viernes, 19 de diciembre de 2014

Pensando en ti

-La mañana se presenta calurosa con las sábanas pegadas a la desnudez, el verano comienza hacer notar su temperamento, el cielo gris anuncia la pronta llegada de una tormenta, palomas torcazas sobre el balcón continuo retornan a sus nidos trayendo dentro de sí,  alimento a sus pichones los cuales con sus picos abiertos y alas revoltosas esperan.

-Al dirigirme al baño observo el paisaje por el vaivén de la cortina, deteniéndome en mis pensamientos, cierro profundamente mis ojos y ahí estás, seduciendo los espacios de mi mente, infinidad de emociones recorren mi cuerpo, impulsos abruptos convulsionan con las paredes de mi vestidura piel, trayéndote a mi lado, humedeciendo mis labios con el sabor de tu boca, tu barba deslizándose por el camino que lleva a mi cuello, logro sentirte intensamente cuando tus palabras incitan mis retinas, obligándolas a pestañear velozmente como la respiración, que duele, cuando en el aire te huelo…

-El baño no es el mío, es un baño nuevo sin historia, con ausencias, faltantes en sentimientos y presencia femenina, solo los veo a ellos, a él, que es el ayer, como una figura que lo abarca todo en esa su casa,  auto,  cocina,  baño… Su familia que una vez fuese también mía.

-Desayunamos en silencio, yo te pienso, allí en tierras lejanas con tu corazón que es el mío, porque me es imposible ocultarte, te ves, en mi piel saliéndote por los poros, en las dulces palabras, en cada pulsación, en la mirada, en esa mirada que te ve grabado en mis pupilas.

-Salimos a la calle todo es diferente cada día, las personas con sus vidas llanas sonríen con precaución sin desalinear las comisuras de sus expresiones, con su vista clavada en las agujas del reloj, con temor…

-Las personas revoltosas merodean las veredas inclinados en el ayer, en esa vida que una vez fue coloreando los cordones…

-Los jóvenes con su espontaneidad sonríen abiertamente ilusionados, despreocupados tratando de contagiar y convencer al mundo que nada es lo que parece ser,  hay que disfrutar… Seguirán así, hasta que un adulto los enfrente a la vida desilusionándolos, sacándolos de su inocencia, con promesas rotas…

-Transitamos las calles que se van perdiendo en cada segundo, los semáforos nos detienen apareciendo de la nada bufones, arlequines, magos, músicos y payasos  algunos con sus trapecios otros acercando una gorra vacía de dinero, rebosante en ilusiones.

-Así la mañana continúa mientras el ayer habla sin cesar, me evado en ti, acariciándote las manos, maravillada con los paisajes que me invitas a ver…

-No sé, en qué momento preciso me enamoré de ti, de ese ser maravilloso que anida en tu interior, que fue cerrando heridas suavemente, sin siquiera percibir del modo en que lo hacías, solo te sentí, me dejé llevar por ti mi guía,  penetraste las grietas como el mejor de los arquitectos, edificaste un paraíso solo para nos…

-Reconozco tu aliento  que me impide bajar los brazos impulsándome a seguir saliendo con firmeza de los silencios, que ya no me atrapan apoderándose como fantasmas en la oscura noche.

-haber regresado al ayer sirvió, para valorar lo que la vida nos regala, el amor…


-Si tuviese que elegir entre vivir sin ti, o morir, te elijo todas mis vidas…



Lucía (continuación)






Diario personal, Sarita



-Nuestra casa ya no es un hogar, un refugio donde resguardarse del afuera, ya no huele a primavera de mi madre, ni alegrías y costumbres, los aromas desaparecieron, muy lentamente se retiraron por la noche y al caer la mañana todo era muy distinto, la nostalgia sobrevuela el aire asfixiando los conductos que estremecen cada sentido o emoción, aletargando los silencios llevándolos muy profundos, las palabras quédanse quietas casi dormidas, los suspiros interminables.


-Las miradas se cruzan sin dirigirse, interrogándose en milésimas de segundos, luego callan mirando hacia la nada.- ¡Se fue, haciendo tanta falta!



-Nunca habíamos experimentado esta emoción, de repente ella lo era todo, su sonrisa llena de luz y magia le ponía calor y color al hogar, su aroma persistente e irresistible era símbolo de calidez de seguridad y amor.


-Las palabras le gustaban, saborearlas por el paladar y dejarlas salir junto con su aliento, no las callabas ni las guardaba, sabía que de nada serviría llevarlas donde más nadie las escucharía, las pronunciaba, inventaba y recogía como mariposas en el aire, de sus sueños de cada uno de sus anhelos y las vestía de fiesta celebrando la vida.


-Las lágrimas se escurren por los párpados llegando al comienzo del cuello de las camisas que nos cubren abrigándonos, mojándonos tiñendo de aureolas que dibujan imágenes desentonando con el paisaje y color de la prenda, el invierno ya se despide con la estación de lo nuevo muy cerca, aun así hacía frío en nuestros cuerpos.


