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viernes, 2 de enero de 2015
Sin título
El sonido de la lluvia
me recuerda la soledad
que respiré contigo
mientras decías que me amabas.
30/XII/14
Poesía: Rita
Blog: Cosas que siento
Contacto: cosasquesiento@gmail.com
Facebook:Rita
Twitter:C.Grant
Fotografía: Madrid, álbum personal.
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Rita Turza
martes, 30 de diciembre de 2014
Lucía (continuación)
-Lucía
soñaba intensa y vívidamente, sus piernas cansadas corrían doloridas y
sangrantes, una fuerza sobrehumana la detenía regresándola a ese momento del
que tanto huía…
-Recostada en la camilla podía ver el quirófano, su boca
amordazada, el instrumental, y sus ojos, esos ojos que la observaban detrás de
aquel barbijo colocándose los guantes, por detrás ella, con una jeringa dirigiéndose
hasta donde se encontraba luchando con todas sus fuerzas para desatar sus manos
y huir del lugar…
-Se
decía nada podía ser real, solo era un sueño producto del estado en que se
encontraba, oía sus voces, Esteban acariciándola pidiéndole, suplicándole
despertara, su amiga y hermana Alicia leyéndole cada día, y voces extrañas que
no reconocía le hablaban reconfortándola.
-¿Que
era real, y que era fruto de su delirio?
-Su
cuerpo comenzó a reaccionar, pestañó lentamente primero, luego abrió los ojos miro
la habitación se encontraba sola, un silencio rotundo acompañaba, movió las
manos, los dedos, cansada cerró los párpados relajándose, entraron las
enfermeras y los médicos al ver sus reacciones revisándola, cambiaron su
medicación y se retiraron.
-Descansaba
en la espera mientras pensaba en sus sueños, dejaba volar su imaginación
pensando la alegría que vería en sus rostros cuando la vieran despierta.
-Se
encontraba adormecida, cuando el aroma de Esteban la intranquilizó deseaba
darle la sorpresa, no venía solo, ambos llegaron dejando sus cosas sobre la
silla, ella se apoyó sobre su hombro, él la tomó de la barbilla y besó, a lo
que ella respondió apasionadamente, en un juego de seducción.
-Sus
lágrimas brotaron como ríos sin cauce
golpeando contra la orilla sin encontrar un conducto donde derramarse, forzaba
sus gritos silenciándose para no ser vista, ellos se retiraron sin siquiera
mirar.
-Por la
noche despertó recordando lo que había visto y su mente la llevó al ayer, a ese
tiempo borrado, donde el olvido había sembrado sus raíces, y lo supo, ella
estuvo ahí todo era cierto…
-Esteban
al fin recobraba la señal de su teléfono, vio con atención las numerosas
llamadas del hospital, del día anterior y luego por la madrugada, corrió sin
antes hablar, llegando prontamente hasta la sala de guardia, donde le
comunicaron del progre.so de su mujer, y de su ausencia.
-Una
enfermera se acercó preguntándole si no se había percatado de su estado el día
anterior al llegar, su mujer estaba despierta le dijo seriamente, su mente se
lo dijo, ella lo sabía todo regresaba a un principio.
-Llamó
con insistencia a la oficina de Alicia quien no se encontraba su vuelo ya había
partido, corrió por los pasillos en
busca de respuestas, nadie la había visto salir del lugar.
-Se
tomó la cabeza con ambas manos y recordó llamar a Roberto, él sería la única
persona que podía ayudarlo.
-Roberto
prontamente se presentó en su oficina y coordinaron el área de búsqueda,
Esteban dirigió su mano hacia el cajón de la derecha y retiró un sobre, era la
paga de cada mes por sus servicios y su silencio, el hombre lo tomó y marchó
muy de prisa.
-Rafael
observaba silenciosamente desde las sombras podía ver el miedo reflejado en su
rostro, sabía que algo ocurría el seguiría con sus negocios.
-Al
llegar al departamento de Lucía vio con extrañeza un nuevo guardia, mucho más
joven y amable, saludó muy respetuoso y continuó, allí no había rastros de su
mujer, ni de que ella hubiese estado en el lugar, revisó si faltaba algo, todo
estaba en orden, continuó con su búsqueda, sin saber bien donde buscar…
Continuará
Lucía: XXVIII
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Hecha en Argentina
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Narración
Lucía (continuación)
-El
médico miro con resignación a la joven al darle la triste noticia, quien
compungida cayó desmayada al piso, golpeándose la cabeza contra un hierro que
sobresalía del aparato de ventilación, ya no despertó…
-Las
semanas pasaban, Lucía se encontraba en coma, nadie podía saber si despertaría y
cuándo...
