martes, 30 de diciembre de 2014

Lucía (continuación)


-Lucía soñaba intensa y vívidamente, sus piernas cansadas corrían doloridas y sangrantes, una fuerza sobrehumana la detenía regresándola a ese momento del que tanto huía… 

-Recostada en la camilla podía ver el quirófano, su boca amordazada, el instrumental, y sus ojos, esos ojos que la observaban detrás de aquel barbijo colocándose los guantes, por detrás ella, con una jeringa dirigiéndose hasta donde se encontraba luchando con todas sus fuerzas para desatar sus manos y huir del lugar…

-Se decía nada podía ser real, solo era un sueño producto del estado en que se encontraba, oía sus voces, Esteban acariciándola pidiéndole, suplicándole despertara, su amiga y hermana Alicia leyéndole cada día, y voces extrañas que no reconocía le hablaban reconfortándola.

-¿Que era real, y que era fruto de su delirio?

-Su cuerpo comenzó a reaccionar, pestañó lentamente primero, luego abrió los ojos miro la habitación se encontraba sola, un silencio rotundo acompañaba, movió las manos, los dedos, cansada cerró los párpados relajándose, entraron las enfermeras y los médicos al ver sus reacciones revisándola, cambiaron su medicación y se retiraron.

-Descansaba en la espera mientras pensaba en sus sueños, dejaba volar su imaginación pensando la alegría que vería en sus rostros cuando la vieran despierta.

-Se encontraba adormecida, cuando el aroma de Esteban la intranquilizó deseaba darle la sorpresa, no venía solo, ambos llegaron dejando sus cosas sobre la silla, ella se apoyó sobre su hombro, él la tomó de la barbilla y besó, a lo que ella respondió apasionadamente, en un juego de seducción.

-Sus lágrimas  brotaron como ríos sin cauce golpeando contra la orilla sin encontrar un conducto donde derramarse, forzaba sus gritos silenciándose para no ser vista, ellos se retiraron sin siquiera mirar.

-Por la noche despertó recordando lo que había visto y su mente la llevó al ayer, a ese tiempo borrado, donde el olvido había sembrado sus raíces, y lo supo, ella estuvo ahí todo era cierto…

-Esteban al fin recobraba la señal de su teléfono, vio con atención las numerosas llamadas del hospital, del día anterior y luego por la madrugada, corrió sin antes hablar, llegando prontamente hasta la sala de guardia, donde le comunicaron del progre.so de su mujer, y de su ausencia.

-Una enfermera se acercó preguntándole si no se había percatado de su estado el día anterior al llegar, su mujer estaba despierta le dijo seriamente, su mente se lo dijo, ella lo sabía todo regresaba a un principio.

-Llamó con insistencia a la oficina de Alicia quien no se encontraba su vuelo ya había partido,  corrió por los pasillos en busca de respuestas, nadie la había visto salir del lugar.

-Se tomó la cabeza con ambas manos y recordó llamar a Roberto, él sería la única persona que podía ayudarlo.

-Roberto prontamente se presentó en su oficina y coordinaron el área de búsqueda, Esteban dirigió su mano hacia el cajón de la derecha y retiró un sobre, era la paga de cada mes por sus servicios y su silencio, el hombre lo tomó y marchó muy de prisa. 

-Rafael observaba silenciosamente desde las sombras podía ver el miedo reflejado en su rostro, sabía que algo ocurría el seguiría con sus negocios.

-Al llegar al departamento de Lucía vio con extrañeza un nuevo guardia, mucho más joven y amable, saludó muy respetuoso y continuó, allí no había rastros de su mujer, ni de que ella hubiese estado en el lugar, revisó si faltaba algo, todo estaba en orden, continuó con su búsqueda, sin saber bien donde buscar… Continuará



Lucía: XXVIII


Lucía (continuación)


-El médico miro con resignación a la joven al darle la triste noticia, quien compungida cayó desmayada al piso, golpeándose la cabeza contra un hierro que sobresalía del aparato de ventilación, ya no despertó…

-Las semanas pasaban, Lucía se encontraba en coma, nadie podía saber si despertaría y cuándo...

-Esteban había abandonado la oficina pasándole el mando a su socio Rafael, quien se hacía cargo de todo.