-¿Será que quizás morimos sin saber, desterrándonos del tiempo, agobiados por la bruma que nos ciega sin dejarnos ver el futuro internándonos en el pasado?


-Una mujer luchadora con espíritu aventurero a veces melancólico, que absorbía las emociones destilándolas en hojas secas del otoño, le gustaba la lluvia verla correr por el cordón para perderse en la alcantarilla en busca de nuevas gotas que quedaban rezagadas.


-Ella sabía de soledades y recuerdos, de angustias, pesadillas de promesas incumplidas y sueños rotos prefiriendo la ilusión la esperanza que le ofrecía cada amanecer cuando la aurora desprendía su velo cubriendo el cielo floreciente.



-La lluvia cesó y a lo lejos se perciben las tonalidades del arcoíris, el vapor del café empaña los cristales del ventanal, su aroma la trajo nuevamente, un olor a jazmín nos envolvió todo vuelve a la vida, mañana será otro día para recordarte...
Continuará











Lucía: XXV

Lucía (continuación)




Despliega tus alas
asciende libre vuelo
nunca decaigas,
reconoce tus fuerzas,
lucha en la escarcha,
en el verde florecido,
celebra la vida,
escribe tu destino...




-Sarita saludo a su hermano quien acababa de llegar de un largo y cansador viaje de negocios, se dieron un abrazo y caminaron juntos a la cocina, ella se adelantó y colocó el café en granos mientras Rafael cambiaba el filtro, sus ojos se encontraban en una pregunta interminable sin respuestas donde cada uno buscaba consuelo, para salir de la desdicha, él deseaba hablar, ella no…


-Se paró en puntas de pie para alcanzar la bandeja que le había regalado su abuela y los pocillos, Rafael la observó por unos instantes, y sonrió…- ¡Siempre serás la misma terca!... -puedes pedirme lo que necesites, o buscar una superficie donde subir y tomarlo, ya verás hermana que hay veces en la vida, que uno debe saber solicitar ayuda.


- A la joven le temblaban las manos, él la ayudó llevándola de un brazo hacia su asiento y regreso a la mesada en busca del café, colocó en la azucarera los terrones y unos sobres con edulcorantes en un plato pequeño, después de servir el café, comenzó a removerlo como perdido en busca de un mundo nuevo, en ese ir y venir de la cuchara, el vapor empañaba su mirada y sus ojos derramaban lágrimas con inmenso dolor…


-Sara lo miró afligida, era la primera vez que veía a su hermano llorar, desde la muerte de su padre quien era un médico reconocido por su labor a la comunidad y por la nobleza de su alma.


-Sintió un fuerte impulso, lo abrazó para terminar en un llanto al unísono, las palabras estaban de más, aunque hubiera preguntas esparcidas por el aire, demás estaban las razones, en un momento de dolor nada cobraba mayor interés.


-Ella sabía que su hermano mayor había sido el consentido de su madre. Durante su niñez había sufrido las diferencias, pero no guardaba rencor mucho menos dolor por esa situación, solo pena al saber que ella no estaría para él, que era quien más la necesitaba. Su madre era su refugio, su cable a tierra, acariciaba su rostro con inmenso amor, besaba su frente, deslizaba sus dedos por sus cabellos peinándolo, siempre lo había visto como a un niño.


-Rafael con mirada de interrogación preguntaba… -¿Por qué?


-El desconsuelo era inmenso para sus corazones, el de ella frágil y dulcemente enamorado… El de él, duro como una roca, aun así sentía morirse por dentro… Su mínima motivación y capacidad de sentir la humanidad en sí, yacía muerta junta a ella, amor único en la vida. Su madre Abigail; quien lo había cuidado con esmero y dedicación, había otorgado todo cuanto el quisiera, conocía la historia de su nacimiento, admirando la determinación de su madre al abrirse paso en la vida, mucho antes de conocer a quién fuese su padre, por adopción quien le prodigo amor y contención.



-Su pasado terminaba brindándole paso a una nueva historia en su presente estaba solo, conocía las lágrimas de su hermana al regresar de la oficina, mordía los labios y se preparaba para escribir su propio destino donde ella era sería su fuerza, por quien el velaría…
Continuará






Lucía: XXIV

Lucía (continuación)






-Lucía se sintió mal en esa situación, se dirigió a la habitación, se recostó, Esteban se hizo cargo de los platos, saco la basura, preparó café, golpeó la puerta que estaba entreabierta y se sentó a su lado en la cama, ella aceptó de buen agrado sosteniendo el pocillo con ambas manos, y comenzó a llorar, no entendía que sucedía, él la abrazó sin pronunciar palabra, y se recostó acariciando los cabellos, pensando lo mucho que la amaba, sabía que ella necesitaba tiempo, ayuda.


- ¿Que sería lo que la atormentaba?


