miércoles, 3 de septiembre de 2014

El tiempo de una vida se esfuma en un segundo

¿Qué sería de nosotros sin el tiempo?

Tiempo de reír,
tiempo de recordar,
tiempo para amar
y el tiempo muere en un suspiro.

Imagino,
corro,
divago
sobre la infinita belleza y misterios del universo
-y respiro-:

uno,
dos,
tres,
cuatro...

Mi vida anclada a los segundos
-unidad de medida infinitesimal de una existencia-,
se mueve a través y por el tiempo.

Tras reproducirnos y trasmitir conocimientos,
no seríamos nada
sin lo que realmente
nos forja para siempre:
los recuerdos.

Sin ellos no podría derramar tu historia.
Tu recuerdo siempre estará en mí,

te querré siempre abuela...





martes, 2 de septiembre de 2014

El mar sabrá esperar


Tan llena de mar sus ojos,
Apacible eco de oleaje,
Paisaje de sinuoso andar,
Resbaladiza sonrisa.

Una silueta de agonías
Envolvió las arenas,
Sus relojes se rompían
En la casa de la moda.

Cuan largas vidrieras te mire
Y la oferta era la misma,
Los libros no alcanzaron
A escribir más historias.

Ambos de negro, advertencia
Cierta de la moribunda fe,
Jugamos a desvestirnos
Perdidos nuevamente.

Mis zapatillas se quedaban
allá en rededor de los pisos,
Pulidos de tanta arena y mar,
La hora aún no es nuestra.
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Eva prima

Eva negra, crisol manchado,
Desierto de escepticismo,
Gacela de mis entrañas
Faja de pasiones desatadas.

Brillo transparente del alma
Silueta en forma de hembra
Deseo en fuga del hombre
Sumisa África, sangra la piel.

Entregada, flagelo del hambre,
Mis ansias corrompen la imagen,
Ella es de carne y yo caníbal,
La violencia es barata, el motín
Efímera cama subyugada.


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Flor de Luna

Me apague
junto a la luz
de tu ventana y
mientras el sol entraba
se iban derritiendo mis alas.
De noche fuimos poesía ciega
de los miedos
que nos recorrían,
danza de palabras hechas amor
y un silencio que brotaba de los ojos,
del viento de un suspiro
hice remolinos en tu cabello
y me cubriste de frío,
de mi alma pedregosa,
de esa letanía,
de los años dormidos,
te hiciste flor para mi
y no tuviste tiempo para temer,
fui luna por cada pétalo abierto
y faltaron besos para ser un millón,
sin embargo,
la piel nos recordará
porque el alma nunca olvida. 

Una noche fuimos canción,
dos desconocidos,
un paseo por la memoria del amor,
un olvido demente,
rasguñamos los años
y sangraban momentos,
sentados frente a frente
lloramos por ellos,
no comprendieron nuestra entrega
y volvimos a ser los de antes,
yo lejos de ti y esa ventana,
mientras tú,
suavemente despertabas
queriendo que el sueño
se repitiera todas las noches
que nos faltaran.
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