-Esteban había abandonado la oficina pasándole el mando a su socio
Rafael, quien se hacía cargo de todo.
-El
joven no tenía cabeza para pensar en nada más, su padre se hacía presente
espaciadas veces, desde que había caído en quiebra no había vuelto a ser el
mismo, su madre había muerto hacía ya tiempo, Lucía no tenía familia solo su esposo
y su amiga Alicia, quien no se movía de su lado, leyéndole fantásticas historias, con la idea
de lograr su reacción.
-Esteban
regresó bañado y afeitado, habían pasado tres meses al entrar a la habitación
colocó una mano sobre el hombro de Alicia para despertarla suavemente, se
acercó a su oído y le habló por su nombre, la joven despertó con su aroma
impregnado, esa sensación le trajo recuerdos y sonrió, tomando la mano, asintiendo
haber despertado, se miraron por unos instantes, ella tomó la cartera y se retiró.
-Él
quedo pensando en la situación mientras tomaba la mano de Lucía, frotándola para
brindarle calor, se acercó la besó delicadamente en los labios, luego depositó
un tímido beso sobre sus mejillas, esperaba con ansias que ella despertara cual
bella durmiente.
-A los
cinco meses, Alicia regresó cansada de su casa a tomar el lugar al lado de la
cama de su amiga, Esteban la esperaba con las manos sobre la cabeza inclinado
hacia delante, al verla llegar se incorporó velozmente y la besó en los labios…
Necesitaba tanto ese beso… Ese vacío que
sentía, ella lo tomó del cuello, respondió con suavidad y pasión, ambos
salieron de la habitación camino a la terraza, la enfermera de guardia al ver
la escena se dirigió hacia la habitación, tomando asiento y retomando la
lectura.
-Esteban
la tomó por las caderas y la apoyó sobre la pared, Alicia levantó las polleras
introduciendo con las manos su sexo,
nada los detenía, saciaron sus deseos una y otra vez, sobre la terraza
del hospital junto al tanque de agua, él besaba el cuello, ella gozaba
susurrando lo mucho que lo deseaba, recordando las tardes de verano junto a la
orilla del mar, sobre la arena blanca, intensos suspiros esbozaban ansiosos,
sin temor de ser vistos.
-Él se
recostó sobre el pecho estabilizando la respiración, ella aun disfrutaba de los
espasmos, dejando libres los últimos gemidos…
-La
bajó acomodando sus ropas, la besó fugazmente en los labios y juntos
descendieron por las escaleras, ella se dirigió a la puerta de salida trasera,
el caminó hacia el baño de hombres, donde se tomó de la cabeza, golpeándose con
los puños por haberlo hecho, cuando tantas veces se había prometido no volver a
caer en su brazos.
-Alicia
se había ido, aun su fragancia la sentía en el aire, mareándole los sentidos.
-Las
siguientes semanas se turnaba con las enfermeras, debido que Alicia había retomado sus
funciones, él iba solo por momentos a la oficina, Rafael tenía todo controlado
junto a su secretaria Sarita.
-Ella
esperaba una mirada de él, algún gesto que no recibía, Rafael observaba sin
comentar.
-Esteban
se retiró de la oficina y decidió esperar sobre su coche a que saliera la
muchacha, sentía que debía darle alguna explicación…
-Cuando
ya todos se habían retirado, venía Sarita, con polleras ceñidas al cuerpo, escote
y tacones altos, meneaba las caderas voluptuosas en un vaivén excitante, pensó
que podría explicarle en otro momento, y descendió del coche dirigiéndose hacia
ella, en ese momento Rafael se acercó llamándola por su nombre con voz autoritaria,
la muchacha se dirigió hacia él, subiendo al coche.
-Esteban
quedó viendo la escena, los vio marcharse juntos… Continuará
Lucía: XXVII
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Narración
Lucía (continuación)
-Los
días pasaban en total reconciliación las sombras no asomaban sus narices
intrépidas, cada nuevo amanecer llegaba insinuante, ante los amantes que se
consumían en deseos ardiendo en su lecho, todo parecía volver a la normalidad,
ella había regresado a su antiguo departamento, él felizmente sentía que su
amabilidad, protección la consentían que ya nada le faltaría, pausadamente la
seducía envolviéndola entre sus brazos y caricias ella se lo permitía,
embriagada en su aroma recorría su hogar, escribiendo, soñando con volver a ser
feliz, esta vez para siempre.