-¿Que desdicha la alejaba?


- La abrazó muy fuerte apoyando la cabeza en el pecho y la dejo dormir, mientras él velaba su sueño.


-Despertó bruscamente tomándola entre los brazos, tratando de calmarla, besaba su frente, los párpados húmedos que vertían lágrimas salando sus labios, nuevamente la pesadilla, la hacía presa del pánico.


-Él deseaba consolarla hacerla sentir segura, que supiese que nada malo le pasaría, a su lado…


-La mañana los descubrió dormidos tomados de las manos, ella, con el rostro apoyado sobre el torso de él. Él sosteniéndola de su cintura con una mano y con un brazo debajo del cuello de Lucía, con el mentón sobre la frente.


-La joven despertó abrió sus enormes ojos y lo vio, lo sintió, tenía la nariz pegada sobre el velludo pecho, la fragancia la envolvía agitando la respiración, oía retumbar los latidos en su cabeza, segregaba fluidos sobre su sexo femenino, lo deseaba con insistencia, la voluptuosidad de él aproximada, tan cerca que podía sentirla erguida entre la cavidad que permitían las piernas de ella, al estar abrazados.


-Descendió suavemente rozándolo con la mano izquierda, quería tomarlo, agarrarlo con sus delgados y delicados dedos, guiarlo hasta las profundidades de su fuente sin contemplación, y volar hacia un viaje sin retorno, sabiéndose feliz cada vez que él la tomaba.


-Esteban había despertado percatándose, esperando ansioso el momento en que se decidiera actuar, sutilmente acerco su ingle hacia ella cerrando los ojos, fingiendo dormir la abrazó muy fuerte.


-Lucía con los deseos alborotados y el nudo en el pecho gimió de dolor por no tenerlo, lo besó, beso el cuello de Esteban mientras se introducía por la cremallera en busca de su erguido miembro.


-Él la desnudó lentamente mientras besaba sus pechos, jugaba con sus deseos, haciéndose dueño del momento, excitándola, lamiéndola, provocándole frenetismo y locura. La amaba ciegamente, sabía cómo llevarla hasta el precipicio y arrojarla a su sexo ardiente.


-La penetraba suave y delicadamente con un amor que lo llenaba de satisfacción, la quería, ella era su todo en el mundo, solo para él, saberse su dueño, la veía con júbilo desesperada gozándolo, llegando una y otra vez.


-Ella sentía que sus emociones se aglomeraban su amor por Esteban era inmenso, él la hacía sentir amada, complacía su sexo de una manera única, sus orgasmos la hacían levitar, solo Esteban conocía sus gustos más intensos lo que la encendía hasta sumergirla en el abismo de lujuria. Lo sentía penetrándola deseando eternizar esos instantes…
Continuará








Lucía:XXIII

jueves, 18 de diciembre de 2014

Me miraste

Me miraste
Paseando por las nubes.

Yo no te veía
Pero te encontré en mi bolsillo
Donde había guardado miles de recuerdos

Me miraste
Escondiendo secretos entre líneas.
Yo no te veía
Pero te encontré en lo que podría haber sido,
intentando olvidar lo que no fue.

Me miraste
Jugando con mi bola de nieve.
Yo no te veía
Pero te quería encontrar en cada copo que caía
y los hacía volver arriba para encontrarte otra vez.

Me miraste
Acechando mis miedos escondidos.
Yo no te veía
Pero te encontré al final del salto al vacío
clavando tus ojos en los míos. 

Me miraste
Mirando como te miraba
Y te vi.
Pero la ilusión y los sueños colgando de mis pestañas
me hicieron mirar hacia otro lado...

Me miraste
Y te vi
Y nuestras miradas se hundieron
en el bolsillo lleno de recuerdos...
Y nos fue imposible salir.

Me miraste
Y te vi... Y me viste.
Fuimos cómplices de un cielo
Que también nos miró, pero a escondidas.
Queriendo que la valentía de alejarnos
fuese más grande que la de continuar mirándonos...
Pero tiramos por la borda lo aprendido,
no hicimos caso de los cosidos descosidos.
Así que decidimos doblar la esquina
de nuestra página en blanco,
y continuamos amándonos...





