Hotel suplicio
Llegas...
La habitación a la que te destinan
no es muy agradable.
Las voces en el pasillo se multiplican...
Me observan muecas distorsionadas
de jóvenes, niños y adultos,
y parentelas hipotecadas
al sufrimiento.
Te espían viejos arrollados por los años:
surcos de enfermedades aradas con el tiempo...
El día aséptico se consume sin luz ni sombras:
en el espectro del dolor
la agonía no tiene edad ni momento,
se convierte en sanguijuela del alma,
en eclipse de alegría...
¡Enfermedad!
Urgencias entregadas a esperas infinitas,
emergencias enlatadas a una cama de hospital.
Aquí la vida es una democracia que termina...
en tiranía
y yo quisiera salvarte de un destino
que siempre acaba ganando...
Autor: Matteo Barbato
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