domingo, 11 de enero de 2015

Un momento



¿Qué es un momento exactamente?

Un momento puede ser el tiempo 
que tardo en levantarme del sofá 
cuando te veo entrar por la puerta 
de casa para abrazarte. 

Un momento puede ser el tiempo 
que tardas en comprarme flores 
cada viernes por la tarde. 

Un momento puede ser el tiempo 
que tardo una noche cualquiera 
preparando una cena para sorprenderte. 

Un momento puede ser el tiempo 
que tarda en llegar tu mirada a la mía 
para amarme en silencio. 

Un momento puede ser el tiempo 
que tardamos en cruzar nuestros meñiques... 
Prometiéndonos todo, pero sin prometernos nada. 
Eso. Justo eso. Es un momento. 






Por: Lady Writer
Twitter: @IreneNomada

sábado, 10 de enero de 2015

Lucía (continuación)


-Esteban dio dos vueltas a la manzana, al llegar a la esquina hizo juego de luces y estaciono en la terminal abandonada, donde siempre, esperando la llegada de Héctor, que vivía en ese humilde barrio donde la marginalidad hacía estragos, el muchacho corrió hasta el coche importado y sacó de entre sus prendas unos documentos guardándose un sobre solo para él, Esteban los recibió colocándolos en la guantera, pagó por su servicios y se retiró del lugar a gran velocidad.

-Héctor colocó el dinero dentro de sus medias dirigiéndose al teléfono público e hizo una llamada ofreciendo el sobre que se había guardado.

-Del otro lado le confirmaron la operación.

-Se apoyó sobre la barra del bar, pidió una cerveza mientras observaba el espectáculo que daba la borracha entrada en años, cada noche era lo mismo, llegaba muy bien arreglada y perfumada, luego la invitaban a beber perdiendo la compostura, subía y descendía del cuarto tantas veces como fuera posible por una mínima cantidad de monedas, otras veces por nada, solo por un trago más, que aplacara los fantasmas de su cabeza.

-De rostro una vez hermoso, lozano, ahora solo reflejaba dolor, e inmensa amargura, las arrugas se agolpaban unas con otras haciéndose lugar donde cobijar, las comisuras de sus labios agrietados de fingidas sonrisas remarcaban su expresión de mirada sin sueños.

-La noche estaba concurrida el lugar permanecía atiborrado de gentes risueñas, la bebida se deslizaba por las gargantas donde nacían cantos  e intérpretes de poca monta.

-Héctor miró hacia la ventana, vio estacionarse un coche nuevo, haciéndose paso entre los concurrentes caminó con dificultad por los obstáculos hacia la puerta de entrada, cuando una mano se apoyó sobre su hombro derecho, al girar, vio el rostro de Esteban quien con una mano quitó de entre sus prendas el sobre faltante, y con la otra dio unos golpes sobre su espalda, y continuó su camino saliendo por la puerta de emergencia.

-El joven delincuente no tuvo tiempo de entender lo que sucedía,  el calor corría por su cintura descendiendo hacia sus piernas las cuales sintió cansadas, levanto la mirada vio acercarse al dueño del coche nuevo que se dirigía hacia donde él se encontraba, su mirada se nublaba cayendo al piso, la sangre brotaba serpenteante sobre sus pies, de pronto recordó que ese día no saludó a su madre, vio sus ojos dibujarse en el aire, sus caricias, cuando le pedía que estudiara que se alejara de las malas compañías, todo era tan claro y confuso, cerró sus ojos para descansar, trayendo a la memoria la imagen de esa tierna viejecita, cuando el terminara con su vida, solo por unas pocas monedas, su nombre, su nombre llegó como un flash a su mente, Ema…



-Cuándo olvidamos el vivir,
 el soñar,
las herramientas para imaginar un
futuro mejor,
donde hacernos al mañana
en una nueva realidad…
Olvidamos,
nuestra naturaleza humana.


Continuará


Lucía: XXXI

Lucía (continuación)


Amar a pesar de todo, aceptando las diferencias...

-La mañana verde nació al nuevo día, los pájaros se retiraban en busca del alimento diario en medio de barrullos con sus trinos, los capullos lentamente se abrían a la vida floreciente, el aroma del pasto húmedo por el rocío relajaba los sentidos aun adormecidos.

-Lucía descendía por las escaleras fresca, radiante, fuerte, su cuerpo ya restablecido, el color en sus mejillas y en sus labios.