Por: Lady Writer
Twitter: @IreneNomada

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Mi corazón

Revivo cada día cuando tu estas a mi lado
acompañando mis pasos junto al calor
del asfalto quemando mis pies,
en el verde semáforo, guiando,
alentando a seguir adelante,
completando contigo mi otra parte…



Nunca te he mencionado
que no hace falta pregonar palabras,
ni plasmarlas en el muro de nuestras retinas,
así sentirte a mi lado,
 librando tu presencia,
en un cálido abrazo,
ni la humedad de tus labios,
para saberte a miel,


porque…


en todo mágico instante de vida,
 en que nuestra esencia destila
su propia naturaleza,
tú estás…


incrementándolo todo,
contigo mi vida, tiene otro sentido,
y el amor, corrompe cada
latido,
palpitando velozmente
 impregnando con tu luz
mi presente,  inventando
tonalidades a la primavera,


porque…


tú me das certezas
vertiendo con insistencia
tu nobleza, ternura y comprensión,


no hay herida en la distancia
ni en las diferencias horarias
la llave tú la tienes,
 la has arrebatado,

 abriendo con tus alas las puertas al amor…

lunes, 15 de diciembre de 2014

Te amo


Me animo a imaginarte
a soñarte cuando aquí
no estás en mi mente,
Porque estás ausente
sin tus besos cadentes,
depositándolos en mis
labios, que te esperan
ilusionados, vacíos sin ti,
es mi piel que se subleva
por tus caricias, suplicante,
olvidando cada vestigio
de orgullo solo amándote,
con más fuerza cada segundo
en el tiempo en que la vida
nos envuelve en su magia,
llenándonos de ilusiones
y esperanzas,
porque te amo, y en todo
momento te extraño,
para hacerte mío, solo mío
en mis brazos…

domingo, 14 de diciembre de 2014

El gato

El gato se llama Renato.
Resulta que es maragato.

Ahora que fue al peluquero
se quedó con poco pelo.
Pero dice que le gusta,
porque causa sensación,
cuando pasa por las calles
en busca de distracción.

En cuanto llega el invierno,
mucha gente lo confunde,
porque en la nieve se hunde;
entonces mueve una pata
y les dice que es de nata.

 el_gato_verde_by_grotescko

sábado, 13 de diciembre de 2014

"CARTA A DIOS".

   Querido Dios:
Sólo te quiero pedir...
Que nunca olvides vos,
Que sí la vida es atroz,
Que des esperanza de vivir;
Haz el amor insistir,
Antes de sesgarse con la hoz.

   Nos diste libre albedrío,
Como el amor nos supiste dar;
Pero el humano lo ha echo un lío,
Que corre el odio como río...
Olvidándose así de amar,
Nunca vayas a olvidar...
Que tu amor nos cubre del frío.

   Cuanto te quiero pedir,
Que mermes tu la ambición;
Que no sea eterno el sufrir,
Por eso quiero insistir...
Que alegres tu corazón...
Si con ello te hago sentir,
Que eterna es tu razón.

   Con toda el alma tuya,
Llénanos siempre de amor...
Que tu alma alegre intuya,
Pues eres tu el creador.

   Paz eterna en el alma,
Amor intenso nos des...
Que sea tu venero de calma,
Y encender así con tu llama...
Por todo el mundo donde estés.

   Nada te quiero pedir,
Mi amor hoy te lo quiero entregar;
De nada pudiera servir...
Si a nadie alegro el vivir,
Pero tan sólo se amar.

   Tú sabes lo que es el sufrir,
Tu muerte lo supo enseñar;
Nada pudiera decir...
Que de mi pudiera surgir,
Sin tu forma de enseñar;
Supiste amar y vivir,
Tu cuerpo supiste entregar...
El alma supiste surgir...
Por toda la eternidad.

   Nunca nos dejes de dar,
Tu bello y valioso calor;
Esa tu forma de amar,
Que has logrado entregar...
En el más bello amor.

MIGUEL ÁNGEL ROJAS IBARRA.
En Twitter: @Micky_Way_Mar
En Tumb1r: mickywaymar
En Instagram: mickyway_mar
En Google: Miguel RojasIbarra
En Youtube: MyMazatlan
En Facebook por mi nombre o por miangeldelmar_24@hotmail.com
Mi Página de Facebook:
El Amor en Letras y Poemas.
Mi Web:
mickywaymar.wordpress.com
Ó Entre el Cielo el Suelo y el Mar.
mickywaymar.jimdo.com
Que es Cerca del Cielo.
Mis Correos descuidados:
miangeldelmar24@gmail.com
mickyway_mar@hotmail.com
Vivo en Mazatlán, Sinaloa, México.
Viernes 12 de diciembre del 2014.

"SUEÑO".

   Abrazo un sueño...
Donde apareces tú.

   Siempre que yo me duermo...
Vuelve tu a aparecer.

   Es tu cuerpo en mi cuerpo,
Es tu ser que esta en mi ser;
Y ahora que lo recuerdo,
Siempre te logro tener...
Y si en el sueño yo te pierdo,
Despierto para poderte ver.

MIGUEL ÁNGEL ROJAS IBARRA
En Twitter: @Micky_Way_Mar
En Google: Miguel RojasIbarra
Mi Web: mickywaymar.wordpress.com
Mi correo: miangeldelmar24@gmail.com
Mazatlán, Sinaloa, México.
Viernes 12 de diciembre del 2014.

viernes, 12 de diciembre de 2014

"CARTA A DIOS".