-Necesitaba
de él, como él de ella, sus besos la adormecían, su piel, su boca y sus manos
respondían al sortilegio de amor, nada la apartaría de su lado, la magia era un
hecho, instalándose lentamente en sus vidas.
-Esteban
regresaba temprano de la oficina y Lucía organizaba el tiempo disponiendo su
uso junto al esposo, la felicidad preparaba un sabroso café matinal cautivando
sus corazones.
-La
joven levantaba la vista y las miradas se cruzaban conquistando las pupilas
hechizadas, las sonrisas brotaban acercando sus cuerpos, tomabanse de las
manos, admirando esos momentos de relax, como la pasión electrizaba el ambiente
los trasladaba a un estado de ensueño, del que no querían despertar
decididamente.
-Esteban
regresaba de la reunión de los jueves, era la única noche que retornaba tarde, con un ramo de rosas rojas, y una tarjeta escrita a mano, que decía, “Allí
donde exista el amor, seremos partícipes
tú y yo”.
- Abrió
la puerta de su departamento las luces se encontraban apagadas, se apresuró a
encenderlas se dirigió al dormitorio, en la habitación no encontró a su mujer,
buscó en el baño y al tomar del picaporte notó que algo se interponía, empujó hasta
abrir y grande fue el terror que sintió al ver su mujer tirada sobre el piso
cubierta en sangre desvanecida, su respiración se conmocionó, necesitaba llamar
a urgencias y las palabras no salían de su boca paralizada.
-Un
grito al fin y acudieron los vecinos, Roberto se encargó de llamar la
ambulancia, mirando fijamente a Esteban quien no podía salir de su estado de
afligimiento.
-La
mañana llegó el joven se encontraba parado al lado de la cama de su mujer, no
podía imaginar que era lo que le habría sucedido, ni de dónde provenía la
sangre.
-Al
llegar el recambio de enfermeras le pidieron salir de la habitación, mirándolo con
compasión sabiendo que pronto el médico
le diría lo que acontecía.
-El
médico lo observó unos instantes antes de hablar, después de revisar a la
paciente, y paulatinamente le fue aclarando lo ocurrido, la mujer había sufrido
un aborto espontáneo, seguramente por la caída dentro de la habitación de baño…
-Esteban
sintió que un puñal se clavaba en su interior para salir por cada orificio de
los poros, corrió hacia el baño, vomitó los nervios y la angustia que esa
terrible noticia le producía.
-Lucía
comenzó a despertar, al abrir los ojos miro a su marido y puso una mano en su
vientre, él se la tomó y besó pidiendo que regresara a dormir, que muy pronto
regresarían al hogar, la joven asintió con la cabeza y cerró los párpados.
-Por la
madrugada su pesadilla la llevó más lejos… Se encontraba en una habitación y de
las piernas brotaba sangre que se escurría hasta los pies, ella buscaba la
salida tratando de escapar, luego corría cayendo al pavimento, una mano la
ayudaba a levantarse… Unas manos fuertes, ágiles, y despertó llorando a Esteban
quien se había dormido debido al cansancio.
-Él la
abrazó y contuvo hasta que llegó la enfermera de turno, quien le inyectó un
tranquilizante.
-A él,
lo envió a descansar, ya que nada podía hacer, hasta llegada la media mañana
que sería cuando el efecto del inyectable pasaría.
-Sentía
que debía mantenerse a su lado, acomodó la silla y tomó asiento, a los minutos
la enfermera regresó con una frazada y le ordenó que se recostara en la cama
conjunta.
-Algo
no le permitía dormir, las palabras del médico daban vueltas en su mente
chocándose unas con otras, para volver armarse y así sucesivamente.
-Él
sabía que eso no podía ser cierto, no podía estar pasando, miro a Lucía que
descansaba cerró los ojos y se durmió.
-Por la
mañana los médicos y enfermeras iban y venían, por los pasillos, los sonidos de
los pasos retumbaban produciéndole fuertes dolores de cabeza, lavó su rostro y
dejó correr el agua por las manos, tranquilizándose poco a poco.