-Las jóvenes se miraron mientras desayunaban ninguna hablaba, ambas sabían lo que la otra pensaba…

-Sarita comenzó… - Siempre lo amé, aun sabiendo quien era, conociendo sus secretos, nunca pude alejarme de él, mi sueños sobrevolaban la realidad, la pasión se apoderaba del razonamiento, mi piel, manos, uñas, los sentidos todos, se enardecen cuando estoy frente a Esteban, no puedo sino dejarme llevar y amarlo, amarlo loca y ciegamente, sin importar los detalles, ni que él, solo te amara a ti…

-Las lágrimas corrían por su bello rostro, haciéndola más hermosa, sonrojada, con sus enormes ojos que reflejaban el amor, que brotaba de su interior.

-Lucía escuchaba atentamente, ella lo sabía…

-Confundida no entendía que sentir, o pensar, la pena se apoderaba de su interior, conocía lo que él provocaba, no le eran ajenos sus juegos de seducción.

-Caminaron por el parque de la mansión, conversando ambas sentían respeto y cariño por la otra.

-Al sentarse a la cena se oían los ladridos de los perros guardianes, que corrían acercándose a la puerta de entrada, las luces del coche se apagaron, y los pasos retumbaban muy cerca, la puerta de calle se abrió, y Rafael se hizo presente en el comedor…

-Saludo respetuoso y acaloradamente a su hermana, luego dirigió su mirada, Lucía, y se acercó dándole un beso en la mejilla, acariciando sutil e imperceptiblemente  sus largos y sedosos cabellos.

-Durante la comida solo habló él, de sus negocios, viajes y proyectos, su rostro frío guardaba algo de nostalgia, cuando hablaba parecía interrogar con sus ojos,  Lucía se sentía incómoda sin saber que responder a su mirada.

-Después del café, Sarita se retiró a su dormitorio dejándolos solos para que pudiesen hablar en privado, Rafael necesitaba saber cómo sobrellevaba el diario vivir, y cuáles serían sus siguientes movimientos… Continuará



Lucía: XXX

Lucía (continuación)


No todo es lo que parece, ni todo lo que brilla transparenta su interior...


-Lucía abrió los ojos y una mano cálida acarició su frente, los cerró nuevamente quedando dormida por los sedantes que aun hacían efecto.

-Se encontraba en una habitación en buena compañía, protegida, con cuidados debido a su debilidad, la enfermera la observó por un momento, miró el reloj preparándose para su partida,
acomodó su almohada, las sábanas, cubriéndole el pecho con una manta, cerró las cortinas y se dirigió a la puerta del placar en busca del abrigo, cuando la puerta de calle se oyó abrir, camino en esa dirección despidiéndose hasta el siguiente día.

-La mujer que acababa de entrar, subió las escaleras suave y sutilmente, su figura se meneaba como deslizándose, de tacos altos y polleras ceñidas al cuerpo, escote prominente, su fragancia impregnaba las habitaciones de la casona.

-En el exterior los sonidos se habían apagado, la oscuridad cubría con su manto cada sitio, los árboles formaban figuras fantasmales, todo se trasformaba.

-Mientras los días se sucedían, la joven se reponía satisfactoriamente, tomando fuerzas para levantarse de la cama y caminar por el jardín, disfrutaba de la naturaleza que el campo le ofrecía, los aromas, colores, animales, pájaros y flores.

-Necesitaba recuperar sus energías, para enfrentar cualquier circunstancia que acaeciera, el médico la visitaba asiduamente, confirmándole su aborto espontáneo, por tratarse de un embarazo ectópico, al tener las trompas ligadas.

-Lucía rompió en llantos al recordar esa horrible tarde tratando de escapar del horror, no pudiendo salvar a su hijo que anidara en su vientre materno, se recordó corriendo por ese callejón para caer súbitamente al piso, todo le resultaba muy doloroso, ese hombre que amaba le era un extraño.

-Aun así no podía dejar de amarlo, sus pensamientos la llevaban a él, a sus brazos que tantas noches la habían cobijado haciéndola sentir única y amada.