   Querido Dios:
Sólo te quiero pedir...
Que nunca olvides vos,
Que sí la vida es tan atroz,
Que des esperanza de vivir;
Haz el amor insistir,
Antes que se siegue con la hoz.

   Nos diste libre albedrío,
Como el amor nos supiste dar;
Pero el humano lo ha echo un lío,
Corriendo el odio como río...
Olvidándose así de amar,
Nunca vayas a olvidar,
Pues tu amor nos cubre del frío.

   Cuanto te quisiera pedir,
Como que mermes tu la ambición;
Que no sea eterno el sufrir,
Por eso quiero insistir...
Que alegres tu corazón...
Si con ello te hago sentir,
Que eterna es tu razón.

   Con toda el alma tuya,
Llénanos siempre de amor...
Que tu alma alegre lo intuya;
Pues eres tu el creador.

   Paz eterna en el alma,
Amor intenso nos des...
Que sea tu venero de calma,
Para encender así con tu llama...
Por todo el mundo donde estés.

   Nada te quiero pedir,
Mi amor hoy te quiero entregar;
De nada pudiera servir...
Si a nadie alegro el vivir,
Pero tan sólo se amar.

   Tú sabes lo que es el sufrir,
Tu muerte lo supo enseñar;
Nada pudiera decir...
Que de mi pudiera surgir,
Sin tu forma de enseñar;
Supiste amar y vivir,
Tu cuerpo supiste entregar...
El alma la hiciste hervir...
Por toda la eternidad.

   Nunca dejes de dar,
Tu bello y valioso calor;
Esa tu forma de amar,
Que has logrado obsequiar...
En el más hermoso amor.

MIGUEL ÁNGEL ROJAS IBARRA
En Twitter: @Micky_Way_Mar
En Tumb1r: mickywaymar
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(Entre el Cielo el Suelo y el Mar).
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Mis Correos muy desatendidos:
miangeldelmar24@gmail.com
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Mazatlán, Sinaloa, México.
Viernes 12 de diciembre del 2014.

Ámame

No me descuides,

ni pises los pies con que te sigo,

no me niegues el abrigo

de tu querer,

sostiene tu mirada,

al igual que la palabra,

lléname con tu verdad,

donde nace la mañana,

y morimos al final…



(Esta es una poesía, que habla del amor,
En su máxima expresión, más allá de lo
Físico, lo tangible, el amor universal, como

Símbolo de nuestra creación)

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Noche herrumbrada


Retumba tu mirada sobre los espacios de la nada
como la tormenta que azota su pronta llegada
invierno infinito sobre el postigo de tu cama
……
fantasma ardiente en la noche fugitiva,
curvada de vacíos que antes besaran,
llanuras pampeanas, profundidades oceánicas,
….
campos de labriego tus iluminados cabellos,
sobre sus espaldas  frustradas distancias,
dolores antiguos tu alma encerrada,
….
vagando por el tiempo declarando
el derecho a gritarla tu lengua que sangra
sobre la noche amarga,
….
rito pagano lacerando silencios,
quedó tu recuerdo sobre la tumba
abandonada, sin flores olvidada.

….

martes, 9 de diciembre de 2014

Me enseñaste

Me enseñaste,
como amarte perdidamente
como sobrevivir cada día
sin tu presencia a mi lado,
amándome desde la lejanía,
pero sabes,
nunca me enseñaste
a vivir sin tu amor,
junto a la ausencia de tus besos,
sin tu rostro en los ojos del viento,
ni en la acuarela que decididamente
pinta mis calles,
como seguir sin tu voz,
quemando mis sentidos,
con la falta de tu ternura
en mis retinas y piel,
como compartirte,
no, no me enseñaste
a buscar las fuerzas para no llamarte,
a oprimir mi pecho cada vez que te extraño,
a fingir consuelo cuando te estoy amando

Lucía (continuación)


Varias semanas después...

-Abrió sus ojos al asomarse la mañana, gris y fría, miró rápidamente a su alrededor y vio a su pequeño dormido dentro de una caja húmeda de cartón, por el  agua que se escurría de las alcantarillas.

-El viento soplaba fuertemente como un loco delirante y el frío penetraba los huesos, pensó cuánto tiempo más resistiría debajo de ese puente, caminó unos cuantos metros sin alejarse, en busca de papeles y ramas para encender el fuego.

-Por las noches en sus sueños, Andrés llegaba extendiendo sus brazos dulcemente para abrazarla, impregnándole su aroma en su piel, en su rostro, luego tomaba al niño entre sus brazos y juntos se marchaban de ese horrible lugar. Lo sentía tan intenso, que dolía el despertar.

-Por las tardes miraba hacia la ciudad, en la espera de la noche, cuando el vendría a sus sueños rescatándola con su amor.

-Dos años llevaban viviendo debajo del puente, la ciudad era un caos las guerras de pandillas azotaban con su violencia, se apoderaban de las calles, y las personas  se alejaban de las grandes ciudades en busca de pequeñas poblaciones, el hambre hacía estragos y los hospitales no daban abasto.

