sábado, 22 de noviembre de 2014

Lucía (continuación)

Esteban
Esteban se preparó un café doble para despabilarse, no había dormido en toda la noche,  tomó una ducha rápida, se vistió, bebió su café ya tibio y se dirigió a su escritorio, recogió su maletín cuando vio unos papeles que debía colocar en su caja fuerte, en su pronto accionar cayeron de sus manos algunos sobres, solo le importó uno de ellos y rápidamente los guardó en el mismo sitio.

Caminó hacia la puerta y  detuvo su mirada al tomar el picaporte, su mano, su anillo.

Bajó los seis pisos por las escaleras muy deprisa, al llegar al estacionamiento saludo al guardia y le entregó un sobre cerrado, le palmeó la espalda y se dispuso a subir a su vehículo cuando el empleado, Roberto le preguntó, -¿Está todo bien señor?

Esteban advirtió que había notado sus ojeras y su rostro demacrado, con un leve movimiento de cabeza asintió.

El día  le resultaba interminable en la oficina, se sentía ahogado,  debía concluir unos asuntos pendientes antes de finalizar la jornada.

A media hora de terminar la tarde, se hizo presente Sarita su secretaria, una rubia de un metro ochenta de finas curvas, polleras cortas muy ceñidas y tacones, a confirmarle que ya todos se habían retirado.

Le preguntó si esa noche saldrían a beber algo, El, la tomó entre sus brazos y pudo sentir su suave aroma y la fragilidad de su cuerpo deshaciéndose en sus manos, la besó y le respondió que tendría que ser otro día porque se sentía muy cansado, a lo cual ella, luego de insistir con suaves caricias y besos aceptó.

Esteban ya arriba de su coche se recriminó sintiéndose un tonto por haber desaprovechado esa excitante oportunidad, y la siguió con la vista mientras ella se retiraba del lugar en su coche importado.

Esbozó una sonrisa al pensar en quien sería su próxima víctima, Sara no era una mujer que aceptara
negativas, no se iría sola a su hogar.

   Continuará…


viernes, 21 de noviembre de 2014

Tu

Cuando el día nace
y su sombra se va cubriendo de luz,
la mañana se viste de seda en tu piel,
el viento abanica sus vestidos
esparciendo tu aroma
en el espacio de mis sentidos,

los suspiros se atolondran,
agolpándose para salir amedrentados
recorriendo la faringe en su calor,
golpeando fuerte, muy fuerte,
mis vestiduras, tu voz,

socavando palabras guardadas,
de mi boca amurallada
reservada para ti,
tu mirada, tu mirada,
tímida, cristalina,
humedeciendo mi desnudez.

De esa copa de vino…
Que no bebimos,
afloraron los deseos
mil caricias y un te quiero,
enterneciendo mi ser.

Has logrado, tú, perturbar mis días,
mis noches, cada uno de mis sueños,
conduciéndome a la irremediable locura,
desvaneciendo mis fronteras,
guiando a las estrellas en el camino
hacia tu amor…


jueves, 20 de noviembre de 2014

El tiempo detenido en tu recuerdo





Tengo que olvidar
que no se vivir sin ti.

Dejaré un lamento
en el aire.

Me desangraré en cada linea
que te escriba.

Porque amarte,
es seguir nadando a contracorriente.
Intentar llenar un vacío
que no me has pedido llenar.

Es lo que nunca pasará
y lo que nunca debió ocurrir.

Es lo inesperado
y lo mas esperado.

No es un antes
ni un después,
es el tiempo
detenido en tu recuerdo.









Fuera de mi

El cielo se abre sobre nosotros
La noche quiere hablarnos

Y nuestras miradas esquivas
Ya no dicen nada.

La vida es absurda
Llena de incógnitas sin sentido
Los suspiros intensos
Endulzan mis besos

Las mañanas vacías
Llenan mis versos
Me fumo a escondidas
Cada segundo perdido

El asfalto frío
Quema mi cuerpo
No veo nada
Y veo todo al tiempo

Me veo yo, desde fuera
Lucho por dentro...
Fuera de mi,
Entiendo el resto...


Aurora boreal. Tromso: Octubre 2014



Por: Lady Writer
Twitter: @IreneNomada