-Su piel se estremecía al recordar, una piel y boca con recuerdos húmedos aún, se avergonzaba así misma por sentir esa pasión arrolladora por él, su amor y verdugo… Continuará



Lucía: XXIX

viernes, 9 de enero de 2015

Eres esa historia

Vendrán otras bocas
otros labios mojarán
los míos,
nuevos corceles cabalgarán
por los cielos del olvido,
pero tú seguirás siempre
reinando cada suspiro,
en cada lengua sentiré
la tuya recorriendo los
espacios húmedos
que besarán ardientes
mis melodías,
serán tus ojos los que
los míos verán,
vibrar en llamaradas
cuando mi piel
desee cada partícula
de ti, mi amor tan mío,
y te vea ansiosa,
disfrutando como a un niño,
vendrán verdades,
junto a diversas realidades,
pero tú estarás muy a pesar mío,
eres y serás ese sueño
infinito que me cautivó,
culminando cada noche
y regresando en la misma,
cuando te abrazo en silencio…

jueves, 8 de enero de 2015

ME ESPARCI

   Abrigo la esperanza,
En esa desesperanza...
Que existe en mi corazón.

   Tan sólo es quizá pujanza,
O quizá algo de enseñanza...
Pero de mi sin razón.

   He viajado en el cielo...
Y al suelo caí,
Como es que antes no te vi?.

   Grande y bello es mi vuelo,
Pero si antes no te vi...
Hoy es que por ti me sometí.

   Hoy mi alma es sometida,
En tu alma la vertí...
Como simiente en tu vida.

    Hasta parece divertida...
Mi alma echa poema en ti,
Que así bello leí...
Recordada y por ti permitida.

Miguel Ángel Rojas Ibarra.
Miércoles 07 de enero del 2014.
Mazatlán, Sinaloa, México.

sábado, 3 de enero de 2015

Tu sonrisa



Tu sonrisa caravana de encuentros
una cita impostergable,
una lectura atrapante de feliz final,
la sombra pegada a mi cuerpo,
incendiando desde el núcleo
mi discernimiento
cada gesto tuyo arremete
arrolladamente mis pasiones,
 con inquebrantable fuerza,
cegando todo raciocinio,
despojando corazas,
invalidando imperceptiblemente
mi orientación,
tu boca cuando dices Te Amo,
presagio de confusión
en mi mente, y alboroto
erizando mi piel,
embanderando tu nombre
me encuentro hoy,
mañana y ayer,
tu sonrisa quien le brinda
melodías a mi corazón,
que danza al ritmo del amor…



Todo es posible cuando encuentras el aroma
del amor que se impregna con arrebato muy
dentro de ti…

viernes, 2 de enero de 2015

Sin título


Madrid para ArtSuite

El sonido de la lluvia
me recuerda la soledad
que respiré contigo
mientras decías que me amabas.

30/XII/14
                      

Poesía: Rita
Blog: Cosas que siento
Contacto: cosasquesiento@gmail.com
Facebook:Rita
Twitter:C.Grant 

Fotografía: Madrid, álbum personal.

martes, 30 de diciembre de 2014

Lucía (continuación)


-Lucía soñaba intensa y vívidamente, sus piernas cansadas corrían doloridas y sangrantes, una fuerza sobrehumana la detenía regresándola a ese momento del que tanto huía… 

-Recostada en la camilla podía ver el quirófano, su boca amordazada, el instrumental, y sus ojos, esos ojos que la observaban detrás de aquel barbijo colocándose los guantes, por detrás ella, con una jeringa dirigiéndose hasta donde se encontraba luchando con todas sus fuerzas para desatar sus manos y huir del lugar…

-Se decía nada podía ser real, solo era un sueño producto del estado en que se encontraba, oía sus voces, Esteban acariciándola pidiéndole, suplicándole despertara, su amiga y hermana Alicia leyéndole cada día, y voces extrañas que no reconocía le hablaban reconfortándola.

-¿Que era real, y que era fruto de su delirio?

-Su cuerpo comenzó a reaccionar, pestañó lentamente primero, luego abrió los ojos miro la habitación se encontraba sola, un silencio rotundo acompañaba, movió las manos, los dedos, cansada cerró los párpados relajándose, entraron las enfermeras y los médicos al ver sus reacciones revisándola, cambiaron su medicación y se retiraron.

-Descansaba en la espera mientras pensaba en sus sueños, dejaba volar su imaginación pensando la alegría que vería en sus rostros cuando la vieran despierta.