-Abigail enseñaba a su hijo a leer y a sembrar en la huerta que había construido  a la sombra de unos árboles, Rafael era un niño muy despierto, entendía muy bien lo que su madre le enseñaba.

-Así de esa manera humilde eran felices, sin depender de nadie, Rafael tarareaba una melodía que su madre le cantaba cada día, mientras jugaba con unos pequeños juguetes de madera que ella misma le tallaba, Abigail no olvidaba… 


-Abigail Corría con sus cabellos al viento sin mirar atrás, sentía el frío helado en su rostro sin  importar que lágrimas saladas formaran charcos en su blusa, corría, sentía que sus piernas no conocían el cansancio, una fuerza dentro de ella la hacía seguir, cada vez más, y más, sentía que el camino se alargaba cortándole la respiración, dio un recorrido por la guardia de aquel hospital con su hijo en brazos y sus pies descalzos hasta que al fin se desmayó.

-Despertó después de varios días, el color había vuelto a sus mejillas, su cuerpo estaba limpio, sus cabellos brillaban, era joven nuevamente…

-Su hijo se encontraba de pie al borde de su cama, con una manzana en sus manos sonriente, todo había pasado, solo se trató de una descompensación por el frío, pronto estaba por llegar la primavera, pero el frío rezagado se negaba a marcharse.

-Abigail miro a su niño, limpio, con vestimentas nuevas, zapatillas en sus pies, y vio, que esa vida no era lo que ella deseaba para él.

-El médico al conocer su situación le brindó su apoyo llevándola a una pequeña vivienda que fuese de su madre cuando aún  vivía, así pasaban sus días la primavera había llegado, Abigail consiguió trabajo en el hospital, su hijo asistía a la escuela, y el médico la visitaba cada día enamorado y admirado por su valentía.

En el presente...

-A los tres años de casados naciste tú, hija, ahora entiendes las razones por que tu hermano hace lo que hace, al morir tu padre nos dejó solo deudas, Rafael se hizo cargo de la familia, son sus negocios los que nos sacan adelante y hacen que nada nos falte.

-Nadie sabía exactamente a lo que Rafael se dedicaba, hacía préstamos, compraba empresas que se encontraban en ruinas, se quedaba con las viviendas de sus clientes, y con la de su padre, que un día viniera por un préstamo sin saber frente a quien estaba parado.


-La promesa de Abigail se había cumplido, ahora Rafael y Esteban eran socios, sin conocer el último que se trataba de su hermano… Continuará



Lucía: XXI - XXII

Lucía (continuación)


-El médico ginecólogo se hizo presente en la sala revisando a la joven madre, la observó por un instante y extendió su certificado de alta médica, al igual que el médico pediatra que, con su mirada interrogaba su soledad.

 -Con la advertencia, sobre la importancia de sus cuidados, y vacunas para el niño, y que no olvidara controlarlo, en sus visitas al médico, sobre su peso o posibles molestias que pudiera percibir, antes de retirarse ordenó a la enfermera proveyera a la joven madre de vestimentas para el infante y varios potes de leche, para aportar al buen crecimiento, Abigail quedó muy agradecida y abrigó muy bien a su niño, y partió  de la sala, caminó unos metros y regresó revisando cada rincón de la habitación, como si olvidara algo, en la cuna donde hiciera instantes su hijo durmiera vio unas frazaditas y las tomó, saliendo de prisa del lugar.

-Se dijo así misma, si ese acto que acababa de cometer era por amor, no se trataba de un delito.

-Al llegar a las puertas que la reunían con el afuera sintió como el peso de la vida caía sobre sus espaldas, miró hacia ambos lados sintiendo como cada detalle se agigantaba a sus ojos.

-Cruzó la calle y su niño comenzó a llorar, se sentó en un banco y le dio de mamar, mientras su hijo se alimentaba, su mente volaba, imaginando la reacción de Andrés, al ver a su bebe, en brazos, y caminó sola en el frío con hambre, cansada sin una moneda en sus bolsillos.

-Tocó el timbre del portero, que se encontraba a cien metros de la entrada a la casa, una voz la atendió, era Matilde la mucama de la familia, a quien se anunció, solo recibió negativas sobre cualquier información del joven, sin permitirle el ingreso a la residencia,  Abigail levantó su mirada desconcertada pudiendo ver como de la casa detrás de las cortinas la observaban.

-Se aferró fuertemente a las rejas y gritó, -¡Andrés, soy Abigail ven, conoce a tu hijo! -¡Es tu hijo Andrés!

-Nadie salió, rápidamente las cortinas se cerraron, la joven dejó su cuerpo desplomarse con su niño en brazos y sus piernas manchadas de sangre, lloró con llanto desconsolado apoyada en las rejas  mientras aferraba el niño a su cuerpo, de la casa salieron tres guardaespaldas para quitarla de la puerta y  arrojarla a la calle, lastimándole su frente y codos al apoyarlos para sostener a su hijo.

