-Lucía
soñaba intensa y vívidamente, sus piernas cansadas corrían doloridas y
sangrantes, una fuerza sobrehumana la detenía regresándola a ese momento del
que tanto huía…
-Recostada en la camilla podía ver el quirófano, su boca
amordazada, el instrumental, y sus ojos, esos ojos que la observaban detrás de
aquel barbijo colocándose los guantes, por detrás ella, con una jeringa dirigiéndose
hasta donde se encontraba luchando con todas sus fuerzas para desatar sus manos
y huir del lugar…
-Se
decía nada podía ser real, solo era un sueño producto del estado en que se
encontraba, oía sus voces, Esteban acariciándola pidiéndole, suplicándole
despertara, su amiga y hermana Alicia leyéndole cada día, y voces extrañas que
no reconocía le hablaban reconfortándola.
-¿Que
era real, y que era fruto de su delirio?
-Su
cuerpo comenzó a reaccionar, pestañó lentamente primero, luego abrió los ojos miro
la habitación se encontraba sola, un silencio rotundo acompañaba, movió las
manos, los dedos, cansada cerró los párpados relajándose, entraron las
enfermeras y los médicos al ver sus reacciones revisándola, cambiaron su
medicación y se retiraron.
-Descansaba
en la espera mientras pensaba en sus sueños, dejaba volar su imaginación
pensando la alegría que vería en sus rostros cuando la vieran despierta.
-Se
encontraba adormecida, cuando el aroma de Esteban la intranquilizó deseaba
darle la sorpresa, no venía solo, ambos llegaron dejando sus cosas sobre la
silla, ella se apoyó sobre su hombro, él la tomó de la barbilla y besó, a lo
que ella respondió apasionadamente, en un juego de seducción.
-Sus
lágrimas brotaron como ríos sin cauce
golpeando contra la orilla sin encontrar un conducto donde derramarse, forzaba
sus gritos silenciándose para no ser vista, ellos se retiraron sin siquiera
mirar.
-Por la
noche despertó recordando lo que había visto y su mente la llevó al ayer, a ese
tiempo borrado, donde el olvido había sembrado sus raíces, y lo supo, ella
estuvo ahí todo era cierto…
-Esteban
al fin recobraba la señal de su teléfono, vio con atención las numerosas
llamadas del hospital, del día anterior y luego por la madrugada, corrió sin
antes hablar, llegando prontamente hasta la sala de guardia, donde le
comunicaron del progre.so de su mujer, y de su ausencia.
-Una
enfermera se acercó preguntándole si no se había percatado de su estado el día
anterior al llegar, su mujer estaba despierta le dijo seriamente, su mente se
lo dijo, ella lo sabía todo regresaba a un principio.
-Llamó
con insistencia a la oficina de Alicia quien no se encontraba su vuelo ya había
partido, corrió por los pasillos en
busca de respuestas, nadie la había visto salir del lugar.
-Se
tomó la cabeza con ambas manos y recordó llamar a Roberto, él sería la única
persona que podía ayudarlo.
-Roberto
prontamente se presentó en su oficina y coordinaron el área de búsqueda,
Esteban dirigió su mano hacia el cajón de la derecha y retiró un sobre, era la
paga de cada mes por sus servicios y su silencio, el hombre lo tomó y marchó
muy de prisa.
-Rafael
observaba silenciosamente desde las sombras podía ver el miedo reflejado en su
rostro, sabía que algo ocurría el seguiría con sus negocios.
-Al
llegar al departamento de Lucía vio con extrañeza un nuevo guardia, mucho más
joven y amable, saludó muy respetuoso y continuó, allí no había rastros de su
mujer, ni de que ella hubiese estado en el lugar, revisó si faltaba algo, todo
estaba en orden, continuó con su búsqueda, sin saber bien donde buscar…
Continuará
Lucía: XXVIII
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