martes, 12 de agosto de 2014

No pasa nada


Si nos pasa lo que nos pasa, si discutimos como discutimos, es porque tu inteligencia emocional es comparable a la de un salmón. En serio, recapacita, date cuenta, de que los errores no han sido mios, esta vez han sido todos tuyos. Las emociones hay que dominarlas, hay que usarlas para comunicarse, hay que comprender las propias y las ajenas, hay que saber manejarlas. No hace daño sentir, no hace daño saber, no duele la vida, solo el vividor. Debes vivir cada día como si no existiera un mañana. Porque el mañana podría no llegar, y el tiempo no retrocederá. Y entonces... ¿Qué harías? ¿Te gustaría dejarlo así, como está? No me gustan las palabras solitarias, las que nadie escucha, las que nadie sintoniza. No dejes que llegue el día, en que me eches de menos, y esta melodía haya dejado de sonar.
Porque una vez me preguntaron por la muerte, esa dama que siempre viste de luto, y esto es lo que dije: Haz que conocerte merezca la pena, que te echen en falta cuando no estés, y lo más terrible de todo. Que llegado el día, seas merecedor de sus lágrimas.
Te creí diferente, y supongo que engañé a mi mente, pensando que miente la gente que siente la muerte auspiciando inerte y paciente anhelos de un ente que padece condolente designios ingentes que me condenan a quererte mas alla de la vida y la muerte.
 ... y es en noches como ésta cuando tengo miedo, me inspiro, te recuerdo, y me pierdo.

Escrito por: Meg
Twitter: @Esenciadeheroe

Superviviente


superviviente para Art Suite

Sepultaron mis palabras
entre nieve y hielos.

Sepultaron sentimientos
tatuados en mi alma.

Sepultaron sensaciones
escondidas en dulces palabras.

Intentaron sepultar
la luz de la mañana,
recortando luces grises
en mitad del amanecer.

Olvidando que los supervivientes
emergen con la luz del nuevo día.

11/VIII/14

Poesía: Rita
Blog: Cosas que siento
Contacto: cosasquesiento@gmail.com
Facebook:Rita
Twitter:C.Grant
Fotografía: wikipedia

lunes, 11 de agosto de 2014

Las coordenadas del destino




Pensamientos, recuerdos,
sentimientos,
que despiertan de repente.

Serenidad, ilusión, sueños,
sosiego, coraje.

Vidas que se cruzan
y ya no pueden separarse.

De todas las posibilidades
solo una posibilidad
tú y yo.

Hilos que inician ovillos,
ovillos que quiero desmadejar.

Llegar a la brújula
que me dará
las coordenadas del destino,
para llegar a ti.


Ven



Bajo el paraguas de la vida podemos sonreír
con la lluvia de nuestros recuerdos y ser feliz
en el intento de borrar las nubes de pasados grises,
hacer pompones con las nuevas amigas algodonadas,
blancas como la sonrisa de un ángel y flotar sin alas
por la liviandad de la esperanza.

Ven y no te detengas con la excusa vana de la cordillera
porque ella siempre tiene nieve pero nuestros corazones
son más Sol que el mismo astro rey y podemos
derretir el miedo a atrevernos. 

Recuerda que somos la Luna de algún loco atrevido y soñador,
en los pasillos de la inocencia nos enamoramos sin mirarnos,
solamente por el sentido común de nuestras almas y
ese brillo primario enceguecedor era el augurio,
un aura mágica y reveladora, luego vinieron las palabras,
algunas comunes y otras inmortales, esas palabras nos ataron desde la piel,
las venas y cada órgano de vida, que latía por nosotros.

Ven, desde que te vi y el verde fuera revelador de nuestros anhelos,
de nuestras lágrimas y de nuestros recuerdos, esos que llamamos "Pedacitos de vida",
si , desde ese instante nos hicimos trascendentales, únicos e irrepetibles,
porque este amor es de esos soñados, tanto así que cuando te vi,
sabía que te había visto antes y sentido siempre.

Ven, porque cuando llegues habré esperado suficiente
para ser todo lo que la vida te dijo que debía ser y no traigas mucha ropa,
hemos de tejer todos los sentidos en cada instante de las miradas perdidas
en los ojos del alma y si me ves en la calle atravesando tu cuerpo
desde los hombros hasta tus senos, no es casualidad,
es una necesidad de sernos, de encontrarnos,
entre el silencio de un susurro y los calambres de nuestros besos,
hechos de boca a boca.

Ven, y aunque te puedes demorar una eternidad
ya sabes que te esperaré, no hay umbral más grande
que el de nuestros sueños y no hay deseo más fuerte que el de nuestro amor.
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