Unas amarillentas cartas, ignoradas en un cajón
de aquel
viejo escritorio.
Miles de poesías escritas con tinta de
lágrimas,
que nunca ya recitará.
Las desvaídas fotos, que lucen colgadas
en la pared del dormitorio,
y, las rancias cuartillas con olor a rosas,
que
jamás se escribirán.
Solo queda eso, las ilusiones y los recuerdos
que el tiempo no pudo borrar.
Ella adoptó
sus sueños, los que añora,
los que no quiere olvidar.
Autora: Alma de Sauce
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