-La
joven despertó y nuevamente llevó la mano hacia su vientre, recordando que,
cada vez que algo la ponía triste tenía ese reflejo… Continuará
Lucía: XXVI
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Narración
Renaciendo de las cenizas
Un grito decapita
el silencio
y el hastío
naufraga solitario
he muerto tantas
noches vagabundas
a mi tumba los
cuervos ignoraron
el frío deslizo
por mis huesos
y el calor retoma
su rumbo
no bastaron lápidas
sin flores
pisoteadas por tus pies mi nombre,
hoy la tierra
infértil sucumbe
ante mis manos
agrietadas
desgranando el
polvo,
sacudo el manto en
la ciega mañana,
renaciendo como
roca desnuda
de playas y
caminos,
si he morir
olvidada,
no ha de ser en
negro exilio
chocando contra
las olas
bajo la mirada
azul cielo estío.
lunes, 29 de diciembre de 2014
Me haces falta
Te regalo mis
mañanas
Junto a ellas, el
color
de las noches
estrelladas,
el aroma del rocío
sobre la húmedas amapolas,
el sentido de la
vida,
las cuerdas a la
inversa del reloj,
mi aliento y
respiración,
porque sin ti…
Mi vida me conduce
a la nada,
a la trágica
existencia
de padecer tu
ausencia,
porque…
En la vida nos
cruzamos con personas
que con su llegada
todo lo alteran
lo transforman con
su magia,
inclinando la
balanza
a nuestro favor,
y ya no somos solo
dos,
nos fundimos en
una nueva
palabra, un verbo,
una estrofa,
un sentido de concebir
palpitantes
al amor en toda su
gracia.
Porque…
Tú lo vales, me
importas,
complementas mis
fantasías
conmoviendo mi realidad,
porque contigo
quiero soñar
al compás de la
inverosímil
locura por la cual
me guías…
viernes, 26 de diciembre de 2014
Romperse, para renacer
Rotas las vestiduras,
descompuesto el llanto,
perdidos los suspiros
y encontrado el desengaño.
Cada vez que nos rompemos
volvemos a nacer
nacemos sobre lo vivido
cebolla que sale de cebolla
llanto sobre llanto.
Descartamos lo innecesario
y la pureza es tal
que la vida nos danza.
Roto, hecho pedazos
con magulladuras
tiritas y esparadrapo.
Nuestro corazón sigue latiendo
viviendo
descubriendo
y soñando.
¡La vida
para los imprudentes
para los que perdemos en todo
y todo encontramos!
La vida,
para los que sueñan
con los ojos abiertos como platos.
Suspiro tras suspiro
la tinta corre
el miedo desaparece
en el nuevo día
que la luna mece.
Por Alex Madueño [am]
Photo: #Banksy
domingo, 21 de diciembre de 2014
Vives y reinas en mi
Que placer
es encontrarte
nuevamente
en mis pensamientos,
donde sé, permanecerás,
junto
al rumor de las olas
en tu
blanca tierra,
sin distancias ni ausencias.
en un sueño perenne
habitándote con inmenso deleite,
amándote
desde la aurora
hasta
el devenir en ocaso,
delicia
el aroma de tus besos
cuando
me besas y me duermo,
sintiéndote
dentro, muy dentro,
donde
anida el silencio,
acaeces
en mi alma,
en mi
cuerpo entero,
como la
miel que derrama
en suspiros eternos.
¡Ay, si
supiese la noche!
¡Ay, si
supiese el camino!
¡Ay, si
supiese el destino!
Que es
tu amor,
mi impulso y delirio...
viernes, 19 de diciembre de 2014
Pensando en ti
-La mañana
se presenta calurosa con las sábanas pegadas a la desnudez, el verano comienza
hacer notar su temperamento, el cielo gris anuncia la pronta llegada de una
tormenta, palomas torcazas sobre el balcón continuo retornan a sus nidos
trayendo dentro de sí, alimento a sus
pichones los cuales con sus picos abiertos y alas revoltosas esperan.
-Al
dirigirme al baño observo el paisaje por el vaivén de la cortina, deteniéndome en
mis pensamientos, cierro profundamente mis ojos y ahí estás, seduciendo los
espacios de mi mente, infinidad de emociones recorren mi cuerpo, impulsos
abruptos convulsionan con las paredes de mi vestidura piel, trayéndote a mi
lado, humedeciendo mis labios con el sabor de tu boca, tu barba deslizándose
por el camino que lleva a mi cuello, logro sentirte intensamente cuando tus
palabras incitan mis retinas, obligándolas a pestañear velozmente como la
respiración, que duele, cuando en el aire te huelo…
-El
baño no es el mío, es un baño nuevo sin historia, con ausencias, faltantes en
sentimientos y presencia femenina, solo los veo a ellos, a él, que es el ayer,
como una figura que lo abarca todo en esa su casa, auto,
cocina, baño… Su familia que una
vez fuese también mía.
