Amanece en tu piel
de arena dibujada,
un oleaje
repentino que sacude las olas,
en los párpados de
miel tu aroma,
exquisita fragancia
semejanza amapolas,
vaivén danzante
de colores tus cabellos,
giran y giran, ovillantes melodías,
en torno a las montañas de tu pecho,
minúsculos párpados
de miel atónitos revuelan,
las rocas que de ti
deslizan a tus pies descalzos de
ensueños,
asoma una caricia en sus oídos de plata,
palabras
hechiceras sin mordazas
acolchonando tus
caderas contoneantes figuras,
que menean
envolviendo tus pupilas risueñas,
amanece otro día
sin tiempos, ni horarios,
la luna desdibuja
su reflejo en el agua,
todo regresa a su
calma cuando me ves,
bosque de pinos tu
mirada.
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