-El joven no tenía cabeza para pensar en nada más, su padre se hacía presente espaciadas veces, desde que había caído en quiebra no había vuelto a ser el mismo, su madre había muerto hacía ya tiempo, Lucía no tenía familia solo su esposo y su amiga Alicia, quien no se movía de su lado,  leyéndole fantásticas historias, con la idea de lograr su reacción.

-Esteban regresó bañado y afeitado, habían pasado tres meses al entrar a la habitación colocó una mano sobre el hombro de Alicia para despertarla suavemente, se acercó a su oído y le habló por su nombre, la joven despertó con su aroma impregnado, esa sensación le trajo recuerdos y sonrió, tomando la mano, asintiendo haber despertado, se miraron por unos instantes, ella  tomó la cartera y se retiró.

-Él quedo pensando en la situación mientras tomaba la mano de Lucía, frotándola para brindarle calor, se acercó la besó delicadamente en los labios, luego depositó un tímido beso sobre sus mejillas, esperaba con ansias que ella despertara cual bella durmiente.

-A los cinco meses, Alicia regresó cansada de su casa a tomar el lugar al lado de la cama de su amiga, Esteban la esperaba con las manos sobre la cabeza inclinado hacia delante, al verla llegar se incorporó velozmente y la besó en los labios… Necesitaba tanto ese beso…  Ese vacío que sentía, ella lo tomó del cuello, respondió con suavidad y pasión, ambos salieron de la habitación camino a la terraza, la enfermera de guardia al ver la escena se dirigió hacia la habitación, tomando asiento y retomando la lectura.

-Esteban la tomó por las caderas y la apoyó sobre la pared, Alicia levantó las polleras introduciendo con las manos su sexo,  nada los detenía, saciaron sus deseos una y otra vez, sobre la terraza del hospital junto al tanque de agua, él besaba el cuello, ella gozaba susurrando lo mucho que lo deseaba, recordando las tardes de verano junto a la orilla del mar, sobre la arena blanca, intensos suspiros esbozaban ansiosos, sin temor de ser vistos.

-Él se recostó sobre el pecho estabilizando la respiración, ella aun disfrutaba de los espasmos, dejando libres los últimos gemidos…

-La bajó acomodando sus ropas, la besó fugazmente en los labios y juntos descendieron por las escaleras, ella se dirigió a la puerta de salida trasera, el caminó hacia el baño de hombres, donde se tomó de la cabeza, golpeándose con los puños por haberlo hecho, cuando tantas veces se había prometido no volver a caer en su brazos.

-Alicia se había ido, aun su fragancia la sentía en el aire, mareándole los sentidos.

-Las siguientes semanas se turnaba con las enfermeras,  debido que Alicia había retomado sus funciones, él iba solo por momentos a la oficina, Rafael tenía todo controlado junto a su secretaria Sarita.

-Ella esperaba una mirada de él, algún gesto que no recibía, Rafael observaba sin comentar.

-Esteban se retiró de la oficina y decidió esperar sobre su coche a que saliera la muchacha, sentía que debía darle alguna explicación…

-Cuando ya todos se habían retirado, venía Sarita, con polleras ceñidas al cuerpo, escote y tacones altos, meneaba las caderas voluptuosas en un vaivén excitante, pensó que podría explicarle en otro momento, y descendió del coche dirigiéndose hacia ella, en ese momento Rafael se acercó llamándola por su nombre con voz autoritaria, la muchacha se dirigió hacia él, subiendo al coche.

-Esteban quedó viendo la escena, los vio marcharse juntos…   Continuará


Lucía: XXVII



Lucía (continuación)


-Los días pasaban en total reconciliación las sombras no asomaban sus narices intrépidas, cada nuevo amanecer llegaba insinuante, ante los amantes que se consumían en deseos ardiendo en su lecho, todo parecía volver a la normalidad, ella había regresado a su antiguo departamento, él felizmente sentía que su amabilidad, protección la consentían que ya nada le faltaría, pausadamente la seducía envolviéndola entre sus brazos y caricias ella se lo permitía, embriagada en su aroma recorría su hogar, escribiendo, soñando con volver a ser feliz, esta vez para siempre.

-Necesitaba de él, como él de ella, sus besos la adormecían, su piel, su boca y sus manos respondían al sortilegio de amor, nada la apartaría de su lado, la magia era un hecho, instalándose lentamente en sus vidas.

