Le diré algo…
Ya he aprendido a pedir justicia a exigir justicia,
cuando he soportado suficientes abusos,
ya he aprendido a pedir libertad, a exigir libertad
cuando la tiranía arremete contra mi y me hace débil,
ya he aprendido a llorar, a llorar de verdad,
llorar con los ojos, el alma, el corazón y tal vez con el ansia,
he exigido llorar, ¿cuando es preciso llorar?.
ya he aprendido a sonreír y sonreír de verdad,
en mis momentos más vívidos, en las angustias más lúgubres
y en las noches más oscuras.
ya he aprendido a escuchar entre tanto ruido,
entre tanta confusión y entre tanto silencio.
ya he aprendido a gritar, gritar desde lo más profundo del alma,
rechazando el miedo, rechazando el mal, le he gritado pero acaso:
¿me habrá escuchado?,
ya he aprendido a soñar a soñar en lo más profundo de mis noches
y en lo más solemne de mi insomnio.
ya he aprendido a caer, a caer desde lo más alto de una cumbre con gran desilusión,
y amargura y también desde lo más bajo de un andén que apenas recuerdo.
pero... para mi gran pesar, para mi gran vergüenza,
y debo decir que solo me lo confieso por ser éste un tiempo inhóspito
y aunque pueda parecerle simple,
aún no he aprendido a expresarle mi amor...