-Lloró en silencio, y se dijo que nunca más lloraría, y todo cuanto fuese de Esteban un día seria suyo, comprendiendo el porqué de su negativa cuando ella preguntaba por su familia, entendió que todas sus promesas de amor eran mentiras… Continuará




Lucía: XX

EQUILIBRIO


equilibrio para Art Suite

He de encontrar
un equilibrio
entre tu mundo y el mío.

No nadar a contracorriente,
dejar que me arrastre la ola
y volverme a encontrar.

5/XII/14


Poesía: Rita
Blog: Cosas que siento
Contacto: cosasquesiento@gmail.com
Facebook:Rita
Twitter:C.Grant 
Fotografía: álbum personal

lunes, 8 de diciembre de 2014

Sueños

Con un pasaje de ida sin retorno
en un tranvía de ilusiones
la noche nueva me lleva hacia ti,
a tu lado, a tu sonrisa,
a la caricia de tu piel,
mis pensamientos
vagabundos, e intransigentes
vuelan deseosos a través,
en una  nube de sueños,
donde la llanura de tu boca,
espera ansiosa por la mansedumbre
de mis labios,
que rozan y te tocan
dulcemente agonizantes,
agitados en ecos gemidos,
susurrando sobre tu vientre
palabras acostadas
silenciosas miradas,
en un  lento respirar
nuestros anhelos arden
como nuestras almas jadeantes




domingo, 7 de diciembre de 2014

Lluvia


Nostalgias de una tarde lluviosa
donde el viento asoma su rostro
por el cerrojo,
te recuerdo frágilmente asomado
al balcón desde ese tu rincón de soledades,
tu luz opaca casi difusa desmenuzaba
 gotas en sus caídas,
primero una, luego otra, así sucesivamente,
millones de parpadeantes segundos
envueltos en su bullicio,
el reloj no se oye,
 aun así continua corriendo el tiempo,
suicidando los sueños bajo su  manto,
¿Por qué te has ido? ¡No lo sé!
Solo la mañana atesora tus secretos,
bajo sus llaves de rocío
empuñando los silencios,
llueve en mi alma,
una lluvia temprana,
oigo una voz en el aire
que me llama, entonando
rocas en su garganta…


sábado, 6 de diciembre de 2014

Cuando me ves



Amanece en tu piel de arena dibujada,
un oleaje repentino que sacude las olas,
en los párpados de miel tu aroma,
exquisita fragancia semejanza amapolas,
  vaivén danzante de colores tus cabellos,
 giran y giran, ovillantes melodías,
 en torno a las montañas de tu pecho,
minúsculos párpados de miel atónitos revuelan,
las rocas que de ti deslizan a tus pies descalzos de ensueños,
 asoma una caricia en sus oídos de plata,
palabras hechiceras sin mordazas
acolchonando tus caderas contoneantes figuras,
que menean envolviendo tus pupilas risueñas,
amanece otro día sin tiempos, ni horarios,
la luna desdibuja su reflejo en el agua,
todo regresa a su calma cuando me ves,
bosque de pinos tu mirada.

Lucía (continuación)

En otra parte de la ciudad, una señora enferma relataba a su hija la historia de cómo había traído a su hijo al mundo…

Invierno, junio del 1986

Abigail sentía que sus fuerzas la abandonaban, ese terrible dolor se apoderaba venciéndola, sus piernas temblaban desesperadamente, sus delgados brazos ya no la sostenían.

-¡Fuerza! Gritó la partera, -¡fuerza, que se nos muere!

Abigail reunió todas sus fuerzas y lanzando un grito al cielo pujó, pujó hasta no poder más y se desvaneció.

Su hijo nació con tres kilos y medios, de fuertes pulmones su llanto se dejaba oír por todo el recinto.

Al revisarlo el médico pediatra notó que todo se encontraba bien, el recién nacido gozaba de muy buena salud, ordenó a la enfermera vestirlo y colocar su cuna muy cerca de la estufa.

Amanecía, los primeros rayos de sol se colaban por la ventana, la madre abrió sus grandes ojos cafés y buscó a su niño quien se encontraba dormido, a su lado en una diminuta cuna, introdujo sus manos por debajo de las mantas y lo tomó en sus brazos, el niño producía tiernos sonidos, gemidos que tocaban su joven corazón.

Abigail sentía como su pecho se henchía de la emoción, todo su ser se estremecía, lo apoyó sobre su pecho uniendo sus latidos, cerró sus ojos y solo sintió, experimentaba por primera vez una sensación  que la llenaba de calma y amor.

Sus párpados se nublaron, las lágrimas comenzaron a brotar. ¿Por qué Andrés no estaba acompañándola? Limpió su nariz húmeda con la manga de su camisón y beso a su bebe.