-Esteban regresaba temprano de la oficina y Lucía organizaba el tiempo disponiendo su uso junto al esposo, la felicidad preparaba un sabroso café matinal cautivando sus corazones.

-La joven levantaba la vista y las miradas se cruzaban conquistando las pupilas hechizadas, las sonrisas brotaban acercando sus cuerpos, tomabanse de las manos, admirando esos momentos de relax, como la pasión electrizaba el ambiente los trasladaba a un estado de ensueño, del que no querían despertar decididamente.

-Esteban regresaba de la reunión de los jueves, era la única noche que retornaba tarde, con un ramo de rosas rojas, y una tarjeta escrita a mano, que decía, “Allí donde exista el amor, seremos partícipes  tú y yo”.

- Abrió la puerta de su departamento las luces se encontraban apagadas, se apresuró a encenderlas se dirigió al dormitorio, en la habitación no encontró a su mujer, buscó en el baño y al tomar del picaporte notó que algo se interponía, empujó hasta abrir y grande fue el terror que sintió al ver su mujer tirada sobre el piso cubierta en sangre desvanecida, su respiración se conmocionó, necesitaba llamar a urgencias y las palabras no salían de su boca paralizada.

-Un grito al fin y acudieron los vecinos, Roberto se encargó de llamar la ambulancia, mirando fijamente a Esteban quien no podía salir de su estado de afligimiento.

-La mañana llegó el joven se encontraba parado al lado de la cama de su mujer, no podía imaginar que era lo que le habría sucedido, ni de dónde provenía la sangre.

-Al llegar el recambio de enfermeras le pidieron salir de la habitación, mirándolo con compasión  sabiendo que pronto el médico le diría lo que acontecía.

-El médico lo observó unos instantes antes de hablar, después de revisar a la paciente, y paulatinamente le fue aclarando lo ocurrido, la mujer había sufrido un aborto espontáneo, seguramente por la caída dentro de la habitación de baño…

-Esteban sintió que un puñal se clavaba en su interior para salir por cada orificio de los poros, corrió hacia el baño, vomitó los nervios y la angustia que esa terrible noticia le producía.

-Lucía comenzó a despertar, al abrir los ojos miro a su marido y puso una mano en su vientre, él se la tomó y besó pidiendo que regresara a dormir, que muy pronto regresarían al hogar, la joven asintió con la cabeza y cerró los párpados.

-Por la madrugada su pesadilla la llevó más lejos… Se encontraba en una habitación y de las piernas brotaba sangre que se escurría hasta los pies, ella buscaba la salida tratando de escapar, luego corría cayendo al pavimento, una mano la ayudaba a levantarse… Unas manos  fuertes, ágiles, y despertó llorando a Esteban quien se había dormido debido al cansancio.

-Él la abrazó y contuvo hasta que llegó la enfermera de turno, quien le inyectó un tranquilizante.

-A él, lo envió a descansar, ya que nada podía hacer, hasta llegada la media mañana que sería cuando el efecto del inyectable pasaría.

-Sentía que debía mantenerse a su lado, acomodó la silla y tomó asiento, a los minutos la enfermera regresó con una frazada y le ordenó que se recostara en la cama conjunta.

-Algo no le permitía dormir, las palabras del médico daban vueltas en su mente chocándose unas con otras, para volver armarse y así sucesivamente.

-Él sabía que eso no podía ser cierto, no podía estar pasando, miro a Lucía que descansaba cerró los ojos y se durmió.

-Por la mañana los médicos y enfermeras iban y venían, por los pasillos, los sonidos de los pasos retumbaban produciéndole fuertes dolores de cabeza, lavó su rostro y dejó correr el agua por las manos, tranquilizándose poco a poco.