-Desayunamos
en silencio, yo te pienso, allí en tierras lejanas con tu corazón que es el
mío, porque me es imposible ocultarte, te ves, en mi piel saliéndote por los
poros, en las dulces palabras, en cada pulsación, en la mirada, en esa mirada
que te ve grabado en mis pupilas.
-Salimos
a la calle todo es diferente cada día, las personas con sus vidas llanas
sonríen con precaución sin desalinear las comisuras de sus expresiones, con su
vista clavada en las agujas del reloj, con temor…
-Las
personas revoltosas merodean las veredas inclinados en el ayer, en esa vida que
una vez fue coloreando los cordones…
-Los
jóvenes con su espontaneidad sonríen abiertamente ilusionados, despreocupados
tratando de contagiar y convencer al mundo que nada es lo que parece ser, hay que disfrutar… Seguirán así, hasta que un
adulto los enfrente a la vida desilusionándolos, sacándolos de su inocencia,
con promesas rotas…
-Transitamos
las calles que se van perdiendo en cada segundo, los semáforos nos detienen apareciendo
de la nada bufones, arlequines, magos, músicos y payasos algunos con sus trapecios otros acercando una
gorra vacía de dinero, rebosante en ilusiones.
-Así la
mañana continúa mientras el ayer habla sin cesar, me evado en ti, acariciándote
las manos, maravillada con los paisajes que me invitas a ver…
-No sé,
en qué momento preciso me enamoré de ti, de ese ser maravilloso que anida en tu
interior, que fue cerrando heridas suavemente, sin siquiera percibir del modo en
que lo hacías, solo te sentí, me dejé llevar por ti mi guía, penetraste las grietas como el mejor de los
arquitectos, edificaste un paraíso solo para nos…
-Reconozco
tu aliento que me impide bajar los
brazos impulsándome a seguir saliendo con firmeza de los silencios, que ya no
me atrapan apoderándose como fantasmas en la oscura noche.
-haber
regresado al ayer sirvió, para valorar lo que la vida nos regala, el amor…
-Si
tuviese que elegir entre vivir sin ti, o morir, te elijo todas mis vidas…
Lucía (continuación)
Diario personal, Sarita
-Nuestra casa ya no es un hogar, un refugio donde resguardarse del afuera, ya no huele a primavera de mi madre, ni alegrías y costumbres, los aromas desaparecieron, muy lentamente se retiraron por la noche y al caer la mañana todo era muy distinto, la nostalgia sobrevuela el aire asfixiando los conductos que estremecen cada sentido o emoción, aletargando los silencios llevándolos muy profundos, las palabras quédanse quietas casi dormidas, los suspiros interminables.
-Las miradas se cruzan sin dirigirse, interrogándose en milésimas de segundos, luego callan mirando hacia la nada.- ¡Se fue, haciendo tanta falta!
-Nunca habíamos experimentado esta emoción, de repente ella lo era todo, su sonrisa llena de luz y magia le ponía calor y color al hogar, su aroma persistente e irresistible era símbolo de calidez de seguridad y amor.
-Las palabras le gustaban, saborearlas por el paladar y dejarlas salir junto con su aliento, no las callabas ni las guardaba, sabía que de nada serviría llevarlas donde más nadie las escucharía, las pronunciaba, inventaba y recogía como mariposas en el aire, de sus sueños de cada uno de sus anhelos y las vestía de fiesta celebrando la vida.
-Las lágrimas se escurren por los párpados llegando al comienzo del cuello de las camisas que nos cubren abrigándonos, mojándonos tiñendo de aureolas que dibujan imágenes desentonando con el paisaje y color de la prenda, el invierno ya se despide con la estación de lo nuevo muy cerca, aun así hacía frío en nuestros cuerpos.
-¿Será que quizás morimos sin saber, desterrándonos del tiempo, agobiados por la bruma que nos ciega sin dejarnos ver el futuro internándonos en el pasado?
