Inmóviles cual presa en la soledad de la selva y solamente aullando amores viejos atraíamos a nuestros captores, éramos la razón perfecta de sus colmillos y en esa felicidad mutua, masoquistas nos convertimos.
Jurabamos jamás volver a pasar por ese verso del amor enredado y torcido, bastó una coma bien puesta y la atracción era fresca en nuestras venas y corríamos como cazadores aunque en nuestro corazón las huellas de viejas heridas volvían a brotar penas del infierno.
Ahí estábamos, revolcándonos desnudos por las sábanas y rogando por más piel y más sangre para derramar y en casa orgasmo fuimos cazador y trofeo pero el daño fue bello, trágico y muerte mutua.
Éramos bestias con piel de seres humanos y solamente porque nos hemos vuelto a equivocar seguimos pensando que somos hombre y mujer equivocados de países.
Agradeciendo vuestra lectura, @Poetas_Nuevos
A vuestra disposición en mi blog : www.poetasnuevos.com/
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