-La joven despertó y nuevamente llevó la mano hacia su vientre, recordando que, cada vez que algo la ponía triste tenía ese reflejo… Continuará



Lucía: XXVI


Renaciendo de las cenizas

Un grito decapita el silencio

y el hastío naufraga solitario

he muerto tantas noches vagabundas

a mi tumba los cuervos ignoraron

el frío deslizo por mis huesos

y el calor retoma su rumbo

no bastaron lápidas sin flores

pisoteadas por tus pies mi nombre,

hoy la tierra infértil sucumbe

ante mis manos agrietadas

desgranando el polvo,

sacudo el manto en la ciega mañana,

renaciendo como roca desnuda

de playas y caminos,

si he morir olvidada,

no ha de ser en negro exilio

chocando contra las olas

bajo la mirada azul cielo estío.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Me haces falta



Te regalo mis mañanas
Junto a ellas, el color
de las noches estrelladas,
el aroma del rocío
sobre la húmedas amapolas,
el sentido de la vida,
las cuerdas a la inversa del reloj,
mi aliento y respiración,

porque sin ti…

Mi vida me conduce a la nada,
a la trágica existencia
de padecer tu ausencia,

porque…

En la vida nos cruzamos con personas
que con su llegada todo lo alteran
lo transforman con su magia,
inclinando la balanza
a nuestro favor,
y ya no somos solo dos,
nos fundimos en una nueva
palabra, un verbo, una estrofa,
un sentido de concebir palpitantes
al amor en toda su gracia.

Porque…

Tú lo vales, me importas,
complementas mis fantasías
conmoviendo  mi realidad,
porque contigo quiero soñar
al compás de la inverosímil
locura por la cual me guías…

viernes, 26 de diciembre de 2014

Romperse, para renacer


Rotas las vestiduras,
descompuesto el llanto,
perdidos los suspiros
y encontrado el desengaño.

Cada vez que nos rompemos
volvemos a nacer
nacemos sobre lo vivido
cebolla que sale de cebolla
llanto sobre llanto.

Descartamos lo innecesario
y la pureza es tal
que la vida nos danza.

Roto, hecho pedazos
con magulladuras
tiritas y esparadrapo.

Nuestro corazón sigue latiendo
viviendo
descubriendo
y soñando.

¡La vida
para los imprudentes
para los que perdemos en todo
y todo encontramos!

La vida,
para los que sueñan
con los ojos abiertos como platos.

Suspiro tras suspiro
la tinta corre
el miedo desaparece
en el nuevo día
que la luna mece.


Por Alex Madueño [am]

Photo: #Banksy 

domingo, 21 de diciembre de 2014

Vives y reinas en mi

Que placer es encontrarte
nuevamente en mis pensamientos,
donde sé, permanecerás,
junto al rumor de las olas
en tu blanca tierra,
sin distancias ni ausencias.
en un sueño perenne
habitándote con inmenso deleite,
amándote desde la aurora
hasta el devenir en ocaso,
delicia el aroma de tus besos
cuando me besas y me duermo,
sintiéndote dentro, muy dentro,
donde anida el silencio,
acaeces en mi alma,
en mi cuerpo entero,
como la miel que derrama
en suspiros eternos.
¡Ay, si supiese la noche!
¡Ay, si supiese el camino!
¡Ay, si supiese el destino!
Que es tu amor, 
mi impulso y delirio...

viernes, 19 de diciembre de 2014

Pensando en ti

-La mañana se presenta calurosa con las sábanas pegadas a la desnudez, el verano comienza hacer notar su temperamento, el cielo gris anuncia la pronta llegada de una tormenta, palomas torcazas sobre el balcón continuo retornan a sus nidos trayendo dentro de sí,  alimento a sus pichones los cuales con sus picos abiertos y alas revoltosas esperan.

-Al dirigirme al baño observo el paisaje por el vaivén de la cortina, deteniéndome en mis pensamientos, cierro profundamente mis ojos y ahí estás, seduciendo los espacios de mi mente, infinidad de emociones recorren mi cuerpo, impulsos abruptos convulsionan con las paredes de mi vestidura piel, trayéndote a mi lado, humedeciendo mis labios con el sabor de tu boca, tu barba deslizándose por el camino que lleva a mi cuello, logro sentirte intensamente cuando tus palabras incitan mis retinas, obligándolas a pestañear velozmente como la respiración, que duele, cuando en el aire te huelo…

-El baño no es el mío, es un baño nuevo sin historia, con ausencias, faltantes en sentimientos y presencia femenina, solo los veo a ellos, a él, que es el ayer, como una figura que lo abarca todo en esa su casa,  auto,  cocina,  baño… Su familia que una vez fuese también mía.

