El olor a palmeras
invadía su cabeza.
Los días en el paraíso
se escondían tras su sonrisa.
Y asomada a la ventana,
su pupila seguía el mar
que ya dejaba.
Sus pies sentían los pasos
que la arena olvidó hace días.
Pues la espuma iba y venía
borrando sus huellas perdidas.
Apoyó sus pensamientos en la mano
guardándolos en cada rincón del recuerdo.
Sabiendo que ya no viviría esos momentos
pero que siempre permanecerían