Tan llena de mar sus ojos,
Apacible eco de oleaje,
Paisaje de sinuoso andar,
Resbaladiza sonrisa.
Una silueta de agonías
Envolvió las arenas,
Sus relojes se rompían
En la casa de la moda.
Cuan largas vidrieras te mire
Y la oferta era la misma,
Los libros no alcanzaron
A escribir más historias.
Ambos de negro, advertencia
Cierta de la moribunda fe,
Jugamos a desvestirnos
Perdidos nuevamente.
Mis zapatillas se quedaban
allá en rededor de los pisos,
Pulidos de tanta arena y mar,
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