Si nos pasa lo que nos
pasa, si discutimos como discutimos, es porque tu inteligencia
emocional es comparable a la de un salmón. En serio, recapacita, date
cuenta, de que los errores no han sido mios, esta vez han sido todos
tuyos. Las emociones hay que dominarlas, hay que usarlas para
comunicarse, hay que comprender las propias y las ajenas, hay que saber
manejarlas. No hace daño sentir, no hace daño saber, no duele la
vida, solo el vividor.
Debes vivir cada día como si no existiera un mañana. Porque el mañana
podría no llegar, y el tiempo no retrocederá. Y entonces... ¿Qué harías?
¿Te gustaría dejarlo así, como está? No me gustan las palabras
solitarias, las que nadie escucha, las que nadie sintoniza. No dejes que
llegue el día, en que me eches de menos, y esta melodía haya dejado de
sonar.
Porque
una vez me preguntaron por la muerte, esa dama que siempre viste de
luto, y esto es lo que dije: Haz que conocerte merezca la pena, que te
echen en falta cuando no estés, y lo más terrible de todo. Que llegado
el día, seas merecedor de sus lágrimas.
Te creí diferente, y supongo que
engañé a mi mente, pensando que miente la gente que siente la muerte
auspiciando inerte y paciente anhelos de un ente que padece condolente
designios ingentes que me condenan a quererte mas alla de la vida y la
muerte.
... y es en noches como ésta cuando tengo miedo, me inspiro, te recuerdo, y me pierdo.
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