-Una mujer luchadora con espíritu aventurero a veces melancólico, que absorbía las emociones destilándolas en hojas secas del otoño, le gustaba la lluvia verla correr por el cordón para perderse en la alcantarilla en busca de nuevas gotas que quedaban rezagadas.
-Ella sabía de soledades y recuerdos, de angustias, pesadillas de promesas incumplidas y sueños rotos prefiriendo la ilusión la esperanza que le ofrecía cada amanecer cuando la aurora desprendía su velo cubriendo el cielo floreciente.
-La lluvia cesó y a lo lejos se perciben las tonalidades del arcoíris, el vapor del café empaña los cristales del ventanal, su aroma la trajo nuevamente, un olor a jazmín nos envolvió todo vuelve a la vida, mañana será otro día para recordarte... Continuará
Lucía: XXV
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Narración
Lucía (continuación)
Despliega tus alas
asciende libre vuelo
nunca decaigas,
reconoce tus fuerzas,
lucha en la escarcha,
en el verde florecido,
celebra la vida,
escribe tu destino...
-Sarita saludo a su hermano quien acababa de llegar de un largo y cansador viaje de negocios, se dieron un abrazo y caminaron juntos a la cocina, ella se adelantó y colocó el café en granos mientras Rafael cambiaba el filtro, sus ojos se encontraban en una pregunta interminable sin respuestas donde cada uno buscaba consuelo, para salir de la desdicha, él deseaba hablar, ella no…
-Se paró en puntas de pie para alcanzar la bandeja que le había regalado su abuela y los pocillos, Rafael la observó por unos instantes, y sonrió…- ¡Siempre serás la misma terca!... -puedes pedirme lo que necesites, o buscar una superficie donde subir y tomarlo, ya verás hermana que hay veces en la vida, que uno debe saber solicitar ayuda.
- A la joven le temblaban las manos, él la ayudó llevándola de un brazo hacia su asiento y regreso a la mesada en busca del café, colocó en la azucarera los terrones y unos sobres con edulcorantes en un plato pequeño, después de servir el café, comenzó a removerlo como perdido en busca de un mundo nuevo, en ese ir y venir de la cuchara, el vapor empañaba su mirada y sus ojos derramaban lágrimas con inmenso dolor…
-Sara lo miró afligida, era la primera vez que veía a su hermano llorar, desde la muerte de su padre quien era un médico reconocido por su labor a la comunidad y por la nobleza de su alma.
-Sintió un fuerte impulso, lo abrazó para terminar en un llanto al unísono, las palabras estaban de más, aunque hubiera preguntas esparcidas por el aire, demás estaban las razones, en un momento de dolor nada cobraba mayor interés.
-Ella sabía que su hermano mayor había sido el consentido de su madre. Durante su niñez había sufrido las diferencias, pero no guardaba rencor mucho menos dolor por esa situación, solo pena al saber que ella no estaría para él, que era quien más la necesitaba. Su madre era su refugio, su cable a tierra, acariciaba su rostro con inmenso amor, besaba su frente, deslizaba sus dedos por sus cabellos peinándolo, siempre lo había visto como a un niño.
-Rafael con mirada de interrogación preguntaba… -¿Por qué?
-El desconsuelo era inmenso para sus corazones, el de ella frágil y dulcemente enamorado… El de él, duro como una roca, aun así sentía morirse por dentro… Su mínima motivación y capacidad de sentir la humanidad en sí, yacía muerta junta a ella, amor único en la vida. Su madre Abigail; quien lo había cuidado con esmero y dedicación, había otorgado todo cuanto el quisiera, conocía la historia de su nacimiento, admirando la determinación de su madre al abrirse paso en la vida, mucho antes de conocer a quién fuese su padre, por adopción quien le prodigo amor y contención.
-Su pasado terminaba brindándole paso a una nueva historia en su presente estaba solo, conocía las lágrimas de su hermana al regresar de la oficina, mordía los labios y se preparaba para escribir su propio destino donde ella era sería su fuerza, por quien el velaría… Continuará
Lucía: XXIV
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Lucía (continuación)
-Lucía se sintió mal en esa situación, se dirigió a la habitación, se recostó, Esteban se hizo cargo de los platos, saco la basura, preparó café, golpeó la puerta que estaba entreabierta y se sentó a su lado en la cama, ella aceptó de buen agrado sosteniendo el pocillo con ambas manos, y comenzó a llorar, no entendía que sucedía, él la abrazó sin pronunciar palabra, y se recostó acariciando los cabellos, pensando lo mucho que la amaba, sabía que ella necesitaba tiempo, ayuda.