-Desayunamos en silencio, yo te pienso, allí en tierras lejanas con tu corazón que es el mío, porque me es imposible ocultarte, te ves, en mi piel saliéndote por los poros, en las dulces palabras, en cada pulsación, en la mirada, en esa mirada que te ve grabado en mis pupilas.

-Salimos a la calle todo es diferente cada día, las personas con sus vidas llanas sonríen con precaución sin desalinear las comisuras de sus expresiones, con su vista clavada en las agujas del reloj, con temor…

-Las personas revoltosas merodean las veredas inclinados en el ayer, en esa vida que una vez fue coloreando los cordones…

-Los jóvenes con su espontaneidad sonríen abiertamente ilusionados, despreocupados tratando de contagiar y convencer al mundo que nada es lo que parece ser,  hay que disfrutar… Seguirán así, hasta que un adulto los enfrente a la vida desilusionándolos, sacándolos de su inocencia, con promesas rotas…

-Transitamos las calles que se van perdiendo en cada segundo, los semáforos nos detienen apareciendo de la nada bufones, arlequines, magos, músicos y payasos  algunos con sus trapecios otros acercando una gorra vacía de dinero, rebosante en ilusiones.

-Así la mañana continúa mientras el ayer habla sin cesar, me evado en ti, acariciándote las manos, maravillada con los paisajes que me invitas a ver…

-No sé, en qué momento preciso me enamoré de ti, de ese ser maravilloso que anida en tu interior, que fue cerrando heridas suavemente, sin siquiera percibir del modo en que lo hacías, solo te sentí, me dejé llevar por ti mi guía,  penetraste las grietas como el mejor de los arquitectos, edificaste un paraíso solo para nos…

-Reconozco tu aliento  que me impide bajar los brazos impulsándome a seguir saliendo con firmeza de los silencios, que ya no me atrapan apoderándose como fantasmas en la oscura noche.

-haber regresado al ayer sirvió, para valorar lo que la vida nos regala, el amor…


-Si tuviese que elegir entre vivir sin ti, o morir, te elijo todas mis vidas…



Lucía (continuación)






Diario personal, Sarita



-Nuestra casa ya no es un hogar, un refugio donde resguardarse del afuera, ya no huele a primavera de mi madre, ni alegrías y costumbres, los aromas desaparecieron, muy lentamente se retiraron por la noche y al caer la mañana todo era muy distinto, la nostalgia sobrevuela el aire asfixiando los conductos que estremecen cada sentido o emoción, aletargando los silencios llevándolos muy profundos, las palabras quédanse quietas casi dormidas, los suspiros interminables.


-Las miradas se cruzan sin dirigirse, interrogándose en milésimas de segundos, luego callan mirando hacia la nada.- ¡Se fue, haciendo tanta falta!



-Nunca habíamos experimentado esta emoción, de repente ella lo era todo, su sonrisa llena de luz y magia le ponía calor y color al hogar, su aroma persistente e irresistible era símbolo de calidez de seguridad y amor.


-Las palabras le gustaban, saborearlas por el paladar y dejarlas salir junto con su aliento, no las callabas ni las guardaba, sabía que de nada serviría llevarlas donde más nadie las escucharía, las pronunciaba, inventaba y recogía como mariposas en el aire, de sus sueños de cada uno de sus anhelos y las vestía de fiesta celebrando la vida.


-Las lágrimas se escurren por los párpados llegando al comienzo del cuello de las camisas que nos cubren abrigándonos, mojándonos tiñendo de aureolas que dibujan imágenes desentonando con el paisaje y color de la prenda, el invierno ya se despide con la estación de lo nuevo muy cerca, aun así hacía frío en nuestros cuerpos.


-¿Será que quizás morimos sin saber, desterrándonos del tiempo, agobiados por la bruma que nos ciega sin dejarnos ver el futuro internándonos en el pasado?


-Una mujer luchadora con espíritu aventurero a veces melancólico, que absorbía las emociones destilándolas en hojas secas del otoño, le gustaba la lluvia verla correr por el cordón para perderse en la alcantarilla en busca de nuevas gotas que quedaban rezagadas.


-Ella sabía de soledades y recuerdos, de angustias, pesadillas de promesas incumplidas y sueños rotos prefiriendo la ilusión la esperanza que le ofrecía cada amanecer cuando la aurora desprendía su velo cubriendo el cielo floreciente.