Colocó suavemente al su hijo en la cuna y descansó… Continuará





Lucía: IXX

Lucía (continuación)

Luego del desayuno Lucia se sentó junto a Esteban en el sillón, acurrucando su cuerpo junto a él, quien la abrazó fuertemente sintiéndola frágil y desvalida, la ternura se apoderaba de él y la contuvo, hablándole de nimiedades solo para alejar su mente de esos momentos, hablaron y sonrieron hasta que un ruido los despertó, su gato maullaba en la búsqueda de su alimento.

Los había tomado la noche en sus brazos serenamente dormidos, juntos sus rostros, sus aromas  entremezclados, Lucía se incorporó atendiendo a su mascota, aun disfrutaba del calor de su cuerpo, su calidez junto a sus brazos protectores, el aliento de su respiración en el contorno de su cuello, sonrió por un instante fue feliz…

Esteban miró su reloj recordando que no haber llamado a su oficina durante el día, al mirar de reojo vio como ella preparaba la cena para dos, y desistió de su llamada, seguramente Sarita habría reprogramado sus citas, y arremango su camisa ayudándola con la cena.

Sus brazos se cruzaban rozándose sobre la mesada, sus manos y sus pieles reaccionaban, sus miradas, fijaban a sus costados tratando de ver su reacción, ninguno mencionaba palabra, sus deseos se apoderaban insinuándose con la magia de la respiración agitada, la cena estaba lista prepararon la mesa, Esteban abrió una botella de vino y llevo las copas, Lucia servía en cada plato la ensalada y el filet, cenaban amándose en sus silencios, todo era calma y disturbios bullicios en el alma, en esa cena nadie pronunció palabra…Continuará



Lucía: XVIII


Lucía (continuación)

Esteban desconcertado recibió el llamado de Lucía quien se encontraba en la comisaría dando a conocer los hechos recientes,  el suboficial tomaba declaración de todo su relato con lujo de detalles, Esteban aguardaba en la oficina contigua mientras hablaba por teléfono con su socio, dándole nuevas órdenes a seguir, al final del papeleo la joven fue enviada a su departamento en compañía de una patrulla  custodio, mientras más se acercaban al lugar veían con asombro a sus vecinos fuera, por la acera en pijamas,  patrullas custodiando el lugar, ambulancias  en la entrada del edificio.

Lucia descendió del auto velozmente tratando de saber lo que acontecía, Esteban la tomó de un brazo diciéndole que él investigaría, y se acercó al guardia de seguridad quien se encontraba en silencio con lágrimas en los ojos, fue él quien  relató lo sucedido, la horrible muerte de Ema la viejecita del cuarto B, quien muriera en manos de un delincuente esa noche.

Esteban recordó a la mujer y su encantadora sonrisa, sintió pena de su infortunio y regreso con Lucía.

La mañana amenazaba con ser muy fría, la niebla ocupaba los espacios cegando las miradas, a lo lejos se divisaban las luces de los automóviles, el sonido de alguna bocina, la llegada del tren a la estación, se respiraba dolor e incertidumbre.

Uno a uno eran llamados a declarar, Lucía también, las horas pasaban muy lentas sentía frío, su bolso había quedado dentro del auto, al terminar camino muy despacio hacia Esteban que la esperaba ansioso.

Él podía oler sus cabellos en su proximidad, la abrazó para brindándole calor y la condujo hasta su piso, la joven dudó en entrar al departamento, Esteban se adelantó abriendo cada puerta de las habitaciones, Naiel se encontraba maullando fuera, en el balcón, todo parecía seguir igual.

Mientras ella tomaba  un baño el preparaba el café con tostadas, todo era silencio…

De pronto Esteban recordó a la mujer, sus cosas, sus adornos, sus fotografías sobre su escritorio, se trataba de una persona muy solitaria, llena de recuerdos, la tostadora lo trajo de regreso… Continuará


Lucía: XVII



jueves, 4 de diciembre de 2014

SÓLO UN CORAZÓN

   Tan sólo un corazón...
Es lo que tengo,
Pero me parecen cien...
Por los que estoy sufriendo.

   Así es como quiero yo,
Expresar mi sufrimiento...
Y eso quiero olvidar,
Pero no puedo.

   No puedo nunca olvidarlo,
Por más que quiero;
No puedo de mi arrancarlo,
Esta fuerte en mi corazón.

   Todo este gran dolor,
Que me esta consumiendo,
Esta tan dentro de mi...
Tan dentro que yo con el...
Por siempre he de vivir.

   Pero vivir no puedo,
No puedo ya sentir...
El amar me causa miedo...
Por lo que me hace herir.

MIGUEL ÁNGEL ROJAS IBARRA
EN TUITER @Micky_Way_Mar
En Google: Miguel RojasIbarra
Correo: miangeldelmar24@gmail.com
Mazatlán, Sinaloa, México.
Jueves 04 de diciembre del 2014.
Poema escrito en el 2005. Que más que poema es algo rítmico.