-Se encontraba adormecida, cuando el aroma de Esteban la intranquilizó deseaba darle la sorpresa, no venía solo, ambos llegaron dejando sus cosas sobre la silla, ella se apoyó sobre su hombro, él la tomó de la barbilla y besó, a lo que ella respondió apasionadamente, en un juego de seducción.

-Sus lágrimas  brotaron como ríos sin cauce golpeando contra la orilla sin encontrar un conducto donde derramarse, forzaba sus gritos silenciándose para no ser vista, ellos se retiraron sin siquiera mirar.

-Por la noche despertó recordando lo que había visto y su mente la llevó al ayer, a ese tiempo borrado, donde el olvido había sembrado sus raíces, y lo supo, ella estuvo ahí todo era cierto…

-Esteban al fin recobraba la señal de su teléfono, vio con atención las numerosas llamadas del hospital, del día anterior y luego por la madrugada, corrió sin antes hablar, llegando prontamente hasta la sala de guardia, donde le comunicaron del progre.so de su mujer, y de su ausencia.

-Una enfermera se acercó preguntándole si no se había percatado de su estado el día anterior al llegar, su mujer estaba despierta le dijo seriamente, su mente se lo dijo, ella lo sabía todo regresaba a un principio.

-Llamó con insistencia a la oficina de Alicia quien no se encontraba su vuelo ya había partido,  corrió por los pasillos en busca de respuestas, nadie la había visto salir del lugar.

-Se tomó la cabeza con ambas manos y recordó llamar a Roberto, él sería la única persona que podía ayudarlo.

-Roberto prontamente se presentó en su oficina y coordinaron el área de búsqueda, Esteban dirigió su mano hacia el cajón de la derecha y retiró un sobre, era la paga de cada mes por sus servicios y su silencio, el hombre lo tomó y marchó muy de prisa. 

-Rafael observaba silenciosamente desde las sombras podía ver el miedo reflejado en su rostro, sabía que algo ocurría el seguiría con sus negocios.

-Al llegar al departamento de Lucía vio con extrañeza un nuevo guardia, mucho más joven y amable, saludó muy respetuoso y continuó, allí no había rastros de su mujer, ni de que ella hubiese estado en el lugar, revisó si faltaba algo, todo estaba en orden, continuó con su búsqueda, sin saber bien donde buscar… Continuará



Lucía: XXVIII


Lucía (continuación)


-El médico miro con resignación a la joven al darle la triste noticia, quien compungida cayó desmayada al piso, golpeándose la cabeza contra un hierro que sobresalía del aparato de ventilación, ya no despertó…

-Las semanas pasaban, Lucía se encontraba en coma, nadie podía saber si despertaría y cuándo...

-Esteban había abandonado la oficina pasándole el mando a su socio Rafael, quien se hacía cargo de todo.

-El joven no tenía cabeza para pensar en nada más, su padre se hacía presente espaciadas veces, desde que había caído en quiebra no había vuelto a ser el mismo, su madre había muerto hacía ya tiempo, Lucía no tenía familia solo su esposo y su amiga Alicia, quien no se movía de su lado,  leyéndole fantásticas historias, con la idea de lograr su reacción.

-Esteban regresó bañado y afeitado, habían pasado tres meses al entrar a la habitación colocó una mano sobre el hombro de Alicia para despertarla suavemente, se acercó a su oído y le habló por su nombre, la joven despertó con su aroma impregnado, esa sensación le trajo recuerdos y sonrió, tomando la mano, asintiendo haber despertado, se miraron por unos instantes, ella  tomó la cartera y se retiró.

-Él quedo pensando en la situación mientras tomaba la mano de Lucía, frotándola para brindarle calor, se acercó la besó delicadamente en los labios, luego depositó un tímido beso sobre sus mejillas, esperaba con ansias que ella despertara cual bella durmiente.

-A los cinco meses, Alicia regresó cansada de su casa a tomar el lugar al lado de la cama de su amiga, Esteban la esperaba con las manos sobre la cabeza inclinado hacia delante, al verla llegar se incorporó velozmente y la besó en los labios… Necesitaba tanto ese beso…  Ese vacío que sentía, ella lo tomó del cuello, respondió con suavidad y pasión, ambos salieron de la habitación camino a la terraza, la enfermera de guardia al ver la escena se dirigió hacia la habitación, tomando asiento y retomando la lectura.

