Esteban
desconcertado recibió el llamado de Lucía quien se encontraba en la comisaría
dando a conocer los hechos recientes, el
suboficial tomaba declaración de todo su relato con lujo de detalles, Esteban
aguardaba en la oficina contigua mientras hablaba por teléfono con su socio,
dándole nuevas órdenes a seguir, al final del papeleo la joven fue enviada a su
departamento en compañía de una patrulla
custodio, mientras más se acercaban al lugar veían con asombro a sus
vecinos fuera, por la acera en pijamas,
patrullas custodiando el lugar, ambulancias en la entrada del edificio.
Lucia
descendió del auto velozmente tratando de saber lo que acontecía, Esteban la
tomó de un brazo diciéndole que él investigaría, y se acercó al guardia de
seguridad quien se encontraba en silencio con lágrimas en los ojos, fue él
quien relató lo sucedido, la horrible
muerte de Ema la viejecita del cuarto B, quien muriera en manos de un
delincuente esa noche.
Esteban
recordó a la mujer y su encantadora sonrisa, sintió pena de su infortunio y
regreso con Lucía.
La
mañana amenazaba con ser muy fría, la niebla ocupaba los espacios cegando las
miradas, a lo lejos se divisaban las luces de los automóviles, el sonido de
alguna bocina, la llegada del tren a la estación, se respiraba dolor e
incertidumbre.
Uno a
uno eran llamados a declarar, Lucía también, las horas pasaban muy lentas
sentía frío, su bolso había quedado dentro del auto, al terminar camino muy
despacio hacia Esteban que la esperaba ansioso.
Él
podía oler sus cabellos en su proximidad, la abrazó para brindándole calor y la
condujo hasta su piso, la joven dudó en entrar al departamento, Esteban se
adelantó abriendo cada puerta de las habitaciones, Naiel se encontraba
maullando fuera, en el balcón, todo parecía seguir igual.
Mientras
ella tomaba un baño el preparaba el café
con tostadas, todo era silencio…
De
pronto Esteban recordó a la mujer, sus cosas, sus adornos, sus fotografías
sobre su escritorio, se trataba de una persona muy solitaria, llena de
recuerdos, la tostadora lo trajo de regreso… Continuará
Lucía: XVII
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