- ¿Que sería lo que la atormentaba?
-¿Que desdicha la alejaba?
- La abrazó muy fuerte apoyando la cabeza en el pecho y la dejo dormir, mientras él velaba su sueño.
-Despertó bruscamente tomándola entre los brazos, tratando de calmarla, besaba su frente, los párpados húmedos que vertían lágrimas salando sus labios, nuevamente la pesadilla, la hacía presa del pánico.
-Él deseaba consolarla hacerla sentir segura, que supiese que nada malo le pasaría, a su lado…
-La mañana los descubrió dormidos tomados de las manos, ella, con el rostro apoyado sobre el torso de él. Él sosteniéndola de su cintura con una mano y con un brazo debajo del cuello de Lucía, con el mentón sobre la frente.
-La joven despertó abrió sus enormes ojos y lo vio, lo sintió, tenía la nariz pegada sobre el velludo pecho, la fragancia la envolvía agitando la respiración, oía retumbar los latidos en su cabeza, segregaba fluidos sobre su sexo femenino, lo deseaba con insistencia, la voluptuosidad de él aproximada, tan cerca que podía sentirla erguida entre la cavidad que permitían las piernas de ella, al estar abrazados.
-Descendió suavemente rozándolo con la mano izquierda, quería tomarlo, agarrarlo con sus delgados y delicados dedos, guiarlo hasta las profundidades de su fuente sin contemplación, y volar hacia un viaje sin retorno, sabiéndose feliz cada vez que él la tomaba.
-Esteban había despertado percatándose, esperando ansioso el momento en que se decidiera actuar, sutilmente acerco su ingle hacia ella cerrando los ojos, fingiendo dormir la abrazó muy fuerte.
-Lucía con los deseos alborotados y el nudo en el pecho gimió de dolor por no tenerlo, lo besó, beso el cuello de Esteban mientras se introducía por la cremallera en busca de su erguido miembro.
-Él la desnudó lentamente mientras besaba sus pechos, jugaba con sus deseos, haciéndose dueño del momento, excitándola, lamiéndola, provocándole frenetismo y locura. La amaba ciegamente, sabía cómo llevarla hasta el precipicio y arrojarla a su sexo ardiente.
-La penetraba suave y delicadamente con un amor que lo llenaba de satisfacción, la quería, ella era su todo en el mundo, solo para él, saberse su dueño, la veía con júbilo desesperada gozándolo, llegando una y otra vez.
-Ella sentía que sus emociones se aglomeraban su amor por Esteban era inmenso, él la hacía sentir amada, complacía su sexo de una manera única, sus orgasmos la hacían levitar, solo Esteban conocía sus gustos más intensos lo que la encendía hasta sumergirla en el abismo de lujuria. Lo sentía penetrándola deseando eternizar esos instantes…Continuará
Lucía:XXIII
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jueves, 18 de diciembre de 2014
Me miraste
Me miraste
Paseando por las nubes.
Paseando por las nubes.
Yo no te veía
Pero te encontré en mi bolsillo
Donde había guardado miles de recuerdos
Me miraste
Escondiendo secretos entre líneas.
Yo no te veía
Pero te encontré en lo que podría haber sido,
intentando olvidar lo que no fue.
Me miraste
Jugando con mi bola de nieve.
Yo no te veía
Pero te quería encontrar en cada copo que caía
y los hacía volver arriba para encontrarte otra vez.
Me miraste
Acechando mis miedos escondidos.
Yo no te veía
Pero te encontré al final del salto al vacío
clavando tus ojos en los míos.
Me miraste
Mirando como te miraba
Y te vi.
Pero la ilusión y los sueños colgando de mis pestañas
me hicieron mirar hacia otro lado...
Me miraste
Y te vi
Y nuestras miradas se hundieron
en el bolsillo lleno de recuerdos...
Y nos fue imposible salir.
Me miraste
Y te vi... Y me viste.
Fuimos cómplices de un cielo
Que también nos miró, pero a escondidas.
Queriendo que la valentía de alejarnos
fuese más grande que la de continuar mirándonos...
Pero tiramos por la borda lo aprendido,
no hicimos caso de los cosidos descosidos.
Así que decidimos doblar la esquina
de nuestra página en blanco,
y continuamos amándonos...