-Esteban la tomó por las caderas y la apoyó sobre la pared, Alicia levantó las polleras introduciendo con las manos su sexo,  nada los detenía, saciaron sus deseos una y otra vez, sobre la terraza del hospital junto al tanque de agua, él besaba el cuello, ella gozaba susurrando lo mucho que lo deseaba, recordando las tardes de verano junto a la orilla del mar, sobre la arena blanca, intensos suspiros esbozaban ansiosos, sin temor de ser vistos.

-Él se recostó sobre el pecho estabilizando la respiración, ella aun disfrutaba de los espasmos, dejando libres los últimos gemidos…

-La bajó acomodando sus ropas, la besó fugazmente en los labios y juntos descendieron por las escaleras, ella se dirigió a la puerta de salida trasera, el caminó hacia el baño de hombres, donde se tomó de la cabeza, golpeándose con los puños por haberlo hecho, cuando tantas veces se había prometido no volver a caer en su brazos.

-Alicia se había ido, aun su fragancia la sentía en el aire, mareándole los sentidos.

-Las siguientes semanas se turnaba con las enfermeras,  debido que Alicia había retomado sus funciones, él iba solo por momentos a la oficina, Rafael tenía todo controlado junto a su secretaria Sarita.

-Ella esperaba una mirada de él, algún gesto que no recibía, Rafael observaba sin comentar.

-Esteban se retiró de la oficina y decidió esperar sobre su coche a que saliera la muchacha, sentía que debía darle alguna explicación…

-Cuando ya todos se habían retirado, venía Sarita, con polleras ceñidas al cuerpo, escote y tacones altos, meneaba las caderas voluptuosas en un vaivén excitante, pensó que podría explicarle en otro momento, y descendió del coche dirigiéndose hacia ella, en ese momento Rafael se acercó llamándola por su nombre con voz autoritaria, la muchacha se dirigió hacia él, subiendo al coche.

-Esteban quedó viendo la escena, los vio marcharse juntos…   Continuará


Lucía: XXVII



Lucía (continuación)


-Los días pasaban en total reconciliación las sombras no asomaban sus narices intrépidas, cada nuevo amanecer llegaba insinuante, ante los amantes que se consumían en deseos ardiendo en su lecho, todo parecía volver a la normalidad, ella había regresado a su antiguo departamento, él felizmente sentía que su amabilidad, protección la consentían que ya nada le faltaría, pausadamente la seducía envolviéndola entre sus brazos y caricias ella se lo permitía, embriagada en su aroma recorría su hogar, escribiendo, soñando con volver a ser feliz, esta vez para siempre.

-Necesitaba de él, como él de ella, sus besos la adormecían, su piel, su boca y sus manos respondían al sortilegio de amor, nada la apartaría de su lado, la magia era un hecho, instalándose lentamente en sus vidas.

-Esteban regresaba temprano de la oficina y Lucía organizaba el tiempo disponiendo su uso junto al esposo, la felicidad preparaba un sabroso café matinal cautivando sus corazones.

-La joven levantaba la vista y las miradas se cruzaban conquistando las pupilas hechizadas, las sonrisas brotaban acercando sus cuerpos, tomabanse de las manos, admirando esos momentos de relax, como la pasión electrizaba el ambiente los trasladaba a un estado de ensueño, del que no querían despertar decididamente.

-Esteban regresaba de la reunión de los jueves, era la única noche que retornaba tarde, con un ramo de rosas rojas, y una tarjeta escrita a mano, que decía, “Allí donde exista el amor, seremos partícipes  tú y yo”.

- Abrió la puerta de su departamento las luces se encontraban apagadas, se apresuró a encenderlas se dirigió al dormitorio, en la habitación no encontró a su mujer, buscó en el baño y al tomar del picaporte notó que algo se interponía, empujó hasta abrir y grande fue el terror que sintió al ver su mujer tirada sobre el piso cubierta en sangre desvanecida, su respiración se conmocionó, necesitaba llamar a urgencias y las palabras no salían de su boca paralizada.

-Un grito al fin y acudieron los vecinos, Roberto se encargó de llamar la ambulancia, mirando fijamente a Esteban quien no podía salir de su estado de afligimiento.

-La mañana llegó el joven se encontraba parado al lado de la cama de su mujer, no podía imaginar que era lo que le habría sucedido, ni de dónde provenía la sangre.

-Al llegar el recambio de enfermeras le pidieron salir de la habitación, mirándolo con compasión  sabiendo que pronto el médico le diría lo que acontecía.

