Nostalgias
de una tarde lluviosa
donde el
viento asoma su rostro
por el
cerrojo,
te
recuerdo frágilmente asomado
al
balcón desde ese tu rincón de soledades,
tu luz
opaca casi difusa desmenuzaba
gotas en sus caídas,
primero
una, luego otra, así sucesivamente,
millones
de parpadeantes segundos
envueltos
en su bullicio,
el
reloj no se oye,
aun así continua corriendo el tiempo,
suicidando
los sueños bajo su manto,
¿Por
qué te has ido? ¡No lo sé!
Solo la
mañana atesora tus secretos,
bajo sus
llaves de rocío
empuñando
los silencios,
llueve
en mi alma,
una
lluvia temprana,
oigo una
voz en el aire
que me
llama, entonando
rocas
en su garganta…
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