Escucho el canto silencioso de la escarcha
o miro en la ventana hacia el vacío,
entonces acude esa nostalgia inmóvil
todo es destino y tiempo permutados
en dicotomías mudas de horas no olvidadas,
es el envés oculto de este reloj dormido.
Y de nuevo comienza la partida contra el día
tantas cartas marcadas son, como recuerdos,
como pasos de ayer en tu mirada,
minutos tahúres de un tiempo recorrido-juntos- a media voz
que reclaman de nuevo su pasado
de sueños vivos brincando en la palmas abiertas de mis manos.
¿Y si todo volviera vestido de fragantes primaveras
a este jardín de invierno que perdura impasible ante el fracaso?
la negación del hoy y del mañana se irían de la mano hacia otra parte,
sin volver a ser ellas
palabras de memoria o muescas grabadas a fuerza de arañar en lo vivido
fuentes sin agua que cantan tristes en cada alba que comienza.
Dulce ternura a tanta tristeza! La esperanza, persiste! A pesar de todo... ��
ResponderEliminar