-El médico lo observó unos instantes antes de hablar, después de revisar a la paciente, y paulatinamente le fue aclarando lo ocurrido, la mujer había sufrido un aborto espontáneo, seguramente por la caída dentro de la habitación de baño…

-Esteban sintió que un puñal se clavaba en su interior para salir por cada orificio de los poros, corrió hacia el baño, vomitó los nervios y la angustia que esa terrible noticia le producía.

-Lucía comenzó a despertar, al abrir los ojos miro a su marido y puso una mano en su vientre, él se la tomó y besó pidiendo que regresara a dormir, que muy pronto regresarían al hogar, la joven asintió con la cabeza y cerró los párpados.

-Por la madrugada su pesadilla la llevó más lejos… Se encontraba en una habitación y de las piernas brotaba sangre que se escurría hasta los pies, ella buscaba la salida tratando de escapar, luego corría cayendo al pavimento, una mano la ayudaba a levantarse… Unas manos  fuertes, ágiles, y despertó llorando a Esteban quien se había dormido debido al cansancio.

-Él la abrazó y contuvo hasta que llegó la enfermera de turno, quien le inyectó un tranquilizante.

-A él, lo envió a descansar, ya que nada podía hacer, hasta llegada la media mañana que sería cuando el efecto del inyectable pasaría.

-Sentía que debía mantenerse a su lado, acomodó la silla y tomó asiento, a los minutos la enfermera regresó con una frazada y le ordenó que se recostara en la cama conjunta.

-Algo no le permitía dormir, las palabras del médico daban vueltas en su mente chocándose unas con otras, para volver armarse y así sucesivamente.

-Él sabía que eso no podía ser cierto, no podía estar pasando, miro a Lucía que descansaba cerró los ojos y se durmió.

-Por la mañana los médicos y enfermeras iban y venían, por los pasillos, los sonidos de los pasos retumbaban produciéndole fuertes dolores de cabeza, lavó su rostro y dejó correr el agua por las manos, tranquilizándose poco a poco.

-La joven despertó y nuevamente llevó la mano hacia su vientre, recordando que, cada vez que algo la ponía triste tenía ese reflejo… Continuará



Lucía: XXVI


Renaciendo de las cenizas

Un grito decapita el silencio

y el hastío naufraga solitario

he muerto tantas noches vagabundas

a mi tumba los cuervos ignoraron

el frío deslizo por mis huesos

y el calor retoma su rumbo

no bastaron lápidas sin flores

pisoteadas por tus pies mi nombre,

hoy la tierra infértil sucumbe

ante mis manos agrietadas

desgranando el polvo,

sacudo el manto en la ciega mañana,

renaciendo como roca desnuda

de playas y caminos,

si he morir olvidada,

no ha de ser en negro exilio

chocando contra las olas

bajo la mirada azul cielo estío.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Me haces falta



Te regalo mis mañanas
Junto a ellas, el color
de las noches estrelladas,
el aroma del rocío
sobre la húmedas amapolas,
el sentido de la vida,
las cuerdas a la inversa del reloj,
mi aliento y respiración,

porque sin ti…

Mi vida me conduce a la nada,
a la trágica existencia
de padecer tu ausencia,

porque…

En la vida nos cruzamos con personas
que con su llegada todo lo alteran
lo transforman con su magia,
inclinando la balanza
a nuestro favor,
y ya no somos solo dos,
nos fundimos en una nueva
palabra, un verbo, una estrofa,
un sentido de concebir palpitantes
al amor en toda su gracia.

Porque…

Tú lo vales, me importas,
complementas mis fantasías
conmoviendo  mi realidad,
porque contigo quiero soñar
al compás de la inverosímil
locura por la cual me guías…

viernes, 26 de diciembre de 2014

Romperse, para renacer


Rotas las vestiduras,
descompuesto el llanto,
perdidos los suspiros
y encontrado el desengaño.

Cada vez que nos rompemos
volvemos a nacer
nacemos sobre lo vivido
cebolla que sale de cebolla
llanto sobre llanto.

Descartamos lo innecesario
y la pureza es tal
que la vida nos danza.

Roto, hecho pedazos
con magulladuras
tiritas y esparadrapo.

Nuestro corazón sigue latiendo
viviendo
descubriendo
y soñando.

¡La vida
para los imprudentes
para los que perdemos en todo
y todo encontramos!

La vida,
para los que sueñan
con los ojos abiertos como platos.

