Cuando la
nostalgia barrena el pecho
y la
melancolía se anuda en la garganta
descienden
vertiginosos los años
hasta
posarse en la adolescencia
de las añoradas
tardes de domingo
en el
amplio descampado
de aquel
barrio de Madrid.
Nos llevó
el magnetismo
de apenas
tres atracciones de parque;
descaradas
nos retaban
con
traqueteos y sonidos estentóreos
de música,
de algazara, de juventud.
Y
apareciste Tú.
Y dejó de
existir el descampado,
el barrio y
hasta Madrid.
Sólo estaban
tus límpidos ojos azules
en la
belleza etérea de tu rostro
cobijado
por la cascada de tu pelo.
Fuiste una
aparición, un milagro
que, sorpresa
sublime,
me buscaba
a mí.
Subida al
carrusel,
sufriendo
mi indecisión,
en el paso
fugaz de cada giro
tu ojos simulaban
ausencia,
pero sabíamos
que me miraban.
Me
envidiaron mis amigos,
no me enorgullecía,
no los
veía,
no los
escuchaba,
estando con
ellos
mi
pensamiento iba contigo
asido a la
barra junto a tu abrigo gris.
Cuántas
palabras te habría dicho,
si hubiera
sabido,
si me
hubiera atrevido;
eran tuyos
todos mis pensamientos,
no fue
posible, no, no lo fue,
yo no
estaba en mí.
Tiempo cobarde
y abyecto
del que en
vano ahora abomino,
al que
maldigo con rabia estéril.
Terminó el
curso,
se acabó
Madrid.
Perdí tu indeleble
presencia,
desde
entonces mora afligida
en la
estancia secreta
del Sancta
Sanctorum de la memoria
donde se
adoran los recuerdos más sagrados;
allí estás
tú,
vívida,
pura,
intacta,
inmarcesible.
Corrieron
sin rumbo los años
y también
perdí los torpes poemas pueriles
que compuse
para ti.
Aún compungido
cavilo,
Rosi,
en qué
habrá devenido tu vida;
la anhelo feliz,
plena,
girando en
carrusel de júbilo.
Necesito darle
paz
a mi
conciencia corroída.
Soy Manuel Domínguez, autor de este escrito,
En twitter : @Jeringo_Frio
En mi blog : El vigía del Sur
Precioso Manuel, a parte de estar enamorada de Madrid, el poema es deliciosamente precioso.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Rita. En Madrid siempre pasa algo.
EliminarManuel, es precioso...un gran virtuosismo...como una caja de madera noble recamada en nácar que encierra un documento hermoso y muy muy valioso...gracias por compartir.
ResponderEliminarQué comentario más poético. Gracias, Blanca, muchas gracias.
EliminarQué bonito Manuel. Gracias.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, Sandra. Como no bailo, algo tenía que hacer :))
Eliminarhola,probando
ResponderEliminargrande manuel,el tiempo que pasa ya no vuelve,eso quiere decir que tenemos que aprovecharlo.Un abrazo
ResponderEliminarpoco puedo añadir a lo que te han dicho Manuel, precioso, magnífico y virtuoso de las letras, y para mí también acompañante de la memoria!!
ResponderEliminargracias por esa estupenda visión de Madrid y de la memoria indecisa!