miércoles, 30 de julio de 2014

A Manu...

Cuando le hablan al cielo de ilusiones,
se disipan las nubes de alegría 
pues corren apresuradas a susurrar felicidades 
en otros universos;
mientras que el cielo, por su parte, 
se alza entre montañas libres 
y se expande en un infinito... 

Puede sonarte a locura, 

pero te lo confieso como verdad: 
me siento como un cielo; 
y te lo admito como secreto: 
sucede cuando me hablas de ti. 

Cuando me dices que no tienes sueño 

y cuando te despides con un simple "descansa", cuando haces declaraciones 
culposas por tu forma de ser 
y cuando me previenes de tu querer...

Entonces allí es donde lo entiendo todo,

allí es donde todo tiene sentido;
en esos intervalos de tiempo, 
te haces realidad...

Para mi gran suerte te descubrí;

estabas lejano, quizás un poco ausente,
pero por más que lo prescindiera 
en mi mente te alojabas 
noche tras noche,
después de cada palabra...

Y ya no necesito rasgar pedazos 

de viento para hacerte tangible,
y ya no necesito construirte 
de luz tasada en cajas... 

Porque ya estás, ya te encuentras ahí,

hecho a mi medida o a la tuya, 
no importa...
Sin lugar a juicio, las dos son
la idea mágica, de haber encontrado
tan singular birlibirloque 
entre tanta generalidad... 

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