Por: Lady Writer
Twitter: @IreneNomada
Blog: Nómadas en la Noche
miércoles, 17 de diciembre de 2014
Mi corazón
Revivo cada día cuando tu estas a mi lado
acompañando mis pasos junto al calor
del asfalto quemando mis pies,
en el verde semáforo, guiando,
alentando a seguir adelante,
completando contigo mi otra parte…
Nunca te he
mencionado
que no hace falta
pregonar palabras,
ni plasmarlas en
el muro de nuestras retinas,
así sentirte a mi
lado,
librando tu presencia,
en un cálido
abrazo,
ni la humedad de
tus labios,
para saberte a
miel,
porque…
en todo mágico
instante de vida,
en que nuestra esencia destila
su propia
naturaleza,
tú estás…
incrementándolo
todo,
contigo mi vida,
tiene otro sentido,
y el amor,
corrompe cada
latido,
palpitando
velozmente
impregnando con tu luz
mi presente, inventando
tonalidades a la
primavera,
porque…
tú me das certezas
vertiendo con insistencia
tu nobleza,
ternura y comprensión,
no hay herida en
la distancia
ni en las
diferencias horarias
la llave tú la
tienes,
la has arrebatado,
abriendo con tus alas las puertas al amor…
lunes, 15 de diciembre de 2014
Te amo
Me
animo a imaginarte
a soñarte
cuando aquí
no estás
en mi mente,
Porque estás
ausente
sin tus
besos cadentes,
depositándolos
en mis
labios,
que te esperan
ilusionados,
vacíos sin ti,
es mi
piel que se subleva
por tus
caricias, suplicante,
olvidando
cada vestigio
de
orgullo solo amándote,
con más
fuerza cada segundo
en el
tiempo en que la vida
nos
envuelve en su magia,
llenándonos
de ilusiones
y
esperanzas,
porque
te amo, y en todo
momento
te extraño,
para
hacerte mío, solo mío
en mis
brazos…
domingo, 14 de diciembre de 2014
El gato
El gato se llama Renato.
Resulta que es maragato.
Ahora que fue al peluquero
se quedó con poco pelo.
Pero dice que le gusta,
porque causa sensación,
cuando pasa por las calles
en busca de distracción.
En cuanto llega el invierno,
mucha gente lo confunde,
porque en la nieve se hunde;
entonces mueve una pata
y les dice que es de nata.
Resulta que es maragato.
Ahora que fue al peluquero
se quedó con poco pelo.
Pero dice que le gusta,
porque causa sensación,
cuando pasa por las calles
en busca de distracción.
En cuanto llega el invierno,
mucha gente lo confunde,
porque en la nieve se hunde;
entonces mueve una pata
y les dice que es de nata.
sábado, 13 de diciembre de 2014
"CARTA A DIOS".
Querido Dios:
Sólo te quiero pedir...
Que nunca olvides vos,
Que sí la vida es atroz,
Que des esperanza de vivir;
Haz el amor insistir,
Antes de sesgarse con la hoz.
Nos diste libre albedrío,
Como el amor nos supiste dar;
Pero el humano lo ha echo un lío,
Que corre el odio como río...
Olvidándose así de amar,
Nunca vayas a olvidar...
Que tu amor nos cubre del frío.
Cuanto te quiero pedir,
Que mermes tu la ambición;
Que no sea eterno el sufrir,
Por eso quiero insistir...
Que alegres tu corazón...
Si con ello te hago sentir,
Que eterna es tu razón.
Con toda el alma tuya,
Llénanos siempre de amor...
Que tu alma alegre intuya,
Pues eres tu el creador.
Paz eterna en el alma,
Amor intenso nos des...
Que sea tu venero de calma,
Y encender así con tu llama...
Por todo el mundo donde estés.
Nada te quiero pedir,
Mi amor hoy te lo quiero entregar;
De nada pudiera servir...
Si a nadie alegro el vivir,
Pero tan sólo se amar.
Tú sabes lo que es el sufrir,
Tu muerte lo supo enseñar;
Nada pudiera decir...
Que de mi pudiera surgir,
Sin tu forma de enseñar;
Supiste amar y vivir,
Tu cuerpo supiste entregar...
El alma supiste surgir...
Por toda la eternidad.
Nunca nos dejes de dar,
Tu bello y valioso calor;
Esa tu forma de amar,
Que has logrado entregar...
En el más bello amor.
MIGUEL ÁNGEL ROJAS IBARRA.
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Vivo en Mazatlán, Sinaloa, México.
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