El silencio será tranquilo y acogedor
Llegarán los pasos solitarios primero
Los murmullos febles de un feo reloj
Marcarán el frío día del rojizo duelo.
Cada padrino con las armas letales
La verdad, la venganza y la vileza
Todas balas dolorosas e infernales
Permiten poner fin a esta bajeza.
Se acercan al centro y de espaldas
La sangre hierve fría, expectativas,
Filoso escozor, ardiente la espada
Atravesar, recuerdos de una vida.
Existe pasión de revancha hermosa
El estruendo de la pólvora, el plomo
Cuando el honor es bala dolorosa
Nos reciben el cielo, dulce y gris tono.
Corren lágrimas en socorro, austero
Silencio y el sórdido perdido eco
No hay flores camino al cementerio
No hay comentarios, silencio seco.
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