Suspiro tras suspiro
la tinta corre
el miedo desaparece
en el nuevo día
que la luna mece.


Por Alex Madueño [am]

Photo: #Banksy 

domingo, 21 de diciembre de 2014

Vives y reinas en mi

Que placer es encontrarte
nuevamente en mis pensamientos,
donde sé, permanecerás,
junto al rumor de las olas
en tu blanca tierra,
sin distancias ni ausencias.
en un sueño perenne
habitándote con inmenso deleite,
amándote desde la aurora
hasta el devenir en ocaso,
delicia el aroma de tus besos
cuando me besas y me duermo,
sintiéndote dentro, muy dentro,
donde anida el silencio,
acaeces en mi alma,
en mi cuerpo entero,
como la miel que derrama
en suspiros eternos.
¡Ay, si supiese la noche!
¡Ay, si supiese el camino!
¡Ay, si supiese el destino!
Que es tu amor, 
mi impulso y delirio...

viernes, 19 de diciembre de 2014

Pensando en ti

-La mañana se presenta calurosa con las sábanas pegadas a la desnudez, el verano comienza hacer notar su temperamento, el cielo gris anuncia la pronta llegada de una tormenta, palomas torcazas sobre el balcón continuo retornan a sus nidos trayendo dentro de sí,  alimento a sus pichones los cuales con sus picos abiertos y alas revoltosas esperan.

-Al dirigirme al baño observo el paisaje por el vaivén de la cortina, deteniéndome en mis pensamientos, cierro profundamente mis ojos y ahí estás, seduciendo los espacios de mi mente, infinidad de emociones recorren mi cuerpo, impulsos abruptos convulsionan con las paredes de mi vestidura piel, trayéndote a mi lado, humedeciendo mis labios con el sabor de tu boca, tu barba deslizándose por el camino que lleva a mi cuello, logro sentirte intensamente cuando tus palabras incitan mis retinas, obligándolas a pestañear velozmente como la respiración, que duele, cuando en el aire te huelo…

-El baño no es el mío, es un baño nuevo sin historia, con ausencias, faltantes en sentimientos y presencia femenina, solo los veo a ellos, a él, que es el ayer, como una figura que lo abarca todo en esa su casa,  auto,  cocina,  baño… Su familia que una vez fuese también mía.

-Desayunamos en silencio, yo te pienso, allí en tierras lejanas con tu corazón que es el mío, porque me es imposible ocultarte, te ves, en mi piel saliéndote por los poros, en las dulces palabras, en cada pulsación, en la mirada, en esa mirada que te ve grabado en mis pupilas.

-Salimos a la calle todo es diferente cada día, las personas con sus vidas llanas sonríen con precaución sin desalinear las comisuras de sus expresiones, con su vista clavada en las agujas del reloj, con temor…

-Las personas revoltosas merodean las veredas inclinados en el ayer, en esa vida que una vez fue coloreando los cordones…

-Los jóvenes con su espontaneidad sonríen abiertamente ilusionados, despreocupados tratando de contagiar y convencer al mundo que nada es lo que parece ser,  hay que disfrutar… Seguirán así, hasta que un adulto los enfrente a la vida desilusionándolos, sacándolos de su inocencia, con promesas rotas…

-Transitamos las calles que se van perdiendo en cada segundo, los semáforos nos detienen apareciendo de la nada bufones, arlequines, magos, músicos y payasos  algunos con sus trapecios otros acercando una gorra vacía de dinero, rebosante en ilusiones.

-Así la mañana continúa mientras el ayer habla sin cesar, me evado en ti, acariciándote las manos, maravillada con los paisajes que me invitas a ver…

-No sé, en qué momento preciso me enamoré de ti, de ese ser maravilloso que anida en tu interior, que fue cerrando heridas suavemente, sin siquiera percibir del modo en que lo hacías, solo te sentí, me dejé llevar por ti mi guía,  penetraste las grietas como el mejor de los arquitectos, edificaste un paraíso solo para nos…

-Reconozco tu aliento  que me impide bajar los brazos impulsándome a seguir saliendo con firmeza de los silencios, que ya no me atrapan apoderándose como fantasmas en la oscura noche.

-haber regresado al ayer sirvió, para valorar lo que la vida nos regala, el amor…


-Si tuviese que elegir entre vivir sin ti, o morir, te elijo todas mis vidas…