lunes, 10 de febrero de 2014

Asunto de miradas




ASUNTO DE MIRADAS

Se columpiaba la luna y
-antigua Celestina-provocaba y enredaba a las estrellas.
Avanzando por su ruta, un clamor de cometas
-sucios todavía de cosmos y de polvo-
sin pararse ni a mirar saludaban con sus colas.

Noche entera bajo el cielo de una clara primavera:
Me separaba de ti una suma de años luz transmutados en olvido.

Recordaba sin querer, en  la noche inmutable
que nunca dormía.
Recordaba aquellas cartas:
Yo en tus ojos, tú en mis ojos
y entre los dos destacándose en la sombra
las damas y los reyes, los ases
los tréboles ,las picas, los diamantes...
los corazones.

(Sonreía, era obvio, con la intención de esconder mi jugada)

“Te sonrío-avisaba-para atacar tu ceño sombrío”
(Lo fruncías aún más
y el mohín de tus labios mas bello se hacía)

“Jugar,- te insinuaba-
para que de ese modo nunca se acabe
este estar juntos de siempre,
de ahora.”

(Todavía lo pienso:
quería atrapar tus ojos, amerizar en ellos)

Pero cuando el alba, tan puntual a su cita
traía la luz y se llevaba la magia
y , aún los dos con cinco cartas en la mano,
me descartaba yo de dos y tú de ninguna:

“¿Ya lo tienes?-preguntaba, insolente-
¿Ya lo tienes?"

“Esta acobardada utopía-dijiste-
sólo valdrá la pena si abandonas sin ver mis cartas”

“Eso nunca"
-dije-
(y aunque nunca llegué a saber si ibas de farol
y nada más me valió la pena en la vida que jugar contigo
te miré, retando)-
"Ya sabes que yo nunca abandono:
En el póker lo de menos son las cartas,
el póker es, como el amor,  un asunto de miradas.”


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