-La lluvia cesó y a lo lejos se perciben las tonalidades del arcoíris, el vapor del café empaña los cristales del ventanal, su aroma la trajo nuevamente, un olor a jazmín nos envolvió todo vuelve a la vida, mañana será otro día para recordarte...
Continuará











Lucía: XXV

Lucía (continuación)




Despliega tus alas
asciende libre vuelo
nunca decaigas,
reconoce tus fuerzas,
lucha en la escarcha,
en el verde florecido,
celebra la vida,
escribe tu destino...




-Sarita saludo a su hermano quien acababa de llegar de un largo y cansador viaje de negocios, se dieron un abrazo y caminaron juntos a la cocina, ella se adelantó y colocó el café en granos mientras Rafael cambiaba el filtro, sus ojos se encontraban en una pregunta interminable sin respuestas donde cada uno buscaba consuelo, para salir de la desdicha, él deseaba hablar, ella no…


-Se paró en puntas de pie para alcanzar la bandeja que le había regalado su abuela y los pocillos, Rafael la observó por unos instantes, y sonrió…- ¡Siempre serás la misma terca!... -puedes pedirme lo que necesites, o buscar una superficie donde subir y tomarlo, ya verás hermana que hay veces en la vida, que uno debe saber solicitar ayuda.


- A la joven le temblaban las manos, él la ayudó llevándola de un brazo hacia su asiento y regreso a la mesada en busca del café, colocó en la azucarera los terrones y unos sobres con edulcorantes en un plato pequeño, después de servir el café, comenzó a removerlo como perdido en busca de un mundo nuevo, en ese ir y venir de la cuchara, el vapor empañaba su mirada y sus ojos derramaban lágrimas con inmenso dolor…


-Sara lo miró afligida, era la primera vez que veía a su hermano llorar, desde la muerte de su padre quien era un médico reconocido por su labor a la comunidad y por la nobleza de su alma.


-Sintió un fuerte impulso, lo abrazó para terminar en un llanto al unísono, las palabras estaban de más, aunque hubiera preguntas esparcidas por el aire, demás estaban las razones, en un momento de dolor nada cobraba mayor interés.


-Ella sabía que su hermano mayor había sido el consentido de su madre. Durante su niñez había sufrido las diferencias, pero no guardaba rencor mucho menos dolor por esa situación, solo pena al saber que ella no estaría para él, que era quien más la necesitaba. Su madre era su refugio, su cable a tierra, acariciaba su rostro con inmenso amor, besaba su frente, deslizaba sus dedos por sus cabellos peinándolo, siempre lo había visto como a un niño.


-Rafael con mirada de interrogación preguntaba… -¿Por qué?


-El desconsuelo era inmenso para sus corazones, el de ella frágil y dulcemente enamorado… El de él, duro como una roca, aun así sentía morirse por dentro… Su mínima motivación y capacidad de sentir la humanidad en sí, yacía muerta junta a ella, amor único en la vida. Su madre Abigail; quien lo había cuidado con esmero y dedicación, había otorgado todo cuanto el quisiera, conocía la historia de su nacimiento, admirando la determinación de su madre al abrirse paso en la vida, mucho antes de conocer a quién fuese su padre, por adopción quien le prodigo amor y contención.



-Su pasado terminaba brindándole paso a una nueva historia en su presente estaba solo, conocía las lágrimas de su hermana al regresar de la oficina, mordía los labios y se preparaba para escribir su propio destino donde ella era sería su fuerza, por quien el velaría…
Continuará






Lucía: XXIV

Lucía (continuación)






-Lucía se sintió mal en esa situación, se dirigió a la habitación, se recostó, Esteban se hizo cargo de los platos, saco la basura, preparó café, golpeó la puerta que estaba entreabierta y se sentó a su lado en la cama, ella aceptó de buen agrado sosteniendo el pocillo con ambas manos, y comenzó a llorar, no entendía que sucedía, él la abrazó sin pronunciar palabra, y se recostó acariciando los cabellos, pensando lo mucho que la amaba, sabía que ella necesitaba tiempo, ayuda.


- ¿Que sería lo que la atormentaba?


-¿Que desdicha la alejaba?


- La abrazó muy fuerte apoyando la cabeza en el pecho y la dejo dormir, mientras él velaba su sueño.


-Despertó bruscamente tomándola entre los brazos, tratando de calmarla, besaba su frente, los párpados húmedos que vertían lágrimas salando sus labios, nuevamente la pesadilla, la hacía presa del pánico.


-Él deseaba consolarla hacerla sentir segura, que supiese que nada malo le pasaría, a su lado…


-La mañana los descubrió dormidos tomados de las manos, ella, con el rostro apoyado sobre el torso de él. Él sosteniéndola de su cintura con una mano y con un brazo debajo del cuello de Lucía, con el mentón sobre la frente.


-La joven despertó abrió sus enormes ojos y lo vio, lo sintió, tenía la nariz pegada sobre el velludo pecho, la fragancia la envolvía agitando la respiración, oía retumbar los latidos en su cabeza, segregaba fluidos sobre su sexo femenino, lo deseaba con insistencia, la voluptuosidad de él aproximada, tan cerca que podía sentirla erguida entre la cavidad que permitían las piernas de ella, al estar abrazados.


-Descendió suavemente rozándolo con la mano izquierda, quería tomarlo, agarrarlo con sus delgados y delicados dedos, guiarlo hasta las profundidades de su fuente sin contemplación, y volar hacia un viaje sin retorno, sabiéndose feliz cada vez que él la tomaba.


-Esteban había despertado percatándose, esperando ansioso el momento en que se decidiera actuar, sutilmente acerco su ingle hacia ella cerrando los ojos, fingiendo dormir la abrazó muy fuerte.


-Lucía con los deseos alborotados y el nudo en el pecho gimió de dolor por no tenerlo, lo besó, beso el cuello de Esteban mientras se introducía por la cremallera en busca de su erguido miembro.


-Él la desnudó lentamente mientras besaba sus pechos, jugaba con sus deseos, haciéndose dueño del momento, excitándola, lamiéndola, provocándole frenetismo y locura. La amaba ciegamente, sabía cómo llevarla hasta el precipicio y arrojarla a su sexo ardiente.


-La penetraba suave y delicadamente con un amor que lo llenaba de satisfacción, la quería, ella era su todo en el mundo, solo para él, saberse su dueño, la veía con júbilo desesperada gozándolo, llegando una y otra vez.


-Ella sentía que sus emociones se aglomeraban su amor por Esteban era inmenso, él la hacía sentir amada, complacía su sexo de una manera única, sus orgasmos la hacían levitar, solo Esteban conocía sus gustos más intensos lo que la encendía hasta sumergirla en el abismo de lujuria. Lo sentía penetrándola deseando eternizar esos instantes…
Continuará








Lucía:XXIII

jueves, 18 de diciembre de 2014

Me miraste

Me miraste
Paseando por las nubes.

Yo no te veía
Pero te encontré en mi bolsillo
Donde había guardado miles de recuerdos

Me miraste
Escondiendo secretos entre líneas.
Yo no te veía
Pero te encontré en lo que podría haber sido,
intentando olvidar lo que no fue.

Me miraste
Jugando con mi bola de nieve.
Yo no te veía
Pero te quería encontrar en cada copo que caía
y los hacía volver arriba para encontrarte otra vez.

Me miraste
Acechando mis miedos escondidos.
Yo no te veía
Pero te encontré al final del salto al vacío
clavando tus ojos en los míos. 

Me miraste
Mirando como te miraba
Y te vi.
Pero la ilusión y los sueños colgando de mis pestañas
me hicieron mirar hacia otro lado...

Me miraste
Y te vi
Y nuestras miradas se hundieron
en el bolsillo lleno de recuerdos...
Y nos fue imposible salir.

Me miraste
Y te vi... Y me viste.
Fuimos cómplices de un cielo
Que también nos miró, pero a escondidas.
Queriendo que la valentía de alejarnos
fuese más grande que la de continuar mirándonos...
Pero tiramos por la borda lo aprendido,
no hicimos caso de los cosidos descosidos.
Así que decidimos doblar la esquina
de nuestra página en blanco,
y continuamos amándonos...





Por: Lady Writer
Twitter: @IreneNomada

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Mi corazón

Revivo cada día cuando tu estas a mi lado
acompañando mis pasos junto al calor
del asfalto quemando mis pies,
en el verde semáforo, guiando,
alentando a seguir adelante,
completando contigo mi otra parte…



Nunca te he mencionado
que no hace falta pregonar palabras,
ni plasmarlas en el muro de nuestras retinas,
así sentirte a mi lado,
 librando tu presencia,
en un cálido abrazo,
ni la humedad de tus labios,
para saberte a miel,


porque…


en todo mágico instante de vida,
 en que nuestra esencia destila
su propia naturaleza,
tú estás…


incrementándolo todo,
contigo mi vida, tiene otro sentido,
y el amor, corrompe cada
latido,
palpitando velozmente
 impregnando con tu luz
mi presente,  inventando
tonalidades a la primavera,


porque…


tú me das certezas
vertiendo con insistencia
tu nobleza, ternura y comprensión,


no hay herida en la distancia
ni en las diferencias horarias
la llave tú la tienes,
 la has arrebatado,

 abriendo con tus alas las puertas al amor…

lunes, 15 de diciembre de 2014

Te amo


Me animo a imaginarte
a soñarte cuando aquí
no estás en mi mente,
Porque estás ausente
sin tus besos cadentes,
depositándolos en mis
labios, que te esperan
ilusionados, vacíos sin ti,
es mi piel que se subleva
por tus caricias, suplicante,
olvidando cada vestigio
de orgullo solo amándote,
con más fuerza cada segundo
en el tiempo en que la vida
nos envuelve en su magia,
llenándonos de ilusiones
y esperanzas,
porque te amo, y en todo
momento te extraño,
para hacerte mío, solo mío
en mis brazos…

domingo, 14 de diciembre de 2014

El gato

El gato se llama Renato.
Resulta que es maragato.

Ahora que fue al peluquero
se quedó con poco pelo.
Pero dice que le gusta,
porque causa sensación,
cuando pasa por las calles
en busca de distracción.

En cuanto llega el invierno,
mucha gente lo confunde,
porque en la nieve se hunde;
entonces mueve una pata
y les dice que es de nata.

 el_gato_verde_by_grotescko

sábado, 13 de diciembre de 2014

"CARTA A DIOS".

   Querido Dios:
Sólo te quiero pedir...
Que nunca olvides vos,
Que sí la vida es atroz,
Que des esperanza de vivir;
Haz el amor insistir,
Antes de sesgarse con la hoz.

   Nos diste libre albedrío,
Como el amor nos supiste dar;
Pero el humano lo ha echo un lío,
Que corre el odio como río...
Olvidándose así de amar,
Nunca vayas a olvidar...
Que tu amor nos cubre del frío.

   Cuanto te quiero pedir,
Que mermes tu la ambición;
Que no sea eterno el sufrir,
Por eso quiero insistir...
Que alegres tu corazón...
Si con ello te hago sentir,
Que eterna es tu razón.

   Con toda el alma tuya,
Llénanos siempre de amor...
Que tu alma alegre intuya,
Pues eres tu el creador.

   Paz eterna en el alma,
Amor intenso nos des...
Que sea tu venero de calma,
Y encender así con tu llama...
Por todo el mundo donde estés.

   Nada te quiero pedir,
Mi amor hoy te lo quiero entregar;
De nada pudiera servir...
Si a nadie alegro el vivir,
Pero tan sólo se amar.

   Tú sabes lo que es el sufrir,
Tu muerte lo supo enseñar;
Nada pudiera decir...
Que de mi pudiera surgir,
Sin tu forma de enseñar;
Supiste amar y vivir,
Tu cuerpo supiste entregar...
El alma supiste surgir...
Por toda la eternidad.

   Nunca nos dejes de dar,
Tu bello y valioso calor;
Esa tu forma de amar,
Que has logrado entregar...
En el más bello amor.

MIGUEL ÁNGEL ROJAS IBARRA.
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Vivo en Mazatlán, Sinaloa, México.
Viernes 12 de diciembre del 2014.

"SUEÑO".

   Abrazo un sueño...
Donde apareces tú.

   Siempre que yo me duermo...
Vuelve tu a aparecer.

   Es tu cuerpo en mi cuerpo,
Es tu ser que esta en mi ser;
Y ahora que lo recuerdo,
Siempre te logro tener...
Y si en el sueño yo te pierdo,
Despierto para poderte ver.

MIGUEL ÁNGEL ROJAS IBARRA
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Viernes